Capítulo 35

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-Es lindo esto. – dijo ___ con una sonrisa, relajada mientras veían una película en el sofá de la casa de su novio. Pero no mas relajado que él, quien recibía un masaje en el cabello inconscientemente por parte de la chica.

-Si, es muy relajante. – dijo él sonriendo y luego mirando a su novia con una sonrisa, ella besó la frente del chico. Tamaki estaba recostado en el sofá con la cabeza apoyada en el regazo de ___. Ella estaba sentada tranquilamente mientras bebía un refresco. – Podríamos hacer esto más seguido ¿no?

-Con este clima horrible, claro que sí. – dijo ella soltando un suspiro, mientras no despegaba su vista de la televisión. – Es muy lindo tener un novio como tú.

-¿Lo crees?

-Si, eres la persona mas tierna que conocí jamás. – dijo ella sonriendo, a pesar de que anterior a él no había conocido a muchas personas, después de todo. – Siempre te preocupas por mí, estas a mi lado en los momentos difíciles, me defiendes, me quieres, me haces saber que me quieres y pasamos estos maravillosos momentos juntos.

-No se si la gente es feliz teniendo una novia. – dijo él soltando un suspiro, sorprendiendo a la chica, esta lo miró extrañada. – Es decir, muchas personas están infelizmente relacionados con alguien, por muchísimos motivos, hay parejas que pelean un montón, así que no se si estoy feliz por "tener novia", pero definitivamente estoy feliz de tenerte a ti a mi lado.

-Eres tan tierno. – dijo ella soltando un pequeño suspiro aliviado, y luego volteó a ver a la televisión nuevamente. Tamaki miró la hora en su reloj de pared y soltó un suspiro. – Ya va siendo hora de que nos vayamos.

-¿Ya? – dijo ella mirando también en aquella dirección. Tamaki se levantó del sillón y la ayudó a ella también, ella acomodó su ropa y caminó hacia su abrigo mientras Tamaki apagaba la televisión. – Lo mejor es que vayamos de inmediato, Bakugo me matará si llego tarde.

-Yo tengo un entrenamiento especial. – dijo él soltando un suspiro mientras se ponía su abrigo y su bufanda. ____ tomó su mano y ambos salieron de la casa soltando un suspiro agotado, realmente estaba haciendo muchísimo frío. Ambos caminaron hacia la escuela y se detuvieron en la puerta, Tamaki se acercó a ella, juntando las puntas de sus narices y haciéndola reír, él la miró con una sonrisa. – Me tengo que ir, llamame cuando estés en casa o si pasa cualquier cosa ¿está bien?

-Está bien. – dijo ella acercándose un poco más y robándole un corto beso, haciendo que sus mejillas se sonrojaran, pero no poniéndolo nervioso. – Te quiero.

-Te quiero más. – dijo él besando la frente de la chica, y cada uno caminó hacia el lado que debía ir. ____ caminó por las calles hasta el café que habían acordado como punto de encuentro junto a Bakugo, solo iban a salir a pesar y Bakugo le dijo que la invitaría a comer Takoyaki, y claro que ella no podía negarse a eso.

-Hasta que te dignaste en aparecer. – dijo Bakugo sentado en la mesa cuando ella entró a la cafetería y se aceró al lugar. El chico se levantó con su café para llevar y se acercó a ella para salir nuevamente. – ¿Por qué tardaste?

-Estaba viendo una película, la hora pasó muy rápido. – dijo ella soltando un suspiro y mirando el cielo, que no parecía querer despejarse. – Y Tamaki tenía que ir a la escuela, así que pasé por allí antes de venir.

-En fin, a lo que vinimos, muero de hambre. – dijo el chico sonriendo y haciendo sonreír a su acompañante. Ambos caminaron hacia el puesto de Takoyakis juntos mirando a su alrededor, había muchísima fila y, delante de ellos, habían dos chicas conversando.

-Ah, realmente he subido mucho de peso. – La chica que acababa de hablar, se veía realmente delgada y alta, Bakugo rodó los ojos, haciendo que ___ sonriera. – Ya estoy pesando cerca de cincuenta y tres.

-¿¡Cincuenta y tres!? – dijo la mujer a su lado mirádola, claramente impresionada. La mujer que había hablado primero asentía con la cabeza apenada, y Bakugo junto a ____ se miraron con los ojos muy abiertos. ____ miró sus piernas, pensando en que, nada mas sus extremidades pesaban cincuenta y tres kilos y ella estaba quejándose que había subido de peso, la castaña soltó un suspiro escuchando la conversación. – Si quieres que te renueven el contrato tienes que mantener tu peso, amiga, sabes que es un poco mas difíciles para las actrices.

-Lo sé. – dijo la mujer arreglándose el cabello. – Estoy harta de los estándares de belleza asiáticos, tienes que ser delgada y de estatura media para ser bonita, incluso a mi me critican mucho por las redes sociales.

-¿Hablas enserio? – dijo su amiga y la otra solo asintió con la cabeza. – Por qué.

-Pues porque subí de peso, y se nota muchísimo. – dijo ella soltando un suspiro mientras miraba su cuerpo. – Es que, si te miras tu misma en el espejo, a veces es difícil notar que estas gorda, porque te ves todos los días, pero los demás si lo notan mucho, y claro que no le gusta... en fin, aun así quiero Takoyakis.

____ miró las piernas de la chica nuevamente, parecía ser una actriz popular como para que la gente la siguiera tanto por redes sociales. Ella tenía piernas delgadas y perfectas, su cintura estaba muy marcada y sus caderas no eran tan anchas; entonces ____ se miró a si misma, pues anteriormente, nunca había pensado bien en la forma de su cuarpo. Tenía las piernas gruesas, definitivamente no estaba delgada como ella, ni siquiera cerca, pensó entonces en sus brazos regordetes que se abultan al juntarlos con su tronco, miró inclusos sus manos, que parecían las manos de un bebé, pequeñas y bultosas. Ella soltó un suspiro y entonces, recibió un zape de Bakugo.

-Qué estás pensando. – dijo él soltando un suspiro molesto mientras avanzaba en la final, las chicas de adelante se habían ido, tras que una convenciera a la otra de no comer frituras. – No me digas que te arrepentiste del Takoyaki.

-No, en absoluto. – dijo ella mirando a su acompañante, dándole una sonrisa, pero él, supo inmediatamente que era falsa, y le puso mala cara. – No es eso...

-Ve a entrenar. – dijo él soltando un suspiro y ella se sorprendió al escuchar sus palabras, él ni siquiera la miró. – Si quieres adelgazar, no dejes de comer, solo entrena más, te ayudaré.

-¿Enserio? – dijo ella emocionada y sus ojos brillaron, haciendo sonreír al rubio a su lado. – Y cómo ¿no tengo que dejar de comer nada?

-En absoluto. – dijo él mirándola con una sonrisa. – Yo pienso que estás bien así como estás, pero si tu no te sientes bien con ello, solo debes hacer mucho ejercicio, no solo correr conmigo, ir al gimnasio en las tardes y ocupar la escuela y sus inversiones para tus fines.

-Tienes razón. – dijo ella emocionad ay él asintió con la cabeza. – Podría incluso nadar si pido usar la piscina, dicen que nadar es bueno.

-Si, lo es. – dijo él y ella le dio los cinco emocionada, y haciéndolo reír. – Empezamos mañana después de clase.

-Sí que si.

Lo lindo de la Timidez [Tamaki Amajiki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora