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-¿Cómo me veo?- le pregunto a Lauren mientras me miro en mi vestido color amarillo –Me veo como un pollo ¿Verdad?- siento como mis lágrimas se están amontonando en mi ojos.

-¿Qué?- la veo girarse de golpe pero ya tengo mis ojos llenos de lágrimas –No, mi amor no- ella llega junto a mí y me toma por las mejillas y deja un beso en la puntita de mi nariz.

-No me mientas cuarentona- le respondo entre hipidos y ella se ríe abrazándome.

-Tendré cuarenta pero aun así estas buscando mis brazos para que te acune en ellos- dice bajito mientras siento sus manos acariciar mi espalda.

-Claro que sí, eres mi amor- dejo un beso en su pecho encima de la camisa de seda blanca que está abierta hasta su escote –Estas hermosa y yo... yo parezco un pollo- vuelvo a decir y mis lágrimas vuelven a caer.

¡¿Por qué tiene que ser tan hermosa?! ¡¿Por qué tiene que pareces tan joven y deseable?! ¡¿Por qué me veo como un pollo húmedo?!

Sus manos siguen en mi cintura y me lleva hasta la cama, ella se arrodilla entre mis piernas y sus labios van a mi vientre abultado –Eres la mujer más hermosa, realmente lo eres- toma mis manos y deja unos besos allí –Y no pareces un pollo mojado, pareces mi solecito radiante- sus palabras son suaves y en eso siento como mi temperamento sube.

-Ósea que yo ¡TE ESCANDILO!- suelto de la nada y mis manos van a mi rostro. La escucho soltar un suspiro y me dejo caer en la cama –Ya déjame y márchate- mi brazo cubre mis ojos y me dejo llevar por el drama que corre por mis fabulosas venas color rojo.

-¡Dios!- suelta y cuando menos lo pienso la cama a mi costado se hunde y cuando quito mi rostro mi hermosa prometida, mi hermosa señora está mirando al techo acostada a mi lado con sus hermosos labios color rojo y sus hermosos ojos verdes resaltados por su delineador negro.

-Eres tan hermosa que duele- suelto de la nada mirando, ella gira su rostro y sonríe acercando sus labios a los míos y me besa suave y tibio.

-Error, mi princesa- la acuesta de lado y me atrae hacia ella –Somos hermosas las dos y nuestro bebé tendrá a las madres más hermosas que exista en el mundo mundial- mi rostro esta cerquita de su cuello y puedo olor ese aroma a cítrico y flores.

Mis ojos se cierran un poco dejándome llevar por el tacto que ella me está proporcionando.

-¿Segura que quieres ver a mis padres hoy?- me pregunta ella y asiento pero a la misma ves niego.

-Parezco un pollo remojado- suelto aquello y escucho su carcajada y dejar un beso en mi cabeza.

-No pareces un pollo, pero aunque lo fueras, seguramente te comería- alza mi rostro y toma mis labios entre los suyos en un beso aún más largo, siento su lengua tocar la mía y mi mano meterse debajo de su suave camisa de seda.

Me quedo boca arriba y ella acerca sus labios hacia mi cuello y muerde suavemente antes de pasar su lengua. Ella mira hacia la parte superior de la cama y me mueve rápidamente hasta estar en el centro de la cama.

Ella aún permanece a mi costado mientras sus labios están junto a los míos y sus manos están jugando con el dobladillo de mi vestido mientras lo está subiendo, su suave mano está llegando a mi parte necesitada.

-¡Ah!- cierto mis ojos cuando sus dedos tocan mi clítoris expertamente.

-Gimes tan hermoso- abro mis ojos un poco y giro su rostro y la atraigo para un beso rapido. Ella esta tan ansiosa como yo y no sé cómo es que pasamos de tiernas a querer arrancarnos la ropa.

Señora 2da ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora