Las semanas pasaron y ya faltaban diez días para mí comienzo en la escuela, iba a estar con los de tercer grado de primaria en una institución del distrito.
Los de servicios sociales aconsejaron que yo fuera al psicólogo dos veces por semana, dónde me la paso ignorando las preguntas o haciendo tonterías.Me e ido acostumbrando a los distintos tamaños y variedades de animales un poco, es un avance.
—¡Sora! ¡Rápido, me dijiste que conseguirías nuevos insectos para mí terrario! — Sunan me jaló el brazo para que fuera más rápido al jardín.
—Ash, ¿Por qué prometí eso? — me cuestioné, aunque realmente me agradaba poder pasar tiempo con él, aunque sea sólo un poco.
—Porque los mataste a todos con insecticida.
—¿Como iba a saber que eso no era una plaga en el sótano? — me lanzó una mirada asesina —¡Vamos a por esos insectos!
Corrimos hacia el patio trasero donde habían una cantidad insana de bichos...
En fin, atrapé unos cuantos grillos con mi red y otros con mis manos que se retorcían desagradablemente.Él juntaba de esos insectos que se hacen bolita de los rincones húmedos y fríos.
—¿Por qué te gustan tanto estas cosas? — fruncí el entrecejo ya que un grillo salto en mi cara.
Aún dándome la espalda contestó
—No sé, quizá porque son pequeños y adorables... — wakala —o tal vez porque los tengo que cuidar yo, es como tener una familia.
Esto es... Incómodo.
Bueno, no creo que esté feliz si lo que sea que le pasó para llegar aquí.
Iba a consolarlo o algo, pero pensé en como me sentiría yo en su lugar recibiendo pena de otros.—Si fueran más lindos estaría de acuerdo contigo. — me burlé —Igualmente, creo que podemos hacer algo que te va a gustar mucho.
—¿Qué cosa?
Sonreí de oreja a oreja maliciosamente.
—Se-Cre-to. — se quejó.
[...]
—... — fregué el último plato, lo sequé y luego lo guardé con incomodidad en la alacena.
Me di la vuelta y ahí estaba, con su mirada de perro mojado... Creo que aquí no aplica eso.
—No te voy a decir... — suspiré —Por ahora.
Sus ojos llenos de emoción me siguieron todo el día, hasta que ya casi era la hora de dormir.
—A las 2:00 de la mañana, quédate en el pasillo. — Le susurre.
—¡A dormir ya! Apagaremos las luces en diez minutos.
Gritó la encargada.
Nos miramos y asentimos, tengo una sorpresa perfecta.
[...]
Cuando llegué al cuarto de las niñas, como siempre, se burlaban un poco; que si mi cuerpo era feo, que daba miedo, que era asquerosa...
Susurran como si no estuvieran a dos metros de mí.
—¿Y vieron que el niño ardilla se junta con ella? Es súper raro — dijo una chimpancé peinando su pelaje.
—Si, yo vomitaría si la tengo cerca.
—Creo que lo amenaza para torturarlo o hacer cosas malas.
—Tal vez si son amigos — dijo la más neutral del grupo, una tortuga.
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Hajin
Aventura«¿Qué pensarías, si un día, despiertas en un cuarto oscuro y frío? ¿Y... si ese cuarto oscuro y frío es tu hogar?» Sora se enfrenta a grandes problemas en una sociedad de animales antropomórficos, dónde tanto carnívoros como herbívoros convive...