Capítulo 56

44 6 1
                                    

La espera se hizo eterna dejando las lágrimas descansar.

La señora Bayly logró tranquilizarse, Liam logró hacerlo, a ella y a sus hermanos. El resto de la noche se convirtieron en minutos de impaciencia mental, ojos hinchados por la preocupación que mostraban sus desgastantes cuerpos ya cansados.

Nadie dijo ni una sola palabra luego de que Regina contó cómo es que sucedieron las cosas. Solo se quedaron esperando hasta que alguien les dijera algo sobre el pequeño Adrien.

***

─Dijo que aún no tienen noticias de él, y que me quedara aquí, que no me preocupara...

─Tienes que ir con ella.

Jimin alzó la mirada y pensó unos largos minutos lo que le dijo su madre. Hace semanas que no se veían y precisamente en medio de su charla, recibe la llamada de Rouse, contándole lo que pasó con Adrien.

─No sientas culpa por dejarme aquí ─sonrió dulcemente, acariciando la mano de su hijo─. Ella no se siente bien y debes darle fuerza en esta situación.

─Prometo que te llamaré ─dijo tomando sus llaves y poniéndose de pie, acercándose hasta ella y dejando un beso en la cabeza─. Te veré luego.

Ella sonrió y asintió, bebiendo de la taza de café que aún permanecía caliente.

Jimin salió del lugar, buscó su auto con la mirada y al hallarlo corrió hasta este para entrar y conducir hasta el hospital.

En el camino se imaginaba cómo habían sucedido las cosas. Rouse solo dijo que Regina y Adrien fueron a un parque de diversiones, discutieron y que un auto atropelló a Adrien. Sabía que no era momento para preguntar por los detalles, pero su curiosidad se apoderaba de su cabeza.

Minutos después estacionó su auto, le puso el seguro y a mitad del camino divisó a alguien que se le hacía conocido.

Taehyung estaba dentro de su auto con la ventana abierta fumando un cigarrillo.

Por la mente de Jimin cruzaron miles de preguntas y no obtenía respuestas. ¿Qué hacía él aquí?

Caminó precipitadamente hasta su auto y estando al lado de la ventana habló:

─¿Qué haces aquí?

Taehyung le dedicó su mirada neutra, sin saber qué decir tampoco. Dejó caer el cigarrillo intencionalmente, haciendo que en el transcurso de la caída lograse apagarse.

─¿Recién llegas?

─¿Qué? ─replicó Jimin, con el ceño fruncido.

─Desde hace un buen rato Adrien y toda su familia están dentro.

─No respondes mi pregunta, ¿Qué haces aquí?

Taehyung suspiró y bajó del auto, recostando su cuerpo sobre la puerta que hace segundos fue abierta y cerrada.

─Vi cuando atropellaron a Adrien, así que lo subí a mi auto y lo traje aquí, apenas llegamos vieron cómo estaba y lo atendieron de emergencia.

─Adrien estaba con Regina, no contigo.

─Sí. Adrien estaba con Regina en el parque de diversiones. Al ver su desesperación por supuesto que la ayudé. Adrien está muy mal, tiene la cabeza muy rota y es un milagro que haya despertado.

Jimin asintió despacio y fue retrocediendo poco a poco sin dejar de mirarlo, segundos después corrió hasta entrar al hospital, dejando a Taehyung solo.

Para Taehyung era triste tener que ver a Jimin y que ya no actúen como antes, Jimin se sentía tan distante, incluso cuando hace segundos lo tenía tan cerca. En las frases tan cortantes y frías que le daba, solo hacía que sus ganas de llorar crecieran. Porque siempre lloraría por las personas que se alejaron de él.

***

Jimin preguntó a la enfermera por Adrien Bayly, le dijeron que estaba en la sala de emergencias y de inmediato la buscó. Encontrando así a toda la familia Bayly en el pasadizo y a muchas otras personas desconocidas preocupadas por sus seres queridos.

Con la mirada buscó a Rouse, ella estaba sentada en uno de los asientos, se veía tranquila, sus manos sobre sus piernas y la cabeza agachada. Caminó hasta arrodillarse delante de ella, puso sus manos sobre las suyas y ella alzó la mirada. Susurró su nombre y de inmediato lo abrazó, consiguiendo la mirada de sus familiares.

Jimin la abrazó con fuerza y trató de consolarla con palabras llenas de paz. No lo había logrado, desde que llegó solo hizo que Rouse se sintiera con mucha vulnerabilidad, sentía que con él podía llorar todo lo que quisiera.

Después de un AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora