Hat trick

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Llego al apartamento y está todo apagado y en silencio.
Kareem todavía no ha llegado así que me siento enfrente de la tele con una copa de vino a trastear con mi móvil.
Lo primero que hago es entrar en mi banco.
Es increíble la de ceros que hay en mi cuenta. Mi frenesí de estos últimos días ha hecho crecer mi cuenta considerablemente.
Así que hago lo que tenía pensado hacer. Veo la transferencia de Kareem y la devuelvo. No quiero que me pague por estar con él. No volveré a aceptar su dinero, no es justo porque yo estoy aquí porque quiero, porque me apetece estar con él, y no quiero que piense que vengo por dinero.

Un mensaje interrumpe mis pensamientos y me abofetea con la realidad.

Mensaje de Mi Exjefe:
Caperucita sé que me pediste tiempo, pero la espera me está matando. 😔

Suspiro mirando al techo.

Joder, me voy a volver loca.

No sé qué contestar, él ha visto que he leído su mensaje, está en línea y no sé qué contestar. No sé qué voy a hacer con él, ni que voy a hacer con mi vida. Estoy echa un lío. Con su regreso Aleksei ha dado la vuelta a mi vida, todo ha explotado y por primera vez en mucho tiempo me siento perdida, sin rumbo.

Mensaje de Mi Exjefe:
No quiero presionarte, no hace falta que me contestes si no sabes qué decir.

Mierda, por qué me conoce tanto?!

Mensaje de Samantha:
Dame más tiempo, por favor. Has vuelto mi mundo del revés y necesito ordenar mi cabeza.

Mensaje de Mi Exjefe:
Claro que sí, te daré todo el tiempo que necesites. Sé que hice las cosas mal y lo último que quiero es hacerte daño. Te quiero demasiado.

Cierro los ojos al leer su mensaje. Tengo el corazón en un puño. Yo también le quiero demasiado.

Bloqueo mi móvil y pongo la tele. Tengo que pensar en otra cosa, ahora no me apetece rayarme más con este tema.
La tele está puesta en un canal de deportes y justamente están echando un resumen del partido. Hablan de Kareem y le ponen por las nubes. Todo son elogios hacia su persona.
El pitido de la puerta suena anunciándome que ya está aquí.

Aquí tengo a Kareem Bennani, todo para mí.

Corro hacia la entrada, pero me hace un gesto con la mano indicándome que está hablando por teléfono con los auriculares inalámbricos. Me paro en seco en medio del pasillo. Pero Kareem sonríe mucho al verme y me pide que me acerque en silencio.
– Dame un segundo– dice a la otra persona con la que habla mientras pone el mute en el móvil.

– Ven princesa– dice tirando de mi mano hacia él.

– Enhorabuena – digo ya entre sus labios.

– Ya sabes que tú eres mi amuleto – dice mordiendo mi labio inferior después de besarme. – Tengo que seguir al teléfono, ¿vale? No paro de hablar con periodistas y ahora en cinco minutos me van a hacer una entrevista en directo para la radio.

– Ok, espero. ¿Quieres algo de beber?

– Ponme una copa como la tuya– dice mirando a mi copa – ¿Maldini? Ya estoy contigo – dice a su interlocutor tras desbloquear el mute.

Voy a por una copa y él viene detrás de mí. Saco del botellero la botella de la que me he echado antes. Ya estaba abierta, y por eso me he echado vino rosado.

Él agarra mi mano para que le mire y por gestos niega con la cabeza. Se acerca al refrigerador de vino y señala otra.

– ¿Seguro? – pregunto por señas.

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