Capítulo 54

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Engañé a mi corazón enviándole cartas llenas de palabras sin significado para ti. Intentándole devolver el amor que lo vio crecer. Creyendo infinidades de promesas que nunca fueron cumplidas.

Mi amor por ti sigue prevaleciendo, alguien tiene que enseñarme a cómo dejar de amarte. Alguien tiene que enseñarme a cómo dejarte ir. Ya conocí a alguien, y es más que claro que nunca podría reemplazarte. Ni siquiera intentarlo.

Pero cuando la veo a ella de pronto mi alma sonríe, y cómo no hacerlo. 

A ella no le importa cómo era antes, no le importa lo que los demás piensan de mí. Tal vez me conoció en mis momentos menos feos, pero ella no tiene la culpa de eso. 

Tampoco tú tenías la culpa de encontrarme roto en el suelo, ella tampoco tuvo la culpa de verme nadar en el mar de mis lágrimas intentando no ahogarme.

De alguna manera, me salvaste.

Cuando la veo a ella mi alma sonríe, y es insólito porque desde hace un buen tiempo no me pasaba eso. Poco a poco ella ha sacado mi sonrisa.

No sé si es para mi nueva desgracia o mi primera suerte pero... Me enamoré.

Por fin logré enamorarme de alguien que no seas tú.

Porque así como te convertiste en mi punto y coma, estoy seguro que yo también soy el tuyo.

Eres mi punto y coma, porque quisiera terminar la oración... Pero no me atrevo a hacerlo.

***

En ese momento Adrien deseaba desaparecer. Taehyung era el protagonista perfecto para arruinar los momentos que pasa con sus hermanas. Intuía que era por el simple hecho de que ambas seguían enamorada de él. A lo lejano, siente que lo odia.

La mujer que estaba con él nunca antes la había visto, se veía joven, tal vez eran de la misma edad. Le parecía atractiva, claro que no iba a comparar a sus hermanas con ella porque no venía al caso.

Iban tomados de la mano, se habían detenido en el mismo puesto de helados de hace un rato. Ella estaba concentrada en los helados, mientras que Taehyung miraba hacia donde ellos se encontraban. 

Miraba directamente hacia Regina, porque en cuanto cruzó mirada con Adrien, de inmediato la desvió y regresó a ver a su acompañante, y trató de concentrarse en los helados.

Adrien miró a su hermana, quien solo miró su helado y empezó a moverlo con la cuchara, jugando para evitar mirarlo.

Se puso de pie y caminó hasta el tacho de basura y tiró bruscamente el helado que ni siquiera iba por la mitad.

─Quiero irme a casa ─sentenció enojado.

Regina se puso de pie y caminó hasta estar enfrente de él, este solo la miraba con los labios fruncidos al igual que su entrecejo.

─Aún nos falta subirnos a muchos juegos...

El rostro de Adrien se fue ablandando poco a poco, sus ojos se llenaron de agua, pero daba todas sus fuerzas para que estas no cayeran. Se sentía devastado, sentía que ser el hermano menor era un asco. Todos ya tenían una vida, mientras él recién la estaba iniciando. Se sentía inmensamente roto y solo.

Veía a su hermana y sabía que acudió a él porque también se sentía sola, porque cuando tenía a alguien, ni siquiera se acordaba de él.

Y no quiso decir nada porque estaba intentando ser un buen hermano, y apoyarla en su soledad, porque él también sabe lo que se siente estar solo, y no quería que ella siga sintiéndose así.

Le dolía saber que ella ya buscaba otras cosas, como a alguien con quién compartir su vida, y sabe que no es culpa de ella, porque es adulta, y él es un niño.

En su mente funciona así; los adultos solo buscan a alguien con quién pasar su vejez.

─Tú no quieres subirte a esos juegos conmigo.

─Claro que quiero, por eso estamos aquí.

─Solo estás buscando la manera de distraerte ─vociferó─. ¿Crees que no me doy cuenta que soy tu última opción? No tienes a nadie más y es por eso que estás aquí conmigo. Todos ustedes son así de egoístas ─soltó con enojo, mirando los ojos del humano que tenía enfrente, estaba siendo sincero, y pensaba en voz alta por primera vez─. Estoy cansado de ser solo alguien de quien se acuerdan cuando no tienen con quién pasar sus días. Si acepté pasar tiempo contigo fue porque también me sentía solo, pero yo nunca le haría a nadie lo que ustedes me hacen a mí.

─Adrien, eres mi hermano y por supuesto que me encanta pasar tiempo contigo.

─Nunca me dijiste eso cuando estabas con Jin, nunca me invitaste a salir o si quiera a pasar tiempo juntos en casa. Incluso con Sehun desapareciste de mi vida por completo. Eres mi hermana... Pero no te conozco.

Aunque muchas personas de su alrededor miraban la situación, ambos solo se miraban el uno al otro. Con pena en los ojos y el silencio que gritaba en llantos la verdad de Adrien.

─No lo entenderías...

─Solo espero crecer y nunca hacerle a nadie todo lo que ustedes me hicieron.

Adrien empezó a llorar, esta vez ya soltando las fuerzas que tomaba para resistir sus lágrimas.

─Te llevaré a casa.

─Solo quiero estar solo, por lo visto a ti ni siquiera te interesa cómo me siento.

─Claro que me interesa cómo te sientes. Pero no lo entenderías, Adrien ─negó, frunciendo el ceño─. Aunque te duela saberlo eres un niño, y solo entenderás a los adultos cuando lo seas. Y en serio lo siento pero así como tú no me entiendes yo tampoco logro entenderte. Sé que ya fui una niña pero mi vida y mis pensamientos fueron distintos a los que tú sientes ahora. Sé que has pasado mucho tiempo solo pero no es mi culpa que hayas llegado cuando los demás ya buscábamos irnos de casa. No puedes pasar el tiempo juzgando a tus hermanos por no tener tu edad.

─¡Ni siquiera lo entiendes! No se trata de la edad, se trata de pasar el tiempo con las personas que se supone que amas. A partir de ahora, te has convertido en Liam para mí, una completa extraña que solo veo en encuentros casuales y en reuniones familiares, y que se supone es mi hermana, pero que jamás antes había vivido algún recuerdo con ella. ¡Ni siquiera le hablaré a mis hijos de ti, mucho menos a mis amigos porque no vale la pena hablarle a los demás de alguien que ni siquiera me tiene dentro de su vida!

Adrien corrió hacia la salida del parque, escuchando a Regina gritar su nombre. Solo quería llorar, y quería ir a casa pero ya ni siquiera sabía si tenía una. No solo Regina se había olvidado de él, sino todos sus hermanos, y hasta sus propios padres. Quería estar solo, pero sabía que lo buscarían, y tampoco tenía un lugar seguro donde poder estar consigo mismo. Siguió corriendo sin importarle los llamados que daba su hermana. Pero de pronto esos llamados tomaron otro tono, entonces Adrien decidió voltear.

Vio a Regina y a Taehyung llamando su nombre, al lado de ellos estaba la mujer que iba con Taehyung, y detrás de ellos la demás gente viéndolo.

No comprendía nada hasta que escuchó el grito de su hermana, y de pronto todo se vio negro, así, poniéndole una pausa a su respiración.

Después de un AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora