𝗙𝗔𝗡𝗚𝗜𝗥𝗟 𝟮 ━━ Chris Evans

UN MES DESPUÉS

En un abrir y cerrar de ojo pasó un mes desde aquel día donde supe que Chris había estado en el mismo lugar que yo. La charla que necesitábamos sucedió días después de leer la carta. Todo pasó por llamada, y en cuanto escuché su voz mis sentimientos por él volvieron, aunque para ser sincera, nunca se fueron. 

Christopher me contó todo lo ocurrido, me platicó lo que estuvo haciendo y la verdad detrás de aquellas fotografías que salieron con Lily James. También me preguntó — como era de esperarse— sobre Iván, tema que no pude evitar. No, no éramos novios, pero se había convertido en una persona importante para mi, al grado de considerar estar con él. 

El final de nuestra platica fue dos horas después, cuando tomamos la decisión de seguir nuestros caminos por separado, y si el destino nos quería juntos, lo aceptaríamos con los brazos abiertos. Me preguntó que si todavía lo quería, y no lo negué, porque conocerlo fue lo mejor que me pudo pasar. Chris había revolucionado mi vida. Al colgar, sentí una punzada en el corazón, pero al final habías hecho lo mejor para los dos.

— Dinora... Dino

Abro mis ojos y me encuentro con Charly, que pasaba repentinas veces su manos por mi cara.

— Sigo viva si es lo que quieres saber. — Me incorporo y trato de no volver a caer dormida. Charly junta sus labios y no dice nada. — Pero dime, ¿qué te trae por aquí?

— Tu papá me llamó, me invitó a ver un partido de fútbol. — dice como si fuera lo más normal del mundo.

Espera, ¿cómo tiene el número de mi papá?

— ¿Mi papá tiene tu número?

— Tú papá me lo pidió hace unas semanas, nada del otro mundo, es como tener un nuevo amigo.

No digo nada más acerca de lo raro que saber que ellos textean, digo, mi papá sabe de todo lo que pasó entre nosotros pero supongo que por lo mismo se le hace normal hablar con él, ¿no?

— Diviértanse, que yo quiero y necesito dormir. — Digo volviendo a tirarme a la cama para dormir.

Charly suspira.

— Ven, pasa el rato con nosotros. — quita la cobija que me cubría y pone la típica cara para que yo no pueda negarme.

Claro que no caería, eso ya no funciona conmigo.

Pero su puchero...

— Bien.— Me vuelco a levantar. — Pero espero que pidan pizza, y también quiero doritos. — Pido señalando al castaño.

— Lo que ordene, patrona. — Asiente y me hace una seña para que salga de la habitación primero que él.

Cuando salgo, y miro lo silenciosa que estaba la habitación que solía ser de Iván, recuerdo todo lo que pasé con él. Él se tuvo que ir a Ciudad de México por asuntos familiares, y no dijo fecha de regreso, por lo mismo no quitamos las cosas que dejó en el cuarto.

Cuando bajó las escaleras puedo ver que mis padres ya están listos para ver un partido de tigres.

— Me costó, pero logré traerla. — Ante lo dicho por Chaely, mis padres voltean para verme y esbozar una sonrisa.

— Me prometió pizza, no pude negarme. — Me tiro junto a mamá y Charly hace lo mismo pero en el sillón individual, y el que estaba a la derecha de mi padre.

— Es bueno volver a estar así. — Mamá pasa sus brazos por mis hombros y deja un beso en mi frente.

— Invitamos a Alexander, pero estaba ocupado, ya sabes. — Asiento. Mi mejor amigo solía tener muchas salidas entre semana.

Los minutos pasan, y el partido comienza, ambos hombres emocionado como niños, y nosotras no tanto, sin embargo, les dábamos apoyo moral. El medio tiempo llega, y con ello el sonido de una motocicleta también.

La pizza había llegado.

— Milagro, me moría de hambre. — Charly la pone en el centro de la mesa y mamá trae la soda con los vasos. Sin esperar aviso, empezamos a cenar. Mi padre no dudo en hacer sus típicos chistes, causando nuestras carcajadas, y haciendo que Charly se estuviera ahogando con la soda.

Y sonará algo estúpido, pero en ese lapso de tiempo, pude apreciar mi vida. Los últimos meses pensé que me faltaba algo, pero no es así, no me falta nada, creo que todo lo que llegó después es un plus, así que sí, me gustaría vivir rodeada de ellos por el resto de mi vida.