Escort en París ✔️

POV ALEKSEI_En el pasado

2 AÑOS Y MEDIO ANTES

– Aleksei, si no encuentran a ningún sospechoso, tú seguirás detenido como responsable del restaurante.

Mi abogado lleva más de tres cuartos de hora explicándome los motivos por los que estoy detenido. Según le han informado los investigadores, desde el hospital han confirmado que el embajador ha ingerido nuez o algún derivado de esta, y esto ha sido lo que le ha provocado un shock anafiláctico. Gracias a Dios ya se encuentra fuera de peligro y no se teme por su vida, pero los médicos han informado a la policía que este shock ha venido provocado por una ingesta inmediata y calculan que ésta fue producida uno o dos minutos antes.

Por todo ello, acusan directamente al restaurante, ósea a mí, como máximo responsable del local.

En cuanto he visto al embajador derrumbarse en el salón sabía que no era un simple mareo. El hombre al margen de estar sangrando por la cabeza debido al golpe de la caída estaba morado. Parecía que no podía respirar y eso me ha recordado a cuando en las películas se ahoga la gente porque las vías respiratorias se les obstruyen.

El tema de que fuese alérgico a las nueces llevaba días obsesionándome, por eso había sido tan pesado con Charly respecto a la intolerancia del embajador. Justamente por eso cuando la ambulancia se lo ha llevado y la policía comenzaba a hacer los primeros interrogatorios a los comensales que estaban sentados cerca del embajador, me he dirigido a la cocina para hablar con mi chef principal.

Antes de llegar a la cocina veo a Samantha que está escuchando algo que Kike le está contando muy pegadito a su oído. La sangre me hierve al verlos, lo de este chico no es normal, es que no pierde ninguna oportunidad para acercarse a la pelirroja. Ella como si sintiera mi mirada, mueve sus ojos en mi dirección y con un gesto rápido silencia al camarero y se acerca a mí, dejándole con la palabra en la boca. He de confesar que ese gesto me hace sentir bien, me gusta que yo sea su prioridad.

– ¿Estás bien? – pregunta posando su mano en mi antebrazo– ¿Qué ha dicho el médico de la ambulancia?

– Bueno, he tenido días mejores. – ella me regala una de sus preciosas sonrisas y solo con ese simple gesto consigue que me sienta algo mejor. No me puede gustar más, en este momento me encantaría poder besarla, pero creo que no es el sitio y menos aún el momento, así que me concentro en lo que tengo alrededor y prosigo contestando a su pregunta.

– El médico de la ambulancia no nos ha dicho nada. Les ha costado mucho entubarlo, pero en cuanto lo han conseguido, parece que el hombre ha comenzado a respirar porque hasta el color de la cara le ha cambiado. En cuanto le han taponado la herida de la cabeza, se lo han llevado rápido al hospital, porque seguía inconsciente. ¿Tú estás bien? – me atrevo a acariciar su mejilla.

– Yo sí, bastante nerviosa, pero bien. ¿Dónde vas?

– Voy a hablar con Charly. Esto no me gusta nada.

– ¿Crees que ha sido culpa nuestra? – pregunta bajando el tono de voz.

– No se Samy. Espero que no. – Agarro la mano que seguía tocándome el antebrazo y me esfuerzo por tranquilizarla con una sonrisa tensa– Voy a hablar con Charly. Ahora te cuento, ¿vale?

– Vale. – dice ella apretando mi mano y tratando de animarme.

Nada más entrar en la cocina me encuentro con una imagen bastante inquietante. Un Charly visiblemente nervioso, abre cacerolas, ollas, sartenes, dispensadores, huele su interior y después vuelve a cerrarlos.

– ¿Qué haces?

Se sobresalta al escuchar mi voz y tras cruzar una mirada tensa conmigo, continúa con su rastreo.