Capítulo 17

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-Ah, no puede ser, también quiero un novio así. – dijo una chica junto a su amiga mientras veía como Tamaki ayudaba a ____ a arreglarse el cabello, después da caminar un rato y jugar algunas cosas, definitivamente tenía que alborotarse un poco.

-Aw, son tan tiernos. – dijo otra chica que pasaba junto a su novio. – La próxima vez vengamos con Yukatas a juego ¿está bien?

-Ya está listo. – dijo Tamaki colocando la última flor en el cabello de ___, ella estaba sonrojada, pero muy feliz por todo lo que escuchaba a su alrededor, al parecer realmente se veían bien juntos, estaba muriendo de la felicidad. Tamaki también estaba feliz, es que no había un mejor momento que ese.

Incluso ella estaba vestida de esa forma, era increíble lo bella que se veía con Yukata.

-Tamaki. – dijo ella llamando la atención de su acompañante. – Vamos a sacarnos una foto.

-Ah, está bien. – dijo él con una sonrisa. Ambos caminaron tomados de la mano hacia donde estaba el señor que sacaba las fotografías, se pararon uno junto al otro e intentaron no parecer nerviosos. Se miraron entre si y soltaron una pequeña sonrisa, la cual el fotógrafo aprovecho para plasmar en la foto. Después de un par de minutos, el señor les entregó sus fotografías, era una para cada uno, ____ la miró unos segundos.

Se veían tan felices, en la foto se encontraban mirándose entre si, con las manos tomadas, sonriendo sonrojados ¿acaso podía ser mas perfecta? Incluso estaban con Yukatas a juego.

Comenzaron a sonar los fuegos artificiales de un segundo para otro, ____ los miró unos segundos y Tamaki llegó rápidamente junto a ella, en sus ojos se reflejaba el espectáculo, Tamaki no pudo evitarlo. La aprisionó en un abrazo, frente a todo el mundo, haciéndola sonrojar completamente, él también estaba nervioso.

-Gracias por venir conmigo. – dijo él sonrojado mientras la abrazaba. – Realmente estoy muy feliz por eso.

-También estoy feliz de que me hayas invitado. – dijo ella con una sonrisa mientras lo abrazaba. – Muchas gracias, ha sido una muy linda noche.

Ambos miraron el espectáculo de los fuegos artificiales después de eso, esperaron a que terminara, compraron algunos dulces y decidieron irse del festival. Caminaron en la noche por las calles de la ciudad, había muchísima gente esa noche, ambos iban de la mano, recordando cada segundo de la maravillosa velada que habían tenido. Y es que no podían estar más felices.

La noche había sido perfecta, había sido todo impresionantemente lindo. Ambos estaban muy guapos, jugaron, se divirtieron, tuvieron momentos románticos y vieron los fuegos artificiales en Yukata. No podía ser mejor.

Llegaron hasta la casa de ___ y Tamaki se puso frente a ella unos momentos, sin soltarle la mano.

-Bueno, aquí te dejo. – dijo él con una sonrisa, nervioso, pero es que no podía disimularla, estaba demasiado contento. – Espero que duermas bien.

-Gracias por hoy. – dijo ella con una sonrisa y dándole un corto beso en los labios antes de entrar a su casa. Ella subió corriendo las escaleras y se lanzó a su cama para taparse la cara con la almohada y gritar de emoción. Simplemente no podía creerlo.

Tamaki estaba afuera, con una sonrisa boba mientras emprendía camino hasta su casa. Entró y subió a su cuarto aún sonriendo, recordando a ____ en Yukata, miró la foto un momento y soltó un suspiro. Cuando entró a su cuarto, se sorprendió al ver a Negire y a Mirio allí, arqueó una ceja.

-Qué tal estuvo, cuéntanos. – dijo la chica emocionada, Mirio lo miró con una sonrisa. Tamaki se puso un poco colorado, pero aún así sonreía nervioso. – Andaaa, dime.

-Estuvo bien...

-¿"Bien"? – dijo Mirio mirándolo mientras arqueaba una ceja, tamaki vaciló mirando hacia los lados, mordiéndose el labio inferior con emoción. – Yo diría que estuvo genial ¿no?

-Fue muy lindo. – dijo el chico con una sonrisa nerviosa, Negire dio un pequeño salto de emoción, Tamaki soltó un suspiro y les entregó la foto, ambos la miraron con ternura. – Ella se veía muy linda, y nos llevamos muy bien, todo fue genial. Vimos los fuegos artificiales juntos... fue genial.

-¿Algún besito? – dijo su amiga, Mirio la codeó y ella lo miró mal. Tamaki sonrió. – ¿Se besaron en público?

-No sé si tan en público. – dijo Tamaki avergonzado. – Pero fue un beso muy corto, nos escondí detrás del bolso que traía ella.

-POR QUÉ LOS ESCONDISTE.

-Era demasiado vergonzoso, había muchísima gente. – dijo el chico justificándose y luego soltó un suspiro con una sonrisa. – Bueno, de todas formas, está bien, fue genial, todo fue perfecto.

-Del uno al diez.

-No puedo enumerarlo. – dijo Tamaki lanzándose a la cama y poniendo sus bazos detrás de su nuca para mirar al techo. – Realmente no puedo expresarlo con números, sería algo como "infinito".

-Cómo estuvo. – dijo Eri emocionada por escuchar a su hermana, pero ella sólo estaba con la cabeza enterrada en la almohada. Aizawa entró a la habitación para escucharlo también. – Anda, nosotros te ayudamos, dinos.

-Es que no lo sé. – dijo ella con una sonrisa mirando a su familia dentro de su habitación. – Es que... cuando lo recuerdo, siento que no lo sé, es irreal, cosas que sólo pasan en los cuentos de hadas ¿lo entiendes? Es como si lo hubiese soñado.

-Puaj, cursi. – dijo Aizawa saliendo de la habitación, Eri la miró con ilusión, ____ sólo de mordió los labios con emoción y luego sacudió la cabeza.

Llamada Entrante de Tamaki.

-Hola. – dijo ____ contestando de inmediato, al pequeña salió de la habitación cerrando la puerta, ____ se recostó nuevamente en la cama con una sonrisa. – Llegaste a casa.

-Si, estoy en casa. – dijo él con una sonrisa y soltó un suspiro, miró el techo, sus amigos se acababan de ir a sus casas. – Lo siento por llamar tarde, es que... sólo quería hablar.

-Sobre qué.

-Sobre lo que quieras. – dijo él con una sonrisa mirando su techo, definitivamente decir lo que quisiera era mucho más fácil por teléfono que frente a frente. Al mirar su cara, se congelaba por completo, sentía que su corazón iba a explotar. – En realidad sólo quería escucharte otra vez.

-Qué dices. – dijo ella sonrojándose nerviosa y mordiéndose el labio unos segundos antes de contestar. – También es lindo para mi escucharte, Tamaki.

-¿Puedes decir mi nombre otra vez?

-Tamaki.

-Jesucristo. – dijo el chico pasándose una mano por la cara, completamente sonrojado, soltó un suspiro que ____ logró oír desde el otro lado de la línea. – Justo ahora, creo que tu voz es lo único que pasa por mis venas.

Lo lindo de la Timidez [Tamaki Amajiki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora