Capítulo 25

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Rouse llegó al hospital jadeante, había prácticamente corrido cuando le dijeron que su hermano ya había despertado.

Buscó con desespero su habitación, tocó la puerta y cuando tuvo el permiso entró. Liam estaba muy golpeado, los párpados de sus ojos estaban morados, y tenía muchos aparatos conectados a su cuerpo. Estaba muy mal.

A pesar de todo, Adrien se encontraba sonriéndole a su hermano, le gustaba verlo despierto.

─Rouse, Liam ya despertó ─sonrió al ver a su hermana.

Ella caminó hasta ellos con una sonrisa y lágrimas cayendo de sus ojos.

Regina, Loren, la tía Lord, Joey, Adrien, estaban aquí. Eso le gustaba.

***

Una hora después Liam pudo hablar con los policías sobre lo que en verdad había sucedido. El secreto de la señora Bayly ya había sido revelado, y de la peor forma.

El ser infiel a alguien no es una razón para ser maltratado. Puedes perder la confianza, no volver a amar a esa persona, pero la reacción que tuvo su padre era algo imperdonable.

Liam contó a detalle sobre lo que pasó, estando Adrien presente. Entre todos opinaron que era mejor que lo supiera ahora, y al parecer no le afectó tanto como pensaban ya que lo único que dijo fue «ellos ya no se amaban». Liam contó a detalle cosas que Rouse ya sabía. El hombre era mucho menor que la señora Bayly, salían desde hace ya un año, nadie lo conocía, no era cercano a la familia. Regina, la tía Lord y Lorena se veían más asombradas. Sobre todo Regina, quien siempre vio a su madre como un ejemplo, porque ella le decía que debía de seguir sus pasos. La tía Lord lo veía venir, ambos ya no se amaban y era evidente, pero nunca quiso esto para la señora Bayly, incluso quiere protegerlo a pesar de tener que estar en contra de su propio hermano. Porque es su familia, pero también es mujer. Lorena tal vez era la más distraída de todos, nunca intuyó o tuvo indicios sobre aquellos atentados que reveló su hermano mayor, sabía que sus padres ya no eran los mismos, pero pensó que era un momento efímero y que pronto volverían a ser tan unidos. Adrien siempre tuvo claro que su familia estaba rota, él no podía repararla, no era fácil y aunque lo intentó no lo logró. No puede ayudar si ellos no quieren recibir la ayuda.

Todos salieron de la habitación a excepción de Rouse y Liam, quien se quedaría en el hospital por un tiempo.

─¿Cómo es que llegaste a tiempo? ─preguntó ella acercándose un poco más.

─La seguí ─confesó─. Sabía que no se iba con sus amigas. Lo hice por Adrien.

─¿Por Adrien?

─Porque él siempre está solo, a ella no le importa.

Él tenía razón, no importaba quiénes eran los hijos mayores o menores, todos los hijos merecemos amor y atención, sin importar qué edad tengas.

─Ella despertará ─susurró para sí misma.

Liam no sabía que su madre aún no despertaba, pero todos tenían la esperanza de que pronto lo haría.

***

Yendo a casa por un cambio de ropa, Rouse tomó su teléfono, no le daba tanta importancia a este. Hasta ahora no ha respondido el mensaje que envió Taehyung, tampoco pensaba responderlo, no era correcto. Tiró el teléfono a su sofá y fue al baño para tomar una ducha, necesitaba refrescarse.

Al terminar de vestirse tomó sus cosas de nuevo porque volvería al hospital, necesitaba respuestas de su madre. Pero antes de eso, necesitaba un café.

***

Las personas de aquella cafetería siempre eran amables con sus clientes, era lo atractivo además de sus deliciosos cafés.

Rouse esperaba el suyo tranquilamente, una noche más se quedaría esperando sentada fuera de la habitación a esperar que su madre diera señales de que aún quiere vivir.

─Hace tiempo que no te veía ─sonrió levemente.

Ella también sonrió despacio, por amabilidad. Jin era una buena persona, siempre supo cómo hacerla sentir bien con algunas palabras graciosas. Pero esta vez era diferente, ni siquiera un chiste lograría que ella sonriera de verdad.

─Hola Jin.

─¿Cómo estás? No sé de ti desde aquella reunión.

─Sí, estoy ocupada con mis propios asuntos, la universidad y esas cosas.

─Ya veo ─sonrió─. Yo igual... Algo parecido ─inclinó su cabeza de un lado a otro precipitadamente, arrugando un poco su oreja─. Abriré mi primera empresa yo solo ─sonrió.

La felicidad de algunos no depende de las desgracias de otros.

─Felicidades, en serio estoy muy feliz por ti ─esta vez lo abrazó, intentado mostrar que en serio estaba feliz por él, pero era difícil mostrarlo porque se sentía mal por sus propios asuntos.

─Supe que... Estás saliendo con Jimin.

Esta vez se le escapo una escasa sonrisa de los labios, con él no podía fingir, sabía que no la juzgaría, porque él no es así.

─¿Cómo lo sabes?

─Entonces, ¿Es un sí?

─Estamos en eso...

─Ya veo ─tuvo unos segundos de silencio─. En serio mereces ser feliz, eres una muy buena persona.

─Al igual que tú, Jin. Tú mereces ser feliz también ─golpeó levemente uno de sus hombros.

Después de un AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora