Capítulo 43

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***

─Podríamos ver las estrellas aparecer mientras la noche cae, sería muy romántico ¿No crees?

─Lo es ─confirmó Jimin mirándola a ella.

Rouse, Jimin y Adrien caminaban por el campo, no tan lejos de casa claro, era de noche y Adrien no podía dejar de contemplar todo lo que estaba a su merced, era su primera vez aquí. Aunque no le hubiera gustado conocer el lugar en estas condiciones, pero ya todo estaba hecho y él no podía hacer algo para cambiarlo.

Adrien iba por delante de ellos, muy emocionado viendo los oscuros árboles que extrañamente ya no se veían tétricos como antes. Había una tranquilidad que invadía el ser del pequeño.

Se imaginaba lo bien que pudo haber pasado su infancia al libre albedrío, pero su madre nunca dejo que él pudiera venir; le hubiera gustado poder conocer a la abuela.

─Rouse, deberíamos de venir a ver las estrellas siempre aquí, siento que las puedo tocar ─estiraba sus manos al cielo, como si en verdad estuvieran muy cerca.

─Te traeré las veces que quieras. 

─También me uno ─comentó Jimin, y ella le sonrió.

Jimin tomó su mano y siguieron caminando apreciando el silencio de la noche, aquí no había ruido que no sea el aire chocando contra las hojas, o los búhos y las aves acomodando su nido, nada que no sea natural.

Jimin soltó su mano para pasarla por su cintura y atraerla suavemente a su lado, ella lo dejó hacerlo. Se detuvieron un segundo a ver cómo Adrien seguía observando las pequeñas plantas y flores que estaban debajo de sus pies.

Jimin sonrió y dejó un beso en su mejilla, poniéndose delante de ella sin soltar su cintura. 

─¿Quieres regresar?

─Lo haremos dentro de unos días, solo quiero estar un poco más aquí.

─Todo lo que quieras, bonita.

La abrazó con más fuerza, recostando su mentón sobre su hombro, ella acarició su espalda y sonrió. Se sentía muy bien estando en sus brazos.

***

─Avísame cuando llegues, estaré pendiente de ti ─sonrió Lorena a su pequeño hermano dulcemente. 

Lorena y Jungkook regresarían a casa, pues tenían cosas que hacer allá, también el cambio de clima le había afectado a su pequeño hijo. Jimin y Regina los acompañarían hasta la estación de trenes, el señor Tom se ofreció a llevarlos hasta allá y ellos agradecieron eso. 

La noche anterior quedo claro que Lorena ahora viviría con Jungkook, hasta que ambos encuentren una casa que le guste y se adecúe a lo que necesitan para su hijo. Ellos también se encargarían de sacar sus cosas de la casa de la tía Lord, ahora que su padre no está, no le veían sentido seguir viviendo ahí.

La señora Bayly se despidió de ellos pero luego de eso solo se encerró en la habitación de la abuela, podía quedarse ahí horas sin comer. Sus hijos la animaron un poco pero ella pidió amablemente que solo quería estar sola.

Rouse y Adrien se despidieron de ellos con un movimiento de manos, en un par de horas regresarían.

─Iré a ver a los caballos del señor Tom ─sonrió emocionado y desapareció del lugar.

Rouse sonrió y dio la vuelta para entrar de nuevo a casa, se detuvo al ver ciertos detalles que no recordaba. Las flores que estaban ahí eran un perfecto recuerdo físico de lo que tuvo con Taehyung. Sonrió levemente al recordar las palabras que usó al entregarle sus flores favoritas.

─Ya están marchitadas ─se escuchó desde atrás y ella volteó.

─Taehyung ─fue lo único que salió de sus labios al verlo de pie, con sus manos dentro de sus bolsillos, observando las flores.

─Las flores que te regalé el día que dije que te quería... Ya están marchitadas.

Rouse regresó a ver a las flores, y esta vez ya no quería verlo a él. Taehyung caminó hasta estar a su lado, en silencio. 

─Pensé que ya te habías ido.

─Yo pensé lo mismo de ti.

─Sigo aquí ─respondió y él volteó a verla.

Taehyung suspiró lentamente y sacó sus manos de los bolsillos, sus dedos ahora jugaban delicadamente en el aire, y sus ojos se desviaron hasta las manos de ella; extendidas y libres.

Lo dudó por mucho tiempo, y llegó a la conclusión que no debía de intentar nada más, no era correcto. Rouse estaba siendo muy buena con él, y lo sabía. Porque si él fuera ella, ahora misma se habría golpeado a sí mismo. 

─¿Hasta cuándo te quedarás?... ─preguntó tímidamente, solo quería hablar.

Ella lo miró sin una expresión, entonces respondió:

─Eso no te incumbe.

─No debes de ser tan cortante, solo trataba de ser amable.

─¿De verdad intentas ser amable? Lo único que logras es que desea con más ganas tenerte lejos de mí. No quiero tu amabilidad, no la necesito. No necesito que sientas pena por mí.

─No es lo que intento demostrar...

─Solo aléjate de mí y de Jimin. 

─Desearía que me hubieras defendido como lo defiendes a él ─soltó en un improviso de celos.

Rouse solo lo vio y suspiró con cansancio, desviando su mirada por unos segundos pero luego volviendo a él.

─Sabes que hice mucho por ti, pero veo que no eres lo suficientemente agradecido como parta darte cuenta de eso.

─¡No hiciste nada por nosotros! ¿Sabes lo que pienso ahora de todo lo que pasó? Siempre fuiste egoísta, solo pensabas en ti y en ser correspondida, pues lo lograste ─vociferó extendiendo sus brazos fugazmente─. Me tuviste y luego me dejaste, nunca lo viste de esa manera ¿Cierto?

─¡Fuiste tú quien dudó de mi amor! ¿Podrías estar con alguien que no confía en lo que siente por ti a pesar de ya haberlo demostrado? Te ves patético pensando que eres el único que no se equivocó.

─¿Ahora es mi culpa?

─¡Desde un inicio fue culpa de los dos!

Se miraron por un largo rato en silencio y con un evidente enojo, pero poco a poco ese enojo disminuía, y había un pequeño intento de comprenderse.

─Desde un inicio fue culpa de los dos... ─susurró con un suspiro largo de cansancio, esto le causaba cansancio─. Para empezar... Fue mi culpa besarte y no hacerte caso cuando me dijiste que no querías arruinar la amistad por un sentimiento efímero. Pero tú... No niegues que también me veías de otra manera, o eso me dabas a entender... Y tú me gustaste desde siempre, estoy segura que tú también hubieras caído si te hacía eso Regina... Bueno, tú sí caíste también.

─No la metas a ella en esto ─se acercó precipitadamente, manteniendo distancia pero lo suficiente como para que ella note su incomodidad al mencionar a su hermana─. Ella no hizo nada de lo que crees, no tienes ni idea de lo mucho que Regina te aprecia. Eres tan egoísta que siempre pensaste que ella solo se dedicaba a destruir tu vida, cuando en realidad solo te protegía.

─¿Me protegía haciendo sentir menos? Tú no sabes nada, Taehyung.

─Te estaba protegiendo de mí, pero evidentemente tú ignoraste las señales. Y me quedaré con el recuerdo de que fuiste una buena amiga, no puedo pensar otra cosa de ti.

Después de un AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora