| 19 |

88 17 12
                                    

Cuando faltaron pocas cuadras para llegar al departamento de Reigen, Mob sintió la imperiosa necesidad de hacerle saber lo que había ocurrido, pese a que sabía que no estaba en la obligación de darle explicaciones.

Además, él también quería saber por qué Arataka se había aparecido de una manera tan oportuna en medio de su enfrentamiento con Ritsu.

─Seguramente... tienes dudas sobre lo que viste hace unos momentos atrás─soltó por lo bajo, ya que debido a la cercanía no hacía falta que alzara demasiado la voz.

─Llevo acumulando muchas dudas desde la primera vez que te vi─enfatizó Reigen en respuesta, haciendo una mueca de sarcasmo después─, pero si no quieres hablar sobre lo de antes... no importa.

Mob esbozó una pequeña sonrisa al captar la comprensión en sus palabras, esta vez sin parecer realmente impulsada por el miedo que su mediocre presencia inmortal le suponía sobre su espalda.

Sin pensárselo mucho, se abrazó un poco más al cuello de Reigen y no se molestó en buscar un pretexto del por qué lo había hecho. Tal vez debería agradecer tener a alguien a su lado luego de todo lo que había sucedido; supo con tan solo verle haciéndole de escudo en ese momento que no podría aguantar esa noche solo. No sentía la capacidad mental de siempre como para lidiar con recuerdos y con pérdidas, con respuestas que jamás dio en su debida oportunidad y con la despedida definitiva de su única familia.

No le gustaba para nada esa sensación de vulnerabilidad que le embargaba de pies a cabeza, y aún así se volvía algo contradictorio al dejarse simplemente arrastrar por ésta.

─He escuchado que los humanos también matan a su propia familia... ya sea por interés personal o porque tienen razones lógicas para hacerlo─no había encontrado otro modo más convencional para expresarse, aunque esperaba que Reigen lo comprendiera de todas formas─. Supongo que yo, siendo lo que soy, no me diferencio mucho de ustedes; en qué más podría convertirme el haber asesinado al último integrante de lo que alguna vez fue mi familia?

Arataka le escuchaba con atención, reaccionando de una manera que podría considerar como poco natural en él. Mob por fuera no lucía realmente afectado, así que cualquiera pensaría que incluso el asesinar a alguien de su misma sangre le haría justicia a lo que era: un monstruo.

Sin embargo, Reigen consiguió leer entre líneas y caer en cuenta de que en el fondo, no es lo que Mob habría querido hacer realmente. Quizás no había tenido opción, algo mucho más fuerte lo empujó a enfrentarse a ese chico idéntico a él y ponerle un fin a su existencia, invalidando cualquier lazo que los uniera como familia.

─Te habrías dejado matar?─fue todo lo que pudo preguntarle, sin recibir respuesta hasta que estuvieron en la puerta de su departamento.

─Si no se hubiera llevado a alguien más en el camino... seguramente yo ya no estaría aquí─admitió Mob, bajando la vista y sintiéndose derrotado en toda la extensión de la palabra.

─Y qué pasaría conmigo? si tú hubieras muerto, entonces yo también...

─No lo sé─Mob le interrumpió de golpe, queriendo evitar ante todo darle vueltas a ese asunto. Ahora mismo no estaba dispuesto a preocuparse por nada, y que Reigen viniera a recordarle que aún quedaba algo por resolver, empeoraba su creciente mal humor─. No sé lo que hubiese pasado, sólo... olvídalo. Olvidemos todo por ahora.

En otras circunstancias, que Mob alzara la voz de esa forma habría bastado para imponerle su presencia e infundirle un terror que en ese instante ni por asomo sentía; el azabache continuaba luciendo inofensivo ante sus ojos, sobre todo cuando se dejó caer en uno de los sillones y pareció entrar en un estado de relajación que por primera vez veía en él.

The Unforgiven | Mob Psycho 100Donde viven las historias. Descúbrelo ahora