𝗙𝗔𝗡𝗚𝗜𝗥𝗟 𝟮 ━━ Chris Evans

FIESTA Y HOMBRES

El desayuno con Sebastian había salido mejor de lo que esperaba, ignorando la mirada de Iván sobre nosotros cada minuto. Ahora iríamos a la fiesta que se haría en un bar del hotel, no teníamos invitación, pero mi acompañante hizo algunas amistades para que nos dejaran entrar.

— ¿Seguro no nos sacarán a patadas? — vuelvo a preguntar.

Sebas niega y me toma de la mano. — Sígueme. — Me guió hasta la entrada principal, donde solo tuvo que decir que venía por parte de un tal Fernando Otero.

— Te dije que todo saldría bien. — La música le daba buen ambiente al lugar, se podía ver una multitud razonable que bebía y charlaba, otros era más movidos y bailaban en el centro de la pista, algo que no haría hoy.

Sebastian y yo fuimos directo a la barra libre, y comenzamos a pedir nuestra bebida, él whiskey y yo como fiel seguidora, vodka.

— Deberías comenzar a confiar cuando te digo que todo saldrá bien. — Me mira y hace una mueca. — Soy un galés con habilidades fantásticas.

— ¿habilidades fantásticas? — pregunto, tal vez, solo tal veez quería el doble sentido.

Sebastian parece no captarlo.

— Sip, habilidades como hablar con ma gente y ser un poco bueno para convencerlos. — El barban llega, y nos deja los vasos frente a nosotros.

— Entonces serás un grandioso abogado. — Él se alza de hombros ante mi cumplido.

— Puede ser que tengas razón. — Dejamos de platicar para beber, hasta que su celular comienza a sonar y se disculpa para ir a contestar.

La curiosidad empieza a sonar por todo el lugar, y comienzo a cantarla. Gracias música por quitarme la depresión.

— ¿Por qué estás sola? — escucho que preguntan. Giro un poco para verlo, pff.

— No estoy sola, vine con alguien. — Miro a Sebastian que estaba en un rincón lejos de la música y de la multitud, no parecía una llamada fácil.

— ¿El que parece más interesado en el celular que en su cita? bastante competente. — Ruedo los ojos, ¿que necesidad de decirlo así?

— Sí, ese. — es lo único que digo para volver a mi vaso.

El sujeto que estaba a mi lado, y claramente al que no pensaba hablarle, no dejó de verme.

— Deja de verme así. — Pido, esperaba que Sebastian llegara rápido para poder dejar a este wey aquí.

— Tranquila, pero tienes un poco de rimel corrido. — Dice. — Anda, te lo quito. — Un ash salió de manera involuntaria, pero no me quejo.

Pasa su pulgar por mi piel con mucha delicadeza.

— Iván, al parecer siempre estás atento a todo lo que tengo en ma cara. — recordé la vez del moco.

Iván bebe de su vaso con cerveza.

— Siempre estoy en todo, Dino. — Puedo ver como Iván mira de reojo a Sebastian, que venía caminando hacia a mi.

— Vete, ahora. — digo tratando de que se vaya, pero no me hace caso.

— Noup, ¿Por qué no dejas que conozca al nuevo señor alvarado? — dice y clava su mirada en mi cita.

Sebas llega y le sonríe, pero luego se queda parado mirándome. Es el momento donde se excusa y se va, tengo bastante experiencia en esto.

— Disculpame, un amigo me llamó tuvo un problema con la gente de nuestro hotel, tengo que irme. — Dice apenado.

Sin ver a Iván, puedo sentir sus ganas de reírse del momento.

— Está bien, no te preocupes. Tienes mi número para cualquier cosa. — Digo, y me levanto para despedirme del ingles. Sebastian deja un beso en mi mejilla y luego de despedirse de lejos de Iván, se marcha.

— Creo que solo seremos tú y yo. — dice sonriendo.

No me quejaba, al menos podía alcoholizarme y sabía que él me cuidaría.

— Iván. — lo miro. — Siempre somos nosotros. — termino diciendo y pido otro vaso de Vodka para seguir con mi noche, pero con diferente compañía.

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Chris miraba la televisión junto a Scarlett y Robert. Era un día más frío que los anteriores y habían decidido pasarlo juntos en casa de Evans.

Robert siempre sacaba el tema de Dinora, pero casi nunca sacaba más información de la que todos sabían.

— Oye, ¿sigues sin saber de ella? — pregunta el actor ganándose la típica mirada de ¿otra vez? ¿De verdad? por parte de Chris. Scarlett solo se limita a prestar atención.

— Seguramente está estudiando, no sé. — Chris sabía por Tom que estaba de vacaciones en Cancún, pero era algo de lo que trataba de no hablar. Tenía que dejar de preguntar por su ex-novia, aunque su ruptura haya sido ajena a lo que él quería.

— Ay Evans, Ay Evans. — Es lo único que sale de la boca de Downey.

— Deberías hablarle, tal vez arreglar las cosas. No sé. — Aconseja Scarlett. Chris se veía más feliz con aquella muchacha que con todas las chicas con las que había estado saliendo en los últimos meses.

— Deberíamos ver la película. – Es lo último que dice antes de volver su mirada al televisor.

Chris pensó buscarla hace unos meses, pero no podía, no se lo permitían. Nunca se había arrepentido de ser actor, hasta que tuvo que dejarla.