Ivan
Camino de un lado a otro a la espera de recibir noticias de ella, mi preocupación estaba por los cielos, no sabía que esperar, y escuchar a su madre sollozar no me ayudaba mucho. Miro a mi alrededor y me encuentro con la mirada de Charly, que había llegado en cuanto Iris le avisó. Su mejor amiga — que también era un mar de lagrimas — no deja de aferrarse a la chaqueta de su novio. Alexander mueve su pie tan rápido que me marea, así que dejo de verlo.
No puedo esperar más y camino a paso firme a recepción, esperando que tengan algo de información. La pelirroja, que anteriormente me había negado saber el estado de Dinora, me ve y suspira.
— No te diré nada, vuelve a la sala de espera y has eso, espera. — Su tono hace que le de una mala mirada. A su lado estaba una mujer, que tenía cerca de cincuenta años y cuando ve la preocupación que manejaba, me regala una sonrisa reconfortante.
— ¿Dinora Alvarado? — Ante su pregunta asiento enseguida. La mujer comienza a teclear algo a pesar de la mala mirada que le da la pelirroja que carece de empatía.— ¿Qué eres de ella?— Su pregunta hace que yo también me pregunte lo mismo, ¿Qué era yo de ella?, no sé bien que responder, pero probablemente si decía que era su amigo me negarían la información.
— Su novio. — respondo con los brazos sobre el mostrador. La mujer de cabello azabache lee algo rápidamente y luego me mira.
— Llegó con lesiones en el dorso y tórax, junto a un esguince cervical. — Dijo más, pero ante lo complicado que eran las palabras, me quedé con lo primero. — Su estado no es delicado, hasta ahora. Cielo, tienes que tener fé.
Asiento lentamente y camino de nuevo a la sala de espera. Fernando y Diana, dos amigos de la facultad de Dinora me ven y me invitan a sentarme con ellos.
— Estará bien, no es su momento de morir. — Diana me da una palmada en la espalda y de cierta manera hace que comience a creer eso.
A ella le quedaba mucho tiempo en mi vida, al menos eso esperaba.
Pasa alrededor de de una hora y mi único consuelo es ver las manecillas del reloj. La noche llegó y el hambre ahora no era algo que me preocupara, sin embargo, Jennifer y Sam decidieron ir por café para todos.
— Familiares de Dinora Alvarado. — El doctor, que anteriormente nos había dicho que sería el que estaría dando la información y el encargado de su operación, se hace presente. Todos nos levantamos, pero sus padres son los que se acercan hasta él. — Fue complicado, y no puedo asegurarles que despierte hoy, pero lo hará, solo tenemos que tenerla en observación. — Evangeline sonríe agradecida y Daniel no deja de tomarla por los brazos. — es fuerte, saldrá de esta.
Suspiro aliviado. Ella estaba bien.
Después de que el doctor nos dejaran solos, unos se van, quedando solamente: sus padres, Alexander, Iris, Charly y yo.
— ¿Cuándo podré verla?— Su madre me mira ante mi pregunta.
— Es una visita cada dos horas, pero luego de nosotros, podrás verle. — Eva pone una mano en mi hombro y me regala una sonrisa reconfortante, aunque debería ser al revés.
Miro el reloj, de nuevo.
Ocho de la noche.
Pronto podría verla.
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Chris
Había llegado al hospital sin ser reconocido por ningún guardia o doctor, cosa que me extrañó un poco. Camino hasta recepción y me encuentro con dos mujeres, una de edad mayor y una mujer que aparentemente estaba en sus veintitantos. Me acerco un poco, pero el timbre de mi celular hace que me quede estancado y lo apagué rápidamente. Levantó la vista y me encuentro con un chico al que reconocí al instante: Iván.
No me caía bien, aunque nunca lo había tratado, ni siquiera lo conocía, pero en él había algo que no me dejaba tranquilo.
«son celos, Chris.»
Niego sacando esa idea de mi cabeza, tal vez lo eran, o simplemente era un instinto.
Me acerco un poco más y escucho que la enfermera mayor le pide que le diga la paciente.
Solo era su amigo, claro está.
Pero eso no salió de sus labios. Cuando la palabra "novio" fue pronunciada, sentí un revoltijo en el estomago. No era su novio...creo.
Intercambian unas cuentas palabras más y se va dejando libre el recibidor. Miro para ambos lados en busca de personas, y no hay nadie, solo una pareja con un niño muy, pero muy inquieto.
— Hola.
Ambas me miran y antes de que dijeran algo, hago una seña para que no hagan nada. La mayor me mira y parece no tener emoción alguna, a diferencia de su compañera, que era un mar de emociones.
— ¿En qué podemos ayudarte? — La dama me pregunta. Erin, era su nombre, al menos eso decía en su gafete.
— Vengo por Dinora Alvarado, ¿tendrá algún informe? — mi voz sonaba tranquila, sin embargo, estaba queas ansias me carcomian. La mayor se juega a decirme algo, pero no es el caso de... Nancy, su compañera.
— Erin, sí tenemos información. — Nancy, cómo se hacía llamar, mira algo en su computador y comienza a hablar.
— Lesiones en el Tórax... — empezó a hablar mientras yo la miraba de manera atenta. — Está en operación, saldrá en una hora o menos, después de eso, esperan una hora para poder visitarla. — Cuándo termina de decir aquello, una idea se viene a la mente.
— ¿Puedo verla al salir de la operación? — pregunto. Erin mira a Nancy y niega. Sin embargo, la última lo duda.
— Erin, podríamos...
— Nancy, no.
— Tal vez si le decimos a Ricardo, podría dejarlo.
¿Quién era Ricardo?, no entendí mucho de lo que hablaron, pero al final, el tal Ricardo se apareció y me saludó, como si se tratara de un amigo suyo de toda la vida.
— Podrás verla, veinte minutos solamente, después de eso, tendrás que esperar cómo todos. — Asiento a lo que dice el doctor.
o jefe.
— Gracias, estaré esperando justo aquí. — Camino hasta una silla que se encontrana en el rincón junto a una planta y me siento acomodando mi gorra y lentes. Los tres me miran por un rato, hasta que deciden seguir con lo suyo prometiendo que me avisaran cuando ella salga de la operación.
Una hora tendría que esperar.
Solo una hora más.
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𝗙𝗔𝗡𝗚𝗜𝗥𝗟 𝟮 ━━ Chris Evans
Fanfiction𝐅𝐀𝐍𝐆𝐈𝐑𝐋 𝟐 | siete meses después, el drama vuelve más fuerte que nunca.