Dazai

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TW!!: Aqui Dazai es un poquito (bastante?) mas explicito con su intento de suicidio. 

Cuando Chuuya salió azotando la puerta traté de convencerme a mi mismo que estaba emocionado, la verdad es que estaba algo nervioso. Usualmente, cuando me tiró al rio, lo hago confiando en que de alguna u otra forma sobreviviria.

Aún era temprano, pero fui a la cocina a servirme whisky. Sabore cada gota pensando en que sería la última vez que aquel liquido pasara por mi garganta. 

Me recosté en el sillon, pensando en que cosa podría brindarme una muerte efectiva. Bufé con obviedad, estando en casa de un mafioso, podría buscar alguna pistola, ¿qué forma más rapida, indolora, y efectiva de morir que por una bala en la cabeza?

Seguí acostado, pensando en todos los posibles lugares en que Chuuya podría ocultar un arma, tratando de recordar alguna vez que lo haya visto sacarla. Ignoré el revoltijo en mi estomago que causaba la culpa al pensar en Chuuya.

Con el estomago revuelto, llegó el dolor de cabeza al darme cuenta que Chuuya no utiliza armas. Para el enano presumido, utilizar alguna pistola sería una ofensa para su orgullo.

Me servi otro vaso de whisky pensando en otra manera de suicidarme. Elegí la holywoodense, aquella que usualmente se muestran en peliculas no-gore.

Saqueé el cajón de medicamentos de Chuuya, no sé exactamente que medicamentos tome, pero agarré los que más advertencias preocupantes tenían. Llevé una navaja y la botella de whisky al baño. Me reí de mi mismo al descubrirme a punto de agarrar algo de ropa del armario.

Llené la tina, observé el agua correr mientras imaginaba un pares de ojos azules pequeños, usualmente cansados, tristes. Una extraña melancolía trataba de competir con la adrenalina que me producía el pensar en mi vida acabando en este lugar, en este momento.

La agua había llenado la mitad de la tina, y yo comencé a quitarme mis prendas. Me quité la camisa y me pregunté que tipo de pensamientos debería tener. Antes, en mis intentos de suicidio pensaba en todas las cosas que quería y no tenía, lo curioso es que no recuerdo lo que deseba antes de perder a Odasaku. ¿Deseaba una vida normal como Chuuya lo hacía? ¿Quería que Mori muriera como lo hago ahora? ¿O mi único deseo era morir?

Volvía a pensar en un par de ojos azules, esta vez, más infantiles, grandes, y usualmente enojados. Al contrario que yo, aquellos mares siempre eran honestos con lo que sentían. 

Me deshice de cada venda alrededor de mi cuerpo, descubriendo cada cicatriz con profundo desagrado. Esas "marcas de guerra" de las que muchos estarían orgullosos, no eran para mi más que motivo de vergüenza. Trataba lo menos posible de tocar la piel dañada, que miraba como quien mira algo tan perturbador que el solo apartar la mirada le es una tarea imposible.

Otra pregunta volvió a instalarse en mi mente. ¿Qué es lo que debería sentir antes de morir? Antes sentía algo de confianza y un cierto grado de adrenalina, lo demás, era un vacio profundo e inexplicable. Ahora, mis emociones chocaban tan rápido que era incapaz de reconocer cada una.

Pero supongo que está bien no sentir una en específico, o alguna en absoluto. Aquellos choques y colisiones de emociones, pensamientos, recuerdos e ideas estaban bien y todas eran correctas. Y blah, blah, blah, más cosas que hubiera dicho Odasaku, bla, blaah. 

Me meti en la tina, disfrutando del agua tibia pero predominantemente caliente. Tomé aire y miré al techo. Agarré uno de los frascos, abriendolos aún conteniendo la respiración.

Me permití callar mi cabeza por unos segundos, para poder apreciar el silencio que me rodeaba que era facilmente opcada por las toneladas de bombardeos que mis pensamientos daban. 

Not Enough || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora