CAPÍTULO 44: Conexión.

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Me sentía asustada, nerviosa. No podía controlarlo, simplemente lo sentía.

La angustia y el temor de reencontrarme con Vincent se fortalecía, él y yo compartíamos sangre, genes, y nunca pudimos vernos como hermanos, por siglos lo intenté hasta el día de hoy entendí que eso no iba pasar, ni aunque se me fuera la vida intentándolo.
Algo que aún no consigo comprender es —¿qué es lo que tiene a Young soo tan a la defensiva? ¿cómo es que llegó al límite no solo de traicionar a su mejor amigo, sino hasta su hermana?— por más que le daba vueltas al tema, no hallaba la respuesta.

Silas insistía en hablar conmigo pero lo he estado evitando desde lo que sucedió en la playa; Alexander y Amelia lo mantenía lo más alejado posible de mí pero me sorprende lo insistente que puede llegar a ser, no se ha movido de la entrada de la biblioteca, esperando a que salga y hablemos.

¿Qué se supone que le diga?

Que hice lo que tuve que hacer para mantenerlo a salvo, que el beso no significó nada para mí, que pensé que iba a morir.
A pesar de ello, no quiero herirlo pero tampoco quiero que se haga una idea errónea de lo que pasó.

Quería ir a mi vieja habitación, si Julio estuviera aquí ya me habría salvado.

—¿Sigue ahí? —pregunta Harriet asombrada.

—Sí, lleva por lo menos una hora ahí parado —contesta Daniel.

—¿Qué pasó exactamente con él Laurent? ¿Por qué está tan necio? —me interroga Alexander levantando una ceja.

—No importa —respondo ruborizada— creo que malinterpretó un poco las cosas.

—En ese caso es mejor que se las aclares en lugar de esconderte —comenta Amelia hojeando un libro— le estás dando motivos para confundirse.

—Es que... me preocupa lo que quiera decirme.

Sin pensarlo un momento más, me dirijo a la gran puerta de madera, doy vuelta al cerrojo y al abrirla, mi corazón se tranquiliza y los nervios desaparecen, nuevamente me inunda la misma calma y serenidad inspiradora de Silas.

Se cambió de ropa, por fin puede usar una playera que deja asomar sus ejercitados brazos, es más fuerte de lo que pensé, debe ser por el lacrosse, él era el capitán del equipo.
Su cabello castaño está húmedo y puedo apreciar lo brillantes que son sus ojos, cuando recién lo conocí lucían de color café oscuro cuando en realidad es ámbar, resplandecientes con la luz de las velas.
Trae puesto un pantalón negro, una playera café y unas botas marrones. Su rostro de repente me es familiar.

—Pensé que nunca saldrías.

—Mi hermano Vincent aparecerá pronto, no serviría de nada ocultarme.

—¿Viene por mí no es así?

—Ya no lo sé, en la posición en la que me encuentro, no creo que pueda dar pelea mucho tiempo, será fácil para ellos acabarme.

—Esther mencionó lo de Young soo. Nunca lo hubiera imaginado, parecía buena persona.

—Lo era, me defendió de Orien y Vincent muchas veces.

—Lo lamento Laurent, has pasado por mucho últimamente. Puedo entender porqué te escondías de mí así que, no te pediré hablar sobre ello por ahora.

—¿Entonces por qué me estabas buscando?

—Quiero que sepas que voy a pelear a tu lado.

Debe estar bromeando.

—No estoy de ánimo para bromas Silas.

Emprendo mi camino en dirección a las escaleras de mármol para ir a mi habitación.

Mi Antigua Vida (TRILOGÍA FAMILIA REAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora