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–¡¿Qué?! ¡¿Cómo que no está?!– Gritó el castaño a la enfermera que estaba bastante asustada y a la vez preocupada.

–Le juro que dejé a su bebé ahí– señaló desde afuera de la habitación la camilla vacía a los oficiales y al castaño.

–Debe haber una equivocación– Dijo pegando bruscamente su cuerpo a la pared–No puede estar pasando...–

Había pasado unas cuantas horas desde que había nacido el hijo de la pareja casada, pero desde hace unos minutos, no había quedado rastro de aquel niño.

Hee iba a perder la cabeza, estaba luchando con bastantes emociones. Tenía la mitad de su cerebro pensando en su hijo y la otra parte pensando en que le diría a Seoho. ¿Cómo mierda le diría a su esposo que acaban de secuestrar a su bebé?

–Keonhee... ¿Qué está sucediendo?–

La presencia de Seoho cerca de la escena dónde estaban todos los oficiales, enfermeras y doctores, petrificó al alto. No estaba preparado para decírselo.

–No deberías estar acá, debes descan..–
Se formó un nudo en su garganta cuando Seo se acercó a la ventana donde estaban los otros recién nacidos.

El pelirrojo se quedó extrañado al no reconocer a su hijo en esa habitación.

–No está aquí...- volteó para ver cara a cara a su pareja– ¿Está en otra habitación?–

–Disculpe, usted no debería estar cerca de aquí– Habló bastante serio el oficial al bajito.

Hee se aproximó a ambos y tomó el hombro de su esposo.

–Viene conmigo– Le dijo al mayor haciendo que este vuelva a junto con los otros médicos. Aparentemente los estaban interrogando.

–¿Qué pasa? ¿Hubo algún problema?– Preguntó volviendo a posar su mirada en la gran ventana.

Hee tuvo que tragarse su tristeza para poder decirlo.
Aunque, claramente la reacción de su esposo fue más explosiva.

–¡Qué estás diciendo! ¡Deja de mentir!– cuando vio que el castaño solo bajó la mirada, Ho se quiso abalanzar contra la enfermera pero Hee lo tomó de la cintura.

–¡Suéltame! ¡Suéltame Keonhee!– Gritó estirando sus brazos hacia la chica que no dejaba de temblar.

Poco a poco fue disminuyendo su fuerza para después comenzar a llorar.

Hee deshizo el agarre pero en vez de obtener un abrazo de parte del pelirrojo, este se fue corriendo en busca de su hermano.

Tenía cierta duda que estaba clavada en su pecho y era difícil de ignorar.
Pero cuando llegó a la habitación de Ju, este estaba sentado en su camilla y también algo sorprendido por la repentina aparición del mayor.

-Seoho...- Fue lo último que dijo antes de que el mayor se hundiera en el pecho de su Dong y le contara lo que acababa de suceder. Mas no sabía que esa misma persona había causado su tan grande desgracia.

El menor abrazó a su Ho y comenzó a sobar su espalda lentamente mientras se creaba una sonrisa en su palido rostro. "No podrían sospechar de alguien que jamás salió de su habitación" se dijo a si mismo a la vez que le dio su palabra al pelirojo de que cuando le den de alta en el hospital, él mismo buscaría a su sobrino.








FALSAS PROMESAS - leeon - KeonhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora