Chuuya

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Cuando entras a la mafia con lo primero que te encuentras es un ambiente hostil, o al menos así es cuando entras por culpa del idiota de Dazai.

Con el tiempo vas adaptandote, aprendes a confiar en algunas personas de la mafia. 

Mori, por ejemplo, es intimidante, es como si en cualquier momento saldrá de esa calma y te clavará un cuchillo en el cuello a la primera oportunidad. Nunca puedes confiar completamente en él. Casi igual es Dazai, o lo era en la mafia. No sabes lo que esta pensando, no descubres si te esta mintiendo o no hasta que lo compruebes, no te das cuenta si esta planeando matarte, tan solo puedes cerrar los ojos y confiar que no te dejará morir a manos de tu propia habilidad. 

Aunque si hay una persona en la que puedo confiar ciegamente; Kouyou. Es casi una figura materna. Me enseñó hasta como vestirme, de buenos vinos y por supuesto, sobre la mafia. Siempre podía ir con ella y contarle cualquier cosa, incluso si me regañaba por estupideces que había hecho, nunca perdía mi confianza. Podia confiar en que me dirá su opinión más sincera.

—Dile que no—ordenó la pelirrosa sin dejarme terminar de contarle.

—Eso le dije.

—Bien, asunto resuelto.—tomó un sorbo de su té.

—No, no lo está.—me eché para atrás topando con el suelo. Estaba en el famoso "cuarto de té de Kouyou" una zona usualmente prohibida para todos, Mori a duras penas puede entrar, pero eso no me incluye a mi, por suerte. El cuarto era tradicionalmente japonés, con flores adornando puertas y paredes, y en el centro una pequeña mesa rodeada de almohadones.—Dazai iba a insistir y me fui antes que tuviera la oportunidad y sabes lo que eso significa.

—¿Qué te viste como cobarde?—soltó un poco burlona.

—No—respondí ya un poco de malas.—Que ahora en cuanto lo vea de nuevo va a estar insiste e insiste y me veré en la necesidad de arrancarle la cabeza.—ella soltó una pequena risa.—Y todavia esta el tema ese de los chimuu.—pase mis manos por mi cara, que estresante.

—Siempre puedo ir a visitarlo, Chuuya.—dijo esta vez más seria, con sus ojos brillando en amenaza. Suspire divertido, solo un poco.

—No, de cumplirle su amado sueño de morir me encargo yo.—terminé la charla levantandome, me dirigí a la puerta estilo japonesa. Era raro ver esa puerta en un edificio enteramente diseñado occidentalmente.—Hasta luego, Kouyou-san.

Ella solo asintió y siguió bebiendo su té.

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Uno de mis trabajos favoritos de la mafia era investigar a alguien. Seguirlo, memorizar sus patrones e identificar a todo aquel con el que haga contacto, aunque claro, para investigarlo primero tienes que encontrarlo.

Desde lo alto de un edificio miré la calle iluminada por los ultimos rayos del sol, estaba llena de tiendas que para este punto estaban despidiendo a sus clientes y cerrendo, obviamente temiendo que los chimuu les saquearan. 

Bajé por detrás del edificio cuidando que nadie me viera, al salir del callejón, justo antes de dar la vuelta a la izquierda me encontré con la causa de mis berrinches con Kouyou, con la misma cara burlona de siempre.

—Vaya, Chuuya, creí que después de lo de ayer no te dejarías ver.

—A ti qué te importa, tarado. Estoy trabajando, no sé si sepas lo que significa.—me volteè y caminé dispuesto a darle fin a la pequeña charla. Aunque Dazai no tenía las mismas intenciones.

—Soy flojo, Chuuya, no idiota.—comenzó a seguirme a varios pasos atrás.—¿Estas buscando a los chimuu?—no le respondí, seguí caminando y volteando a todos lados disque buscando pero no poniendo atención en absoluto.— Yo también.—con eso dicho paré en seco.

—¿Tú ya sabes donde estan, verdad?—su maliciosa sonrisa me lo confirmo.—¿Y por qué no avisaste a la mafia, entonces?—pregunté temiendo otra traición por su parte.

—Ah, Chuuya, si no fuera por las cucarachas esas tú te estarías escondiendo de mi y no responderias a mi petición.—dijo en un tono más serio.

—Yo ya respondi a tu "petición".—hizo una fingida mueca de disgusto.—Pero, claro, ¿cuándo has respetado la voluntad de otros?

—Auch, enano—gruñi ante el apodo.—no lo veas como algo súper formal, velo como sexo frio.

Solo me dediqué a mirarlo mal y que mi cara reflejara el más obvio "no" de la historia.

—¿Dónde están los chimuu, Dazai?—dije lo mas serio que pude. 

—Te lo dire a cambio de...que tu vayas.

—¿Eh? Por supuesto que iré yo, no sé a que te refieres.—mi respuesta pareció satisfacerlo. 

—Recuerdas hace años ese pueblo raro al que un día fuimos para investigar un grupo rival que al final terminó siendo todo falso.—miré al cielo haciendo memoria.

—¿Si...?

—Pues ese grupo resultó no ser falso del todo. Retirado un poco del pueblo, casi entrando al bosque hay un tipo de búnker, ahí se encuentran las cucarachas reinas.

—¿Y cómo lo averiguaron?—pregunté.

—Adivine que los chimuu no se encontrarían en la misma ciudad que atacan, así que mandé a Atsushi y a Kenji a explorar el pueblo y Ranpo dedujo lo demás.—asentí, enviandole un mensaje a Mori.—Por cierto, los publerinos no parecen entusiasmados con atrapar a los chimuu, tengan cuidado.—se volteó caminando por el lado contrario, yo hice lo mismo, a penas había dado un par de pasos cuando volvió a hablar.

—Ah, se me olvidaba, Chuuya—giré ante su llamado.—el viernes a más tardar 8 am, vamos a matar a las cucarachas, los espero ahí.—y volvió a su camino.

Llamé a Mori para informarle de todo.

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Al llegar a mi departamento, ya terminado con la planificación del ataque, me di el tiempo para ofenderme y llamar a Kouyou para quejarme a gusto. Saqué una botella de vino de mi recién renovada reserva, ni siquiera me molesté en sacar una copa, tan solo bebí directamente de la botella.

—¡Y adivina lo que el muy cinico me dijo!—levante la voz oyendo un "qué" del otro lado de la linea.—que solo seria "sexo frio" o sea, ¡como se atreve!—escuché a Kouyou indignarse también a través del celular.

—¿Ese imbécil tiene al menos un poco de decencia?—se quejó ella.

—Despues de todo es Dazai de quien hablamos.—le di un gran trago a la botella.

—¿Y bien?—me preguntó.

—¿Y bien qué?—me confundí.

—¿Qué le dijiste?

—¡Obviamente le dije que no!—maldeci mi voz por salir dudosa. En realidad no le había dado una respuesta verbal.

—Chuuya...

—Bueno, en realidad solo lo mire feo, pero me dirás que siendo tan inteligente no entendió la negativa.—Kouyou suspiro.

—Sabes que se aprovechará de que no fuiste directo.

—¡Pero es que estaba tratando de obtener informacion!-

—Vete mentalizando, el viernes no te dejará de molestar.

Solo solté un quejido y me aventé a la cama, hundiendome en mi desgracia. 

Esta bien, todavía faltan tres días para ello.

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Solo para avisar que saqué otra historia también soukoku pero mas fluff, si llegan a leer esto, pueden pasarse por allá, o no, como quieran :)

Ya mero empieza ya la relación formal, cálculo unos dos capítulos más (tal vez desde ahí los capítulos sean más largos), y luego ya los problemas serios.

Tengan un monito día, tarde o noche.





Not Enough || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora