Amarte Así

Capítulo 22

Heriberto se quedó literalmente sin respiración, su pulso se detuvo para dispararse al siguiente instante. Allí estaba ella, frente a él, diferente pero igual al mismo tiempo. Ya no llevaba su cabellera negra que tanto le gustaba, pero no podía decir que no disfrutara la visión de esa nueva imagen, con su cabellera teñida de castaño.

Casi podía jurar que la música se había dejado de escuchar, o quizás era él que estaba sumergido en su mirada ojiverde.

Osvaldo levantó la ceja al ver que su compañero de trabajo seguía sin responder al saludo de la mujer, así que intervino.

- Discúlpalo, creo que se le fundió algo – dijo dándole una palmada para que reaccionara. - Salúdala hombre. – Heriberto dio un paso adelante para acercarse más, ignorando a Osvaldo en toda regla.

- Estás aquí. – Victoria solo asintió sin mostrar mayor expresión en su rostro. Él fue a acercarse más y quizás se habría atrevido a tocarla si no hubiese sido porque Osvaldo intervino de nuevo.

- ¿No vas a presentarnos a tu amiga, Heriberto? – Victoria rompió el contacto visual y se sintió abandonado. Se enderezó entonces y cumplió con las formalidades.

- Victoria, él es Osvaldo, un compañero de trabajo, también está en el proyecto del hospital rural.

- Un placer conocerte Victoria – le dijo tomando la mano de la mujer e imprimiendo un beso que resultó molesto para Victoria y aún más para Heriberto.

- Ahora puedes dejarnos a solas, Osvaldo. – Su amigo resopló en broma pero los dejó para seguir con la celebración.

- ¿Cómo estás Heriberto? – preguntó por fin Victoria y luego se mordió nerviosa el labio. Heriberto sintió recorrer en su cuerpo un calor que solo había disfrutado cuando estaba en presencia de ella. – Veo que... te has integrado bien a esta comunidad. – continuó ella echando un rápido vistazo a la pista donde continuaban todos bailando y riendo.

Del otro lado de la fiesta, la rubia que hacía rato bailaba con Heriberto observaba con cuidado a la mujer con la que su compañero hablaba. No podía verla como hubiese querido porque los asistentes le quitaban visión, lo cual era frustrante. Osvaldo llegó a su lado en la barra y pidió algo de beber.

- ¿Quién es la mujer que está con Heriberto? – preguntó a Osvaldo.

- Victoria. – La mujer miró al hombre abriendo un poco más los ojos, lo que no pasó desapercibido para él. - ¿La conoces?

- No. Pero he oído hablar de ella. – dijo tensándose un poco y su amigo soltó una risa fuerte.

- ¡Estás celosa!

Heriberto aún no podía creer que Victoria estuviese frente a él. Y quizás por eso no podía hilvanar una oración coherente. Sin embargo, se esforzó por hacerlo, pues temía que el tiempo se le acabara y esa ilusión frente a él desapareciera.

- ¿Por qué no me llamaste para decir que vendrías? Habría...

- Lo hice... - interrumpió ella – En realidad he estado tratando de comunicarme contigo hace días. – Heriberto casi maldijo por su estupidez.

- Es mi culpa. Hace semanas tengo problemas aquí con la señal y la empresa de telefonía no ha resuelto el problema. He estado usando otro número, pero olvidé enviártelo. – Ella asintió con suavidad. – Pero viniste...