Victoria se movió entre sueños cuando sintió un cosquilleo en su espalda, luego uno más y finalmente se estiró para darse la vuelta y encontrarse con un Heriberto despeinado y sonriente. Ella se enamoró aún más, aunque no creía que fuese posible; pero así fue.
- Buenos días – le susurró él sobre sus labios antes de besarla con ahínco. Victoria recibió su beso con gusto y lo apresó con sus brazos. Y cuando él la fue soltando, ella le mordió con suavidad el labio inferior.
- Muy buenos días – le dijo sin dejar de acariciar la espalda masculina. – Me encanta cuando me despiertas así.
- Lo sé. Y a mí me encanta despertarte así. – dijo posando sus labios en el cuello femenino. – También me encanta tu aroma – comentó con voz ronca y ella sonrió.
- Te propongo quedarnos aquí, abrazados todo el día. – Victoria rió al notar la erección de su marido.
- No podemos. Tengo unas entrevistas – hizo un puchero que él procedió a besar con rapidez. - ¿Qué hora es?
- Las 7:30 am – ella abrió los ojos y lo empujó con suavidad
- Dios mío, a las 8:30 tengo que atender a unas personas. – Heriberto suspiró y la dejó ir, mirándola hacer el trayecto hacia el baño, completamente desnuda. Se levantó tras ella, dispuesto a persuadirla de quedarse un rato más con él.
- Podrías decir que irás más tarde – intentó él mientras se posaba tras ella, que se cepillaba los dientes frente al espejo. Acarició su espalda y a ella se le erizó la piel. Heriberto besó su hombro y pegó su erección al trasero de su esposa. - ¿Qué te parece? – Victoria se enjuagó la boca, resistiéndose con todas sus fuerzas a caer en el magnetismo de las caricias masculinas.
- Me encantaría – le aseguró volviéndose para robarle un beso rápido. – Pero tengo que ir.
Victoria entró a la ducha y él siguió sus pasos. Bajo el agua, ambos se sonrieron y él tomó el jabón en sus manos para comenzar a lavar el cuerpo delgado de su mujer. Victoria en cambio, tomó el champú e hizo lo propio con el cabello de Heriberto.
- Gracias por seguirme. – Las manos de Heriberto acariciaron a propósito los pechos de Victoria, haciéndola gemir. Si él iba a quedarse con ganas de hacer el amor, ella no se iría sin pagar penitencia. Le dio la vuelta para pegar su espalda a su pecho y continuar acariciándola, ahora dejando que mientras su mano izquierda se encargaba de sus pechos, su mano derecha hacia un recorrido descendente hasta su entrepierna – No deberíamos...
- ¿Qué cosa? – preguntó él, sabiendo a qué se refería. - ¿Esto? – insistió mientras sus dedos hurgaban en lo más íntimo, arrancando gemidos de placer en ella. Victoria se sostenía de la pared, aunque estaba segura que él jamás la dejaría caer. Heriberto le hizo el amor con las manos y cuando ella gritó al ser atravesada por un relámpago de emociones, la sostuvo con delicadeza.
Cuando su corazón se aquietó, Victoria se dio la vuelta y Heriberto terminó de bañarla, mientras la observaba con una sonrisa.
- Juegas sucio. – le acusó con diversión
- Ni te imaginas lo sucio que podría jugar – Guiñó un ojo y cerró la llave de la ducha y tomó una toalla para envolverla. – Pero no debes hacer esperar a los de la pren... – Victoria no lo dejó terminar, y se guindó a su cuello para besarlo con brío. Heriberto le correspondió y después de unos segundos donde sus lenguas anticiparon el acto sexual que vendría, la alzó en vilo para llevarla de vuelta a la cama.
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Amarte Así
FanficHeriberto Ríos Bernal es un pediatra que dedica muy poco tiempo a las relaciones amorosas, hasta que conoce a Victoria Gutiérrez. Ella le desconcierta y atrae en partes iguales, pero está decidida a sortear cada uno de sus intentos por conquistarla...