Dazai

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Recuerdo mis momentos en la mafia.

Recuerdo a Ango, Akutagawa, Odasaku, y a Chuuya.

También recuerdo el inmenso odio que empezó a emerger por Mori y el desprecio que me generba que Chuuya le fuera tan leal.

Cuando deje la mafia pensé que Chuuya vendría a partirme la cara. No lo hizo, me decepcione un poco, puse una bomba en su auto en vano. 

Debo admitir la genuina curiosidad que sentí al pensar en qué haría Chuuya si Mori le pidiera matarme, sonreí de lado al concluir que me mataría sin dudar.

Hace un tiempo que ir a explorar distintos bares se ha vuelto mi hobbie, los he evaluado y clasificado en cuatro categorias: Chuuya (horrible), Atsushi (decente), Odasaku (bueno), Kunikida (para los que me han echado). La mayoría terminan en un Atsushi o Kunikida.

He clasificado a todos los bares cerca de la agencia, por lo que tocan los bares cerca de la mafia, de esa zona solo conozco  uno el cual no pisare. Le pregunté a Akutagawa con cual podría empezar, después de toser varias veces, me dijo que había uno que la gente con habilidades frecuentaban. 

Agarre mis llaves, y dudé un poco si tomar mi gabardina o no, decidí llevarla y salí del departamento con paso calmado. 

Era de noche y la luna se veía enorme e iluminada por los rayos del sol al otro lado del planeta. Saqué mi celular para revisar donde quedaba aquel bar, estaba algo lejos pero no me importó. 

Recorrer las calles que antes de la agencia frecuentaba tanto frecuentaban me lleno de amarga nostalgia. Habían cambiado mucho, era más iluminada, más concurrida, parecía que habían esperado a que me fuera para empezar a ser más alegres. 

Llegue al dichoso lugar. Tenía ventanas enormes que permitían mirar dentro del bar, arriba había un cartel con el nombre del lugar decorado con flores. Abrí la puerta de cristal, y vi a un pelirrojo con un sombrero, sentado en un banco del cual me sorprendía que se hubiera podido sentar. 

Me acerqué, lento, tratando de que no se diera cuenta que estaba justo detrás de el, pero al verlo cabeceando y con sus orejas rojas, supe que estaba borracho ya. Abandoné mi discreción y me senté al lado de el. 

—¿Te quedaste sin vino?— dije a la vez que levantaba la mano para que me atendieran. —whisky.—ordené.

Mire a Chuuya que tenía las mejillas rojas y me devolvía la mirada confundido, como si fuera un fenómeno que no podía entender. Reí, tal vez si era un fenómeno que no podía entender.

—¿Y a ti quéh?—respondió en casi un suspiro.—penseh queh ya n0 tendRiA q vErte, cavallah.

—Oh, Chuuya, me temo que no es tan fácil librarse de mi.— había visto otras veces a Chuuya borracho, pero ahora realmente me estaba dando ternura.

—Aghhh, p0r qUeeeeee—se quejó casi callendo del banco, al ser buena persona, evite que lo hiciera. Sostuve su espalda y traté de levantarlo de nuevo. 

—¿Por qué estás aquí, Chuuya?— pregunté antes de darle un sorbo a mi whisky. 

—TuVe un PEsiMo día— se encorbo y miró su copa vacía.

—¿Au, tan malo es verme?—contuve una risa.

Él no dijo nada tan solo puso unos ojos tristes e hizo un casi imperceptible puchero. Apoyó su codo en la barra y suspiro. Observé esos ojos azules más expresivos que los anteriores. Bien, ahora puedo definir mi tipo: pelirrojo de ojos azules. 

Espera no-

—¿Estás triste porque se acabo tu vino?—sonreí con falsa compasión. 

—n0... Bueno, poQuiTo, per0 tanbiEn p0r otrazz cozas.— levanto la cabeza y puso ojos de cahorro, que mal que no me gustan los perros.—si mE coMpraZ oTra—agarro la botella vacia de vino— te dig0 cuAlqUier sEcretoo.

—¿En serio?—sonreí divertido. Levanté la mano— una botella de vino.

—¡Yess!—celebró Chuuya. 

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—A Higuchi le gUsta Akuuuu—suspiré, los secretos de Chuuya son tan aburridos.

—Pero que hay de ti, Chuuya, por qué no me cuentas un secreto tuyo.

Él abrió mas sus ojos y se puso mucho más rojo de lo que ya estaba. Coloco sus brazos y su cabeza arriba de estos cubriendo su cara. Comenzó a murmurar algo que no pude oir bien, me acerque más y solo escuche que terminaba en "...abas". 

—¿Qué?

—Que tu me gustabas...

Bueno, ese si era un secreto.

...

¿Que?

Vi un auto negro estacionarse fuera del bar. Tachihara salió del vehículo, y entró al lugar. Se quedó estático al verme ahí.

—¿D-Da- Q-Que hazai aquí? —Me impedi soltar una carcajada.

—Solo estoy explorando bares y encontre este— le expliqué. El sólo solto un "oh" y se fue hacía Chuuya que aún seguía cubriendose la cabeza. Tachihara trato de levantarlo, pero Chuuya solo se pego más a la barra.

—No, no, no.—decía mientras luchaba con Tachihara. 

Cuando al fin pudo levantarlo, ll2amo al cantinero para pagar lo que Chuuya había tomado. Entre tanto yo me levante y asegurandome de que Tachihara nos viera, agarre la cara roja de Chuuya y bese sus labios. No sé si podría considerarse un beso porque fue a penas un roce, pero hubo el suficiente contacto para que Tachihara se congelara y el cantinero dejara de explicar que Chuuya había pagado por adelantado. El de ojos azules ni siquiera se inmutó, solo se quedo ahí con cara de sueño.

—Mañana le cuentas.—dije como si nada, contando el dinero de mi billetera.

—¡Te va a asesinar!

—Ese es el plan.—dejé el dinero en la barra y salí.

¿Podría ser un bar tan Chuuyamente Odasaku?

Si.

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El día estaba soleado y caluroso, en el aquel parque algunas personas se refugiaban del cruel sol en la sombra de los arboles, yo era una de esas personas.

—¡Maldito imbecil hijo de perra!

—Auch, Chuuya, ¿por qué me comparas con un sucio perro?—me volte a verlo, venía dando pisotones con aura intimidante.

—Por que lo eres— llego a donde estaba, y se cruzo de brazos.— ¡A parte de cinico! "Mañana le cuentas", ¡Bastardo! ¡Voy a cortarte las piernas y los brazos, te cortare la lengua para que dejes de decir estupideces y te aplastare los ojos, me encargaré personalmente de que no tengas oportunidad de suicidarte y tengas una vida mucho más infeliz!

—Waoh, Chuuya, ¿has estado leyendo esa historia "la oruga" de Ranpo? A mi me ha encantad-

—¡Imbecil!!

—Oye, Chuuya, pues no sé porque te sorprende tanto si tu fuiste el que dijo que yo te gusto—en realidad había dicho "gustaba", pero quería confirmar mi hipótesis de que esos sentimientos todavía estaban presentes.

Mi sospecha se confirmó cuando vi el rostro rojo de Chuuya, sus ojos abierto de sorpresa y más que nada, ver como empezaba a retroceder.

—Ey, ey, Chuuya, no huyas. — le segui.—¿Por que no comenzamos a salir? Sera divertido.— él me miró con la misma cara de cuando le encontré en el bar.

—No.

—¿Ehh? ¿Por qué?

—Porque- porque a ti no te gusto.—dijo y se fue, sin darme la oportunidad de seguirlo, uso su habilidad para salir volando.

Bueno, tal vez tenga un nuevo hobbie.

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No quiero tardarme tanto en "ser novios o no ser, he ahí la cuestión", quiero que sea al estilo rayo mcqueen y luego ya empiezan los problemas >:)








Not Enough || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora