30. C'est fini

514 61 6
                                    

ACTUALIDAD

Las lágrimas salen de mis ojos uniéndose al torrente de agua hirviendo que empapa mi cuerpo. Una vez más, lloro por la mala suerte que parece ser que nunca me abandonará. Realmente aun no sé por qué consiguen sorprenderme estos momentos de mal sino, si siempre me han estado acompañando durante toda mi vida.

Lo primero que he hecho tras leer la noticia que me ha mandado Kareem, ha sido llamarle. A él también le debe de estar afectando bastante que le hayan pillado paseando por una playa griega con otra mujer que no sea su famosa novia Julia Fly. Por eso no me ha extrañado que no me cogiera el teléfono, al menos ha tenido el detalle de devolverme la llamada cinco minutos después. Ha sido imposible para mi contar las veces que me ha dicho lo mucho que siente haberme metido en este lío. Dice que su agente ya tiene una estrategia que cree que les ayudará a justificarlo, pero que no va a poder evitar la locura transitoria que están sufriendo los periodistas por intentar averiguar mi identidad. Su consejo es que no salga de mi casa por un tiempo y que desea que todo esto pase pronto. Debe de sentirse realmente mal porque incluso me ha ofrecido ayuda económica para sobrellevar este "encierro" involuntario.

Definitivamente en otra vida tuve que ser alguien horrible, a la altura de Hitler, Bin Laden o Garavito, porque el guion que tienen los astros escrito para mí no puede ser más cruel.

Que el momento más estable, y en el que más control tenía sobre mi vida, fuese durante los años en los que me prostituía, ya es un resumen bastante significativo de cómo ha sido mi vida.

El lío de Kareem en sí me la suda, y más aún cuando ya tenía decidido dejar "mi profesión". Lo que me jode ahora es correr el riesgo de perder mi anonimato y, sobre todo, que tenga que encerrarme en mi casa hasta vete tú a saber cuándo.

Escucho mi teléfono sonar y sacando mi cabeza por la mampara de la ducha veo que el que me llama es Aleksei. He visto sus mensajes y llamadas perdidas cuando me he levantado, pero no he tenido fuerzas de contestarle. Vuelvo a meter la cabeza bajo el agua humeante e intento aclarar mis sentimientos respecto a él, pero no puedo. Mi vida se ha derrumbado y siento como si todos los escombros hubiesen caído sobre mi pecho. Siento una enorme presión que me impide respirar, aunque el llevar aquí más de media hora, con el agua hirviendo y sin una ventana abierta, supongo que también contribuye a la ausencia de oxígeno en mis pulmones.

Ahora abro el agua fría y castigo a mi cuerpo con el contraste de temperatura. El dolor físico siempre me ha ayudado cuando estoy tan mal por dentro.

Parece que el agua fría refresca mis ideas y lo único que calma un poco mi ansiedad es pensar en la primera idea que pasó por mi cabeza; huir de París. La única solución es salir de esta espiral en la que me encuentro, me siento atrapada en una ciudad donde no sé qué será de mi vida profesional si dejo de ser Escort, una ciudad donde no podré salir a la calle por miedo a que un paparazzi me descubra, una ciudad donde tarde o temprano me pillarán y sacarán a la luz todo mi horrible pasado, una ciudad donde el triángulo amoroso con Patricia y Aleksei parece nunca acabar.... Siento que París es otro lugar al que dejar atrás, igual que hice con Linne.

Supongo que mi suerte siempre aboga para que sea un ser nómada y que nunca pueda asentarme en ninguna ciudad por mucho tiempo.

– Samantha!!!– la voz del grandullón me obliga a respirar hondo y por fin cierro el grifo de la ducha.

– Dime.

– ¿Puedo pasar? – dice desde el otro lado de la puerta de mi baño.

– Pasa – contesto errática.

Vladimir pasa y viendo cómo salgo desnuda de la ducha acude con celeridad hacia una toalla para alcanzármela.

– Tienes la piel muy roja– comenta arrugando su mirada.

Escort en París ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora