Capítulo 14

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-¿Hola? – dijo Tamaki sentado en su habitación, acababa de recibir una llamada de ___. – Dime.

-Hola, Tamaki. – dijo ella mirándolo unos segundos. – Bueno, resulta que Aizawa san y Eri chan viajaron a no sé dónde, entonces me dijeron que no podía salir de casa.

-Oh. – dijo el chico rascándose la cabeza unos segundos. – Ah, está bien.

-Y yo le dije que iba a salir contigo, él me dijo que en ese caso nos quedáramos los dos en casa hasta que llegara él. – dijo ella sentándose en el sillón un poco nerviosa. – Quizás no es lo que esperabas, pero no puedo hacer más, lo siento.

-Mientras pueda estar contigo, para mi está bien. – dijo él un poco sonrojado, ella también se sonrojó y él aclaró un poco su garganta. – Entonces ¿a qué hora voy?

-Ah, cuando quieras. – dijo ella mirando su casa, estaba completamente ordenada. – Creo que ya está todo listo, así que puedes venir cuando quieras.

-Genial, me visto y voy en camino. – dijo él y se quedó un segundo en silencio.

-Está bien, adiós... - dijo ella y luego aclaró un poco su garganta. – Nos vemos.... Besos...

-Besos... - dijo él sonrojándose y luego ella colgó la llamada. Él miró su armario y entonces se colocó una camiseta blanca, un abrigo largo negro y los jeans de siempre. Él salió de su casa y no tardó en llegar frente a la casa de la chica, pasó una mano por su cabello y se acercó para tocar el timbre.

¿Debería tocarlo ya? Quizás ella aún no esté lista, debería llamarla antes ¿y si se estaba bañando? No podría contestar el teléfono.

-Palomitas, caramelo, chocolate, bebidas. Palomitas, caramelo, chocolates, bebidas. – dijo ella abriendo la puerta frente a Tamaki, chocando con el pecho de este último. Ella levantó la cabeza sorprendida. – Ah, ya llegaste.

-Si, hola, espero no haber llegado muy temprano.

-No, está bien. – dijo ella con una sonrisa y luego se rasco la nuca un poco nerviosa. – Tengo que ir a comprar algunas cosas ¿me acompañas?

-Si, voy. – dijo él siguiéndola después de que ella cerró la puerta, ambos caminaron hasta la tienda, compraron todo lo que tenían que comprar y volvieron a la casa, ella abrió la puerta con un poco de dificultad y luego entraron. No era la primera vez que tamaki estaba allí, y ojalá no fuera la última. Tamaki estaba nervioso, no estaba hablando demasiado, ya que el día anterior ella no le había dejado responder a su declaración.

-Me gustas, me gustas muchísimo. – dijo ella con una enorme sonrisa en el rostro, ni siquiera estaba nerviosa, solo estaba demasiado feliz por saber que esa persona que tanto le gustaba, estaba interesado en conocerla como nadie la conocía. Solo salió de su boca, pero volvió a la tierra en cuanto vio la cara completamente sonrojada de Tamaki. – Ah, lo siento... fue un descuido, discúlpame... sé que eres tímido, no debería...

-Ah, pero yo...

-Oh, está bien, prefiero que no me lo digas hoy. – dijo ella soltando un suspiro y tratando de quitar el sonrojo de su rostro. – Dios, no puedo creer que lo dije ¿no estás molesto?

-N.no... - dijo el chico sonrojado obedeciendo y no respondiendo a la declaración de la chica.

Definitivamente debía decírselo ese día. Ella tenía que saber cuánto le gustaba, ella había tenido el valor de decírselo, él también tenía que hacerlo, no podía quedarse atrás. Para que pudieran avanzar en la relación, tenían que ir dando pequeños pasos todo el tiempo.

Lo lindo de la Timidez [Tamaki Amajiki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora