CAPÍTULO 33: Traidor.

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Había un ligero silencio al interior de la camioneta de Julio, el volumen de la música es muy bajo pero reconozco la pieza que se reproduce es "Spring Waltz" de Chopin, era la canción favorita de mi madre Miranda. 

—¿Y bien? —pregunta Julio rompiendo la burbuja de silencio a nuestro alrededor. 

Éramos los únicos que viajaban en la camioneta, al parecer Young soo decidió viajar en su propia vehículo sin compañía alguna. 

—En la carta que escribió Matilda, dijo que Vincent tramaba algo grande, que buscaba un arma que había permanecido oculta o más bien protegida por su familia. 

—¿No dijo qué arma es?

—Según ella no pudo descubrirlo y al ser Silas su nieto y el último Bonet vivo, supuso que él podría ayudarme a encontrarla. 

—Eso es ridículo. Matilda fue la líder de su linaje ¿cómo no podría saber cuál es el arma más poderosa de su familia? —cuestiona Julio molesto. 

—Justo pienso lo mismo, aunque hubo un tiempo antes de que me traicionara que me contaba cosas sobre su clan, secretos e historias. Intento recordar si llegó a comentar algo importante, pero no lo creo. 

Julio detiene la camioneta y saca su teléfono del bolsillo interior de su chamarra, marca un número telefónico y activa el manos libres de la camioneta para escuchar por medio del altavoz. 

—Sí —responde una mujer, es Harriet. 

—Estamos a pocos kilómetros para entrar al pueblo, asegúrense de que el perímetro esté libre y en cuanto estén seguros  llámame para que Laurent y Young soo puedan entrar a salvo. 

—Entendido —le contesta Harriet. 

Cuelga y guarda su teléfono de nuevo en el bolsillo interior de su chamarra. 

Siento como si mi corazón diera un brinco y un poco de calor en las mejillas. 

Cuatro de las camionetas que venían detrás de nosotros, aceleran y nos rebasan con rapidez, formadas en fila una detrás de la otra, quedando solamente la mía y la de Young soo estacionadas. 

—Sabía que no me equivocaba al ponerte al mando en mi ausencia. 

—Sí bueno, cuando estabas jugando a ser un ángel en lugar del demonio que verdaderamente eres, alguien tenía que tomar la tarea de aterrizarte cuando fuera necesario. Los aliados comenzaban a ser un poco, abusivos. 

La curiosidad me obliga a mirar a través del espejo retrovisor y me percato de que hay algo diferente en el aspecto de Young soo, luce distraído y ausente. 

—¿Qué pasa con Young soo? —interfiero de repente. 

Julio mira por el espejo retrovisor y aparta los ojos apresuradamente. 

—Ha estado así desde la primera vez que desapareciste en São Paulo​, no lo hemos visto beber y casi no habla. 

—¿No ha bebido? ¿Es broma cierto? 

—No, a mí me parece muy extraño, porque hasta donde sabemos, es un adicto ¿no? 

Entonces recordé aquél día en que Julio comentó que mi hermano no parecía convencido de mi regreso, supuse que este era buen momento de sacar el tema en la conversación.

—¿A qué te referías con lo que hablamos sobre él la última vez? 

—¿Cuándo? 

—Mencionaste que él no lucía muy feliz con mi retorno y que incluso fue complicado convencerlo. ¿Por qué dijiste eso?

—Desde que desapareciste Young soo también se fue, en el minuto uno en que llegamos a Brasil para refugiarnos no volvimos a tener noticias sobre él. Decían que vivía en Madrid pero cuando intentábamos contactarlo jamás lo conseguimos; hubo un tiempo en el que me obsesioné por encontrarte y descubrir qué fue lo qué te pasó, lo único que pude saber fue acerca de que las otras dos familias junto con Vincent habían estado involucrados con tu desaparición por un pacto que hicieron entre ellos. 

Mi Antigua Vida (TRILOGÍA FAMILIA REAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora