Victoria se quedó abrazada a Heriberto durante un buen rato, escuchando como su respiración se calmaba hasta quedarse dormido profundamente. Sintió como si el corazón no le cupiese en el pecho; la emoción de haberse entregado a él era única e inexplicable.
El diván donde habían hecho el amor era grande y cómodo, así que él dormía sin mostrar signos de incomodidad, aún teniéndola sobre él. Ella recorrió con sus dedos el rostro ahora sin ninguna venda; Victoria sentía el pecho palpitar con fuerza porque si él abría los ojos la descubriría. Sin embargo, ella tenía que salir de allí antes que se dieran cuenta que Ámbar había desaparecido; especialmente el hombre que Rómulo había puesto a cargo de su vigilancia.
- Tengo que irme mi amor – le dijo sobre los labios en un susurro y lo besó con suavidad. Pero Heriberto apenas si suspiró, así que ella solo sonrió sintiéndose renovada y con valor.
Victoria se vistió rápidamente con su disfraz de Ámbar, y tomó su celular para marcarle a Zafiro para que acudiera a la habitación. Tapó a Heriberto con el edredón de la cama, haciendo una mueca al pensar dejarlo dormir allí toda la noche. Pero sonrió de nuevo al ver su rostro descansado; pensó que habría dado cualquier cosa por ver sus ojos cuando le hacía el amor.
El amor... Victoria había hecho el amor por primera vez. Aunque hubo una ocasión en la que sintió que se entregaba por amor, ahora comprobaba que no había sido así. Heriberto le había demostrado, aún sin saber con certeza que era Victoria, que la amaba. Aunque en teoría pensaba que tenía un encuentro con Ámbar, fue su nombre el que susurró una y otra vez; lo que hizo que ella se sintiera amada por única vez en su vida.
La puerta sonó interrumpiendo sus pensamientos y ella corrió a abrir para que no se despertara. Zafiro entró angustiada y al mirar al hombre sobre el diván lanzó un jadeo y miró a su amiga.
- Victoria...
- Necesito tu ayuda. Ya está cerca la hora de que termine mi turno, no puedo quedarme Cecilia.
- ¿Le contaste la verdad? – Victoria se mordió el labio.
- No. Lo que pasó aquí fue entre Ámbar y Heriberto. – Cecilia se pasó la mano por los ojos preocupada.
- Has perdido la razón.
- No, al contrario. He recuperado la cordura y estoy dispuesta a luchar por él.
- ¿De verdad? – le preguntó esperanzada ahora.
- Sí. Pero tengo que resolver algunas cosas. Por lo pronto, regresar a mi casa y que el guardaespaldas de Rómulo no sospeche nada.
- ¿Qué quieres que haga?
- Que hagas lo posible porque nadie aquí sepa que estuve con Heriberto.
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Amarte Así
FanfictionHeriberto Ríos Bernal es un pediatra que dedica muy poco tiempo a las relaciones amorosas, hasta que conoce a Victoria Gutiérrez. Ella le desconcierta y atrae en partes iguales, pero está decidida a sortear cada uno de sus intentos por conquistarla...