8

7.9K 645 102
                                    



Estoy sentada en la camilla del hospital, hoy ya voy de salida. Mi madre había venido y le había dicho que no se preocupara que Lauren ya me estaba por llevar a casa. No la había visto tan preocupada que cuando le había dicho que estaba embarazada.

Pero ahora estoy esperando a que Lauren llegue, me dijo algo como luego de que traiga la silla de ruedas puedo ayudarte a cambiar, no estoy inválida pero es bastante agradable verle la mirada perdidita de Lauren cuando me está vistiendo.

Así que let's go my friends, o como sea.

-¿Puedo?- me pregunta, será imbécil esta mujer. Dejo caer mis hombros con una ceja alzada y mi cara de pocos amigos. Ella sonríe y cierra la puerta cuando ya ha dejado la silla de ruedas cerca de la cama.

-Ayúdame- murmuro moviéndome un poco hacia la punta de la camilla. La veo dejar el bolsito en donde estaba mi ropa, ella la abre –Pon lo que quieras- dejo salir un suspiro y ella asiente.

La veo sacar una camiseta color blanco y unos pantalones deportivos suaves color gris. Ella llega a donde yo y yo abro mis piernas para que ella quede en medio.

-¿Me das un beso?- le pregunto, la veo ladear la cabeza y hacer una mueca con sus labios –Uno sholitito- hago un puchero y ella deja un beso suave en mis labios.

Y matanga dicho la changa. Me tomo del cuello y enrosco mis piernas en su cintura. Ella está tratando de apartarme con suavidad por los hombros pero cuando mi lengua entra en su boca y muerdo su labio ella traslada sus manos hacia mi cintura y me devora la boca.

¡Diosito pero que rico! Suelto un gemido sintiéndome tan excitada. Este embarazo me tiene a topo, la suelto para tomar aire pero ella aprovecha eso y me detiene, sus besos van a mi cuello y yo desordeno su cabello.

-Tenemos que ir a casa bebé- asiento un poco ida sintiendo como ella muerde mi cuello.

-Te necesito tanto- le murmuro acercando sus labios a los míos pero ella me detiene.

-Mi pequeña fiera, tenemos que irnos- dejo salir un suspiro y la suelto. Ella me deja ir a regañadientes también y la dejo sacar mi camiseta.

El bulto de mi vientre es cada vez más prominente, siento sus manos posarse encima de mi vientre y bajase a darle un beso.

-Tengo ya sobresaliendo el ombligo- toco el espacio y ella se ríe dando besitos alrededor de el –Puedes darle dos besitos aquí- apunte mis pechos con una sonrisa alzando mis cejas y ella niega. Pero sus intenciones son tantas como las mías.

Sus labios se acercaron a mis pechos y dio dos besos suaves en ellos.

-¡Hey!- le golpeo el hombro cuando la veo alejarse –Has tu trabajo completo- me cruzo de brazos y mis pechos están un poco más grandes, no mucho.

-Cuando lleguemos a casa- ella está tragando hondo y muevo mis labios.

-Entonces apúrate, tengo ansiedad- ella suelta una carcajada y saca el pequeño pantaloncito de pijama que llevaba. –Si me vas a tener desnuda para no hacer nada entonces apúrate-

Solo la veo reírse mientras me hace acostarme para subirme los pantalones deportivos, ella rosa sus dedos por mi piel antes de subir la prenda y la coloca bien.

-Me tendrás que ayudar a vestir cuando esta panza me cubra hasta el alma- ella niega pero deja besos en mis mejillas.

-¿Por qué hablas hasta o por los codos?- me pregunta ella y eso me hace fruncir el ceño. Me quedo en sumo silencio mientras ella se alza a colocarme la camiseta y me mira -¿Qué pasa?- me vuelve a preguntar y mi rostro esta sereno y me dejo colocar la camiseta –Camila- me toma de las mejillas y la quedo mirando.

-¿Tienes un suéter allí?- le pregunto con suavidad. Ella asiente extrañada y saca el suéter. Lentamente me lo coloco y me trato de bajar.

-Déjame te ayudo- ella me toma de la cintura y antes de bajarme me coloca unas pantuflas y me siento en la silla de ruedas -¿Dije algo mal?- está en cuclillas delante de mí y yo niego. Alzo mi mano y tomo el bolso y lo pongo en mi regazo.

-Pásame el pantalón de pijama y la camiseta, por favor- murmuro y ella me las pasa. Yo las doblo en silencio y las guardo en el bolso.

-Camila, cariño- yo niego y le doy una sonrisa de lado –Lamento lo que dije antes- niego de nuevo y hago una seña a la puerta.

-Vamos a casa, por favor- digo y dejo mis brazos encima de bolso color blanco –Tengo sueño y quizás un poco de hambre- ella asiente y en silencio salimos de la habitación. Ella está empujándola silla cuando nos encontramos con el doctor.

-Camila, necesito que cumplas reposo- asiento hacia él y luego miro hacia adelante un poco ausente. Siento la mirada de los dos y luego la respiración de Lauren salir un poco más débil luego de una fuerte.

-Luego de lo comentado en la habitación sobre ustedes saben- dejo aquello un poco ido y miro como una madre está tomando d la mano a un pequeño niño. Él está caminando al lado de ella, sus ojos son perfectamente azules.

¿Serán así mis hijos? Seguramente Lauren pudo tener con Nicol o como sea, un niño con ojos azules. Los míos son tan propensos a que salgan de ojos marrones comunes y quizás un poco morenito.

Ladeo mi cabeza con una sonrisa mientras veo como el niño se sienta junto a la mujer y esta tiene los ojos azules tan claros como los del niño.

Dejo salir un suspiro y siento la mano del doctor –Un poco ausente- niego y vuelvo a mirar hacia una pared –Necesito que tengas reposo y que tus vitaminas sean constantes- asiento y dejo a Lauren responder lo que quiera.

Mejor me quedo en silencio. Quizás cuando este en la habitación pueda llamar a mi madre para que me ayude con unos consejos sobre estos casos, ella debe saber un poco más, o quizás textear a la madre de Lauren. Aunque esta última opción no la veo muy fiable, me cae bien la señora pero mi madre sabe leerme mucho mejor.

Siento como nos volvemos a mover y como el doctor había dejado unos récipes encima del bolso, los tomo y lo guardo en uno de los bolsillos. Salimos del hospital y ella está llevándome al auto que lo había dejado al parecer muy cerca.

Ella me ayuda a subir y antes de cerrar la puerta me gira el rostro.

-Camila, cariño ¿Qué pasa?- yo niego y dejo un beso en su mejilla y le dedico una sonrisa.

-Vamos a casa- ella deja salir otro suspiro y va hacia el otro lado y sube en el asiento del conductor y vamos ahora de camino a casa.

La siento tomar mi mano y la dejo, ella la aprieta pero apoyo mi brazo un poco en la ventanilla y me pierdo en mis pensamientos.

Espero que mi bebé, nuestro bebé este bien. Espero poder hacer esto bien, espero poder aguantar cada una de las peleas por mi bebé.

Pero algunas cosas siguen doliendo, es estúpido pero no pensé que unas tontas palabras me dolieran tanto, se lo adjuntare a las hormonas alocadas dentro de mí, pero creo que es la primera vez que ella me hace esa pregunta y realmente si tenía una respuesta que sinceramente ya no tengo ganas de decirla.

«-Porque nunca me había sentido tan feliz de ser yo con una persona hasta que llegaste tú, hasta que llegaste tú-»

Admiro el paisaje y ya pronto puedo estar en casa, ya pronto.

Señora 2da ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora