12. Rayas falsas

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Estaba por dormirme cuando alguien abrió la puerta.

-No viene nadie hasta ahora, - resoplé -¿Y justo se les da la gana cuando son las tres de la mañana? Qué agradables son.

-Bueno, la verdad es que no planeaba venir hasta que me dijeron que tú estabas involucrada.

Voltee tan rápido que casi me da un latigazo cervical.

-Puto mentiroso... - solté con veneno -¡Siempre fuiste un caballo!

El se hizo paso de forma presumida hasta la silla.

-Bueno, mi trabajo tiene ciertos, "matices" que un niño no entendería.

Apreté los puños y lo miré como si quisiera clavarle un puñal, algo que no me negaría si se presentara la oportunidad.

-Lo único que entiendo es que los "matices" de tu trabajo son dispararle a cualquiera que se mueva, - sus orejas se movieron levemente -perseguirlos, hacer uso de violencia y... Casi abusar sexualmente.

-Creo que te estás equivocando.

Acerqué más la cara hacia él.

-Yo creo que atar un paciente menor de edad a una cama con puerta cerrada y solo dos personas, que empiezan a quitarle la ropa interior no se puede malentender o confundir, señor.

Se crispó, cruzó los brazos y resopló como solo los caballos saben.

-Primero, lo estás sacando de contexto-

-No se puede sacar de contexto, me tenían vulnerable, sin poder defenderme ¿Qué sabía yo si lo iban a hacer o no?

-¡Sólo queríamos saber tu sexo para registrarlo en la planilla médica!

-Podrían haber preguntado.

-¿Habrías respondido?

-No sé, no se tomaron la molestia.

Se apretó la cien, lo estaba molestando bastante y se lo tenía bien merecido.

-Además, ¿Los matices de tu trabajo implican disfrazarte cómo en carnaval pintándote rayas blancas?

-Eran vendas.

-¿Me recuerdas cuál es tu nombre y tú cargo? - pregunté -Así cuando salga de aquí te denuncie.

Me miró furioso, estaba segura que se iba a poner a gritar en cualquier momento, pero su cara se suavizó. Me miró engreído.

-Yafya, el Beastar.

Parpadeé confundida.

-¿Qué coño es Beastar? ¿Es algún cargo estúpido que sólo crearon para tí?

Ahora el confundido era él.

-¿Qué no vas a la escuela?

Lo dejé continuar

-Haa, Beastar es un título, un puesto que sólo ocupa la élite de la élite, - peinó su crin hacia atrás -los representantes herbívoros o carnívoros de los derechos, los pilares de la sociedad. - lo seguí mirando expectante -¿Los que hacen del orden? ¿No te suena siquiera?

-No me interesan cosas espirituales o de fantasía.

Literalmente lo que me decía de los Beastar es un montón de basura sobre tratar de poner orden en ésta sociedad de mierda, una bola de sueños e ideales que proyectan en éstas figuras.

-Lo que te estoy diciendo, en palabras simples, es que defendemos a la sociedad y representamos la justicia.

-Y por cómo vino, no creo que venga a defenderme a mí, no? - no me respondió -Pero bueno, cúlpeme a mí, así se ahorra el trabajo de investigar.

HajinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora