Islas Griegas

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ACTUALIDAD

Camino rápido para no perder de vista a la azafata de tierra que me lleva a la sala de espera VIP. Después de atravesar unos largos e interminables pasillos, abre una puerta doble y me invita a pasar.

– La avisaremos por megafonía cuando tenga que embarcar– se despide la sonriente empleada de la aerolínea.

– Gracias– contesto mientras echo un vistazo a mi alrededor.

Es una sala bastante amplia. Tiene varios espacios reservados con blancos sofás de cuero y mesas bajas de cristal.
Encima de cada mesa baja hay una bandeja con canapés y otra con pastelitos.

– ¿Desea algo de beber? – pregunta un sonriente camarero.

– Una botella de agua, por favor– solicito sacando mi cartera. – ¿Cuánto cuesta?

– Nada, señorita– contesta aguantándose la risa – es gratuita. No tiene ningún coste, está incluido en el servicio VIP.

– Ah. Ok, gracias. – contesto totalmente avergonzada.

Qué vergüenza! Si antes me sentía como una paleta, ahora mismo quiero volverme invisible y no volver a ver a ese camarero en mi vida.
Le doy las gracias sin apartar la vista de mi móvil para evitar mirarle a los ojos.

He escrito a Kareem esta mañana y aún no me ha contestado.
El miércoles llegó un mensajero a mi casa con un sobre a mi atención. Al abrirlo comprobé que eran los billetes a Santorini en primera clase
Pero de todo, lo que más me impresionó fue cómo Kareem sabía la dirección de mi casa sin que yo se la hubiese facilitado nunca. Además, me pareció todo muy frío. ¿Me mandaba los billetes a mi casa sin haberme avisado o llamado antes?  Así que decidí llamarle yo.

*llamada telefónica*

– ¿Dígame?

Por su forma de contestar me estaba demostrando que no tenía mi teléfono guardado.

– Kareem, soy Samantha.

– Ehh.. aaa...Samantha. – por el eco del audio, me pareció que iba conduciendo y hablaba con el manos libres. – ahora mismo no puedo hablar. Hablaremos en otro momento.

Y colgó la llamada.

Me quedé inmóvil mirando la pantalla del móvil, hasta que un rato después conseguí reaccionar.
Al principio me enfadé un poco. No porque estuviese ocupado y no hubiese podido hablar conmigo, porque eso nos puede pasar a cualquiera, sino por el tono que utilizó para dirigirse a mí. Me sentí como una extraña, como si fuese una fan pesada que le estaba molestando en su vida privada. Pero después se me pasó. Al fin y al cabo, es un futbolista de élite, y últimamente está sometido a mucha presión.
El problema real me lo encontré después porque no hubo un después. No me llamó en otro momento como había dicho.
Hasta que el día siguiente me mandó este mensaje.

Mensaje de Kareem:
Perdona princesa, pero ando super liado. Nos vemos el viernes en el aeropuerto.

Y ya.

Así, sin más.

Y aquí estoy, sentada en la fantástica sala VIP del aeropuerto esperando a que dé señales de vida.

¿Y si no le veo antes de montar en el avión? ¿Y si finalmente él no aparece y acabó sola en Grecia?

Los nervios empiezan a apoderarse de mí. Y más aun teniendo en cuenta que ésta será la primera vez en mi vida que monte en avión.

Pasajeros con destino Santorini. El embarque tendrá lugar en diez minutos.

La megafonía hace que mi ansiedad aumente de manera considerable. Por mi cabeza se cruzan miles de posibilidades sobre qué hacer si llega el momento de embarcar y Kareem aún no ha hecho acto de presencia.

Escort en París ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora