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Entro al edificio con Lauren siguiéndome los pasos. Estoy en silencio mientras ella aprieta el botón y me toma por la cintura para tenerla de apoyo mientras esperamos, mientras entramos y mientras salimos. Ahora estamos delante de la puerta del departamento y realmente siento el cuerpo un poco cansado.

Ella deja el bolso en uno de los costados de la mesa y yo camino hacia la cocina con ella pisándome los talones, siento su mano en mi cintura pero no hace ningún esfuerzo por querer hacer que yo me gire. Tomo un poco de jugo de durazno y me giro a mirarla mientras estoy tomando el jugo.

Sus ojos verdes me están mirando fijamente, su ceño se frunce haciéndola ver más preocupada de lo normal.

-Fue por lo que dije en la habitación ¿Verdad?- me encojo de hombros y camino al lateral para poder poner el vaso ya vacío en el lavado. Me detengo a lavarlo y luego lo dejo secando para irme a la habitación.

Ella no me presiona y me agrada, no tengo ganas realmente de decir nada, solo quiero disfrutar del hecho de estar en casa, llego a nuestro closet y saco las prendas de ropa. Ella también está sacando las suyas. Voy al baño y me desnudo, llevo mis manos hacia mi vientre y dejo salir un suspiro pero unas manos se posan encima de las mías.

Dejo salir otro suspiro y recuesto mi espalda al pecho de ella, está igual desnuda como yo, uno de sus brazos me toman desde mi clavícula y el otra sigue en mi vientre. Ella me acerca hacia ella y deja un beso en mi sien y luego uno en mi mejilla.

-Lo siento, de verdad lo siento- ella me susurra como si alguien pudiera escucharnos –A veces digo las cosas sin pensar y lamento si algo que dije en la habitación te doliera- ella deja otro beso en mi mejilla y me gira en sus brazos.

Estaré triste pero aun así amo a mi cuarentona. Dejo un beso en el centro de su pecho y ella me acurruca en sus brazos.

-Vamos- me separo y entramos a la ducha –Quiero dormir un rato, no me gustan los hospitales- ella asiente y entramos a la ducha.

Aquello fue lento pero no hubo más, ella enrollo mi cabello en un moño al igual que el de ella, me ayudo a enjabonar para que no me agachase o moviese mucho, ella también se enjabono, dejo besitos en mi labios haciéndome reír durante breves momentos hasta que nos quitamos el jabón.

Fue muy delicada conmigo como siempre que me tocaba, salimos y ella me ayudo a enrollarme en una toalla luego de secarme un poco y salimos a la habitación. Me coloque mis bragas de algodón y una camiseta larga. Ella se colocó un pantalón de pijama y una camiseta y nos acostamos.

Vi como prendió el televisor y tomo su teléfono.

-¿De qué tienes hambre?- me pregunta mientras yo estaba ya soñolienta por el suave baño.

-Lo que sea- pongo una almohada entre mis piernas y ella pasa su brazo por debajo de mi cuello, pero aunque tengo la almohada entre mis piernas me acurro hacia su calor. La escucho hablar un poco y ha pedido comida china –Lauren- la llamo quedito y suavecito.

-Dime- siento que ella se coloca de lado y acaricia mi cabello lento y perezosamente.

-Yo hablo mucho contigo sin dejar un filtro en mis labios- ella deja un beso en mi frente –Porque nunca me había sentido tan feliz con una persona como lo soy contigo- le confieso pero ella no me dice nada –Nunca pensé tener un grado de felicidad tan alto como cuando estoy a tu lado, nunca lo imagine. Desde mi padre pensé que la vida siempre era gris pero me equivoque. Contigo puedo ser yo y eso es lo que me hace ser así, saber que nunca me juzgaras- suelto todo porque mi corazón sabe que lo peor que puedo hacer es dejar que el dolor crezca.

Lauren ha llegado a ser una romántica y una imbécil al mismo tiempo, pero en todas las circunstancias siempre me ha pedido perdón. Yo no quiero crear un abismo de una tontería, no estoy para eso cuando sé que debo cuidar de un embarazo y cuando sé que ella nos quiere cuidar a ambos.

Ella me aprieta un poco más y deja un recorrido de beso por mi lateral hasta llegar a mis labios.

-Sabía que había metido la pata y de las grandes- sonrió un poco adormilada pero aun así hago un esfuerzo por abrir mis ojitos y ver a Lauren mirándome fijamente –Te amo como eres, con tus ocurrencias y tus comentarios tontos. Como la mujer en que te has convertido, te amo como la mujer de la que me enamore y la cual me rechazo en varias ocasiones, te amo por ser tú conmigo. Lamento ser una imbécil en ciertos momentos y aun así gracias por estar a mi lado-

Niego y dejo que me abrace hasta que el timbre ha sonado y nos sentamos a comer lado a lado mientras que las caricaturas de Batman están siendo trasmitidas por la televisión.

Y allí comiendo en el centro de la cama junto a mi mujer que incluso es tan mayor a mí, viendo Batman del futuro estoy siendo muy feliz.

**

Unos meses después...

Mi barriga de seis meses de gestación es ya toda una movida. Y sí que es toda una movida.

-Lauren- la llamo desde la mesa del departamento. La veo caminar rápidamente hacia mí y yo estoy con la mejilla pegada a la mesa.

-¿Qué pasa? ¿Qué tienes?- me pregunta arrodillándose a mi lado.

-No estoy de parto por si acaso- su labio se frunce y yo me rio de su expresión –Ayúdame un poco- mi barriga es más grande de lo que suele ser un embarazo normal y el peso aumenta para tener seis meses.

-¿En qué te ayudo?- ella me pregunta mientras me ayuda a levantarme. Ella me ayuda por la cintura y yo le doy la espalda y me recuesto en su pecho aun de pie. -¿Hacemos lo del otro día?- asiento un poco cansada y un poco ojerosa.

La siento bajar un poco mis pantalones deportivos y alzar un poco mi camiseta que antes era una de sus camisetas, pero al que fue pa' villa perdió su silla y me la quede. Deja la parte baja de mi vientre al descubierto y luego posa sus manos en la parte baja y alza un poco. El peso disminuye demasiado y dejo caer un poco mi cuerpo liberándome del peso durante unos minutos.

Siento la risita de ella en mi oído y luego un besito.

-Tus hijos pesan mucho- digo mientras ella me ayuda a sostener un poco más y luego de unos minutos baja mi vientre. Dejo salir un suspiro y me giro.

-No pensé que serían dos, siempre te lo digo- ella me toma de las mejillas y besa mis labios repetidas veces.

-No me interesa que sean dos, el problema no es problema si puedes solucionarlo- me cruzo de brazos por encima de mi vientre y mis pechos quedan bastante prominentes por la forma en que Lauren mira un poco hacia ellos –No mires mis pechos si no harás nada- ahora estoy en forma de jarra y ella suelta una carcajada.

-Es que han crecido bastante- ella se muerde su labio mirándome –Lo siento- yo niego.

-El problema es que tengo ganas de coger por dos, tengo demasiadas ganas- hago un puchero y ella sonríe. La veo estirar su mano hacia mí y yo la tomo.

-Vamos hacer el amor doblemente hasta que el placer te deje dormida-

-¡Yey!- agito mi otra mano camino a la habitación.

Señora 2da ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora