Capítulo 24

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Los días restantes de la semana pude congeniar mejor con mis primos, sí hablamos seguidas veces, y puedo asegurar que nos conocimos un poquito más, y Eve, ella dijo que me dejaría tranquilo unos días para que estuviera con ellos, que era importante que pasara tiempo con ellos.

Cuando llegó el día de irse, la noche anterior cenamos y vimos unas cuantas películas muy buenas, a excepción de una que era adaptación de un libro que ya había leído, estuve quejándome todo el tiempo el tiempo y diciendo cosas como «eso no lo dice en el libro», «así no era el personaje» o «esa escena no era así».

—¿Ves? Te dije que no sería malo pasar tiempo con tus primos.

—Por este momento te daré la razón.

—Cariño —sobó mi mejilla—, siempre tengo la razón. Soy tu madre.

—Repito, ¿eso cómo justifica que tengas la razón?

—Tal vez cuando crezcas entenderás —por si se lo preguntan, no, todavía no entiendo—. Me voy, tengo trabajo que hacer, saldré unas horas —tomó su bolso y caminó a la puerta, apurada.

—¿Puedo—?

—Sí, sí puedes. Pero no llegues tarde.

—¡Sí!

—¡Y cuando llegue tenemos que hablar!

—¡¿Hice algo?! —pero no me escuchó.

Tan pronto terminé de leer el libro que tanto me estaba esmerando en terminar, llamé a Eve preguntándole si podía ir a su casa, ella accedió y busqué mi cuaderno, mi lápiz, y fui allá. Tenía muchas cosas para escribir, y quería hacerlo a su lado.

—¿Puedo poner música?

—Claro, no me molesta.

Una canción que nunca había escuchado antes abarcó el espacio del balcón, era una melodía suave y nostálgica, la letra en sí lo era.

—¿Quién es?

—Son unos ellos.

—Ah, una banda.

—Sí, 5 Seconds Of Summer.

—Nunca he escuchado de ellos.

—Ah ¿no? Escucha la letra, seguro te gustará —le hice caso y mientras contemplaba la vista frente a nosotros, presté toda mi atención a escucharla. Eve estaba en la hamaca tomándome fotografías, yo le dejé hacerlo.

Sé que nunca cumpliré tus expectativas, pero la imagen que pintas de mí se ve mejor en tu mente.

Cuando escuché ese pedazo de la canción, giré mi cuello automáticamente y ella apartó su mirada de la cámara para apreciarme. Solamente asintió a medias y tragó en seco. Creí saber qué significó cuando asintió, la verdad es que sentí miedo de llegar a saber lo que significaba, no supe si fue una indirecta muy directa, o una manera de liberar eso que tanto ella quería decir.

—Me gusta la letra. Es... interesante.

—Sé que probablemente no es el tipo de canción que escuchas, pero tú dime qué te gusta escuchar y yo—

—No, no, sí escucho ciertas canciones así, mis gustos en música son muy variados, entonces no creo que debas restringirte por eso. Escucho de todo un poco.

—Ah, entiendo. Bueno, si quieres puedes poner una —dejó que la canción terminara y reproduje una, también lenta, era de The Neighborhood, un grupo del cual era muy fanático para ese entonces, actualmente escucho nada más unas cuantas canciones y eso es todo. Mientras la música sonaba y ella editaba unas cuantas fotos desde su computadora, yo me inspiraba y escribía.

Por una Taza de Té [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora