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Estoy sentada junto a otras mujeres embarazadas, las ventajas de ellas es que ¡Ellas si tienen uno! Según Rachel ella está encubando un solo niño. ¡Ni que fuera huevo! La miro entrecerrando mis ojos acusadores.

-Camila- me habla Lauren cerquita de mi oído.

-No me hables así- le pego un codazo y ella hace un gruñido y deja un beso en mi cuello –Tampoco allí- otro codazo.

-¿Qué te pasa?- me pregunta en susurro mientras tiene sus manos en mi barriga escuchando a la profesora, espero que ella escuche porque yo solo estoy distraída.

-Rachel dice que está encubando- ella aprieta sus labios -¡¿Qué va a tener?! ¿Un huevo?- le suelto mi pensamiento y ella está mordiendo su labio y bajo su cabeza y la poso detrás de mí cabello.

-No digas eso- susurra y luego me muevo.

-Tengo las bragas húmedas y me incomoda- me muevo de un lado a otro tratando de sacarme el calzón del trasero –Si metes tu mano y halas mi braga que está metida entre mis nalgas- le propongo y ella entre cierras sus ojos.

-No hare eso aquí, pensaran que soy una pervertida ¡Y esa eres tú!- hago una mueca y sonrió.

-El embrazo y las hormonas me tienen a mil- digo encogiéndome de hombros -¡Ayúdame cuarentona!- ella se levanta y me ayuda a levantar.

-¿Tienen algún problema?- pregunta la estúpida dela entrenadora que no aparta la mirada de mi mujer. Me giro y trato de abrazar a Lauren pero la panza no me deja.

-Debemos retirarnos- dice mi amorshitito grandote y me giro tomada de la mano.

-Pero si es solo usted Camila puede seguir tomando la clase- veo a Lauren y está un poco descolocada –Raúl puede ayudar a Camila- se levanta un chico con una sonrisa y la cara de Lauren se transforma. Ella aprieta mi mano y mira a la mujer.

-Las únicas manos que van a tocar a mi mujer son las mías- con toda la amabilidad tajante que pudo usar, fue derramada en esa frase –Con permiso- salimos de la clase de yoga para embarazadas y ella tira de mi brazo. No es brusco para nada pero está molesta.

¡SEXO DE RECONCILIACION! Me muevo alegre mientras me subo al auto.

-¿Por qué tan feliz? ¿Querías quedarte con Raúl?- lanza la pregunta pero sus nudillos están blancos.

-Quiero sexo con mi esposa, no con Raúl- mis palabras quedan al aire y ella se gira –Lo siento, sé que no nos hemos casado- miro culpable y ella deja salir un suspiro pero asiente -¿Quieres casarte conmigo?- le hago la pregunta y ella se gira.

-Pero si ya te lo pedí- niego un breve momento y toco mi vientre.

-¿Qué si aún quieres casarte conmigo?- le pregunto y ella sonríe de lado.

-Si me quiero casar contigo, más que nada en este mundo- su mano pasa de mi mano hasta mi vientre prominente.

No digo nada más porque no necesito ahondar más en este tema hasta que lleguemos a casa y le diga a mi futura esposa cuando esté llegando al orgasmo delicioso al que me llevara que me quiero casar esta semana.

¡Yey Camila, haces todo bien!

-¿Qué piensas?- me pregunta ella mientras salimos del auto ya en nuestra residencia. Voy a su lado y suelto lo primero que se me viene a la mente para molestarla.

-Que aún tengo el calzón metido en el culo- sigo caminando moviendo el trasero hasta entrar que se cierra el elevador. La veo entrar en silencio y su mano esta apretada en la mía, sé que mis comentarios a veces la sacan de onda pero me da igual. Estoy sonriendo a lo que ella aprieta su mandíbula antes de que salgamos del cajón de metal.

Abre la puerta en silencio y deja que pase primero, pero cuando la puerta se cierra ella me toma de la cintura y no me deja alejar, me quedo estática mientras ella pasa sus manos por mi espalda hasta los costados de mi trasero.

Sus manos siguen bajando y a medio trasero vuelve a subir, están lento cuando mete sus manos tomando el inicio de mis bragas desde atrás y va bajando sus manos sacándola de mi trasero.

Muerdo mis labios porque la realidad supera la ficción, estoy por abrir la boca cuando ella ya ha hecho su trabajo pero su mano no se sale sino que van hacia adelante y toca mi punto sensible.

-¡Laur!- dejo caer mi espalda en su pecho y ella acaricia suavemente con sus dos dedos y juega con mi entrada –No abuses de esta delicada embarazada- digo un poco ida. Ella toca uno de mis pechos y los masajea, su mano se baja y la mete entre mi camiseta y luego entre mi sujetador y aprieta mi pezón.

-Lo estabas deseando ¿No es así?- trago hondo porque mis palabras están a medio camino de ir a Texas y dejarme muda. Asiento un poco perdida cuando sus dedos entran en mí.

-¡Ah!- quiero restregarme. Ella se sale de mí y el quejido de frustración es más grande que la sonrisa de Lauren. Ella me toma de la mano y me deja sentada en el sofá, saca mis pantalones de yoga junto con mis bragas. También saca mi parte superior y allí estoy, desnuda con solo medias.

¿Tengo vergüenza? ¡No amigo, ya no! Esta mujer me la ha chupado tantas veces que la vergüenza ya no entra en mi catálogo. Es más ¿Por qué ya no está en su trabajo?

Ella me mira con esos ojitos verdes que destellan alegría y pasa su lengua por mi sexo. Apretó mi labios y luego lo suelto cuando ella está pasando su manos por mi pecho, lo toma y aprieta de nuevo mi pezón haciendo que mi cabeza se recueste y acerque más mi sexo a sus labios.

Ella muerde mi punto sensible y su lengua baja poco a poco hasta entrar y salir de mi sexo húmedo, muy húmedo. Siento como un poco de mi humedad va hacia mi trasero y como uno de sus dedos juega con mi entrada trasera.

-¡Ohh!- se siente bien, ella sigue jugando mientras muerde, chupa y lame cada lugarcito de mi sexo y su mano se alterna en apretar y satisfacer a mis pechos. Pero entre las mezclas de todas las sensaciones y un embarazo que me tiene el doble de excitada me hace explotar en mi orgasmo.

Mis manos están enredadas en el cabello negro de Lauren para que no se aparte, ella ha metido un dedo en mi trasero ¡OMG! Si me vieran mis antepasados dejándome tocar el trasero, pero es tan placentero cuando lo hace ¡Dios mío, no!

Ella sigue en su trabajo y eso hace que me corra por segunda vez, uno por cada bebé, me quiero reír pero siento la lengua de Lauren morder suave mis pechos mientras mete sus dedos en mi sexo lentamente para sacarlos y comenzar un movimiento parejo.

-¡Vamos bebé! Dame otro- sigue subiendo hasta que me besa, mis manos están en sus mejillas mientras nos besamos y me muevo mientras ella me está haciendo ir de nuevo al orgasmo.

-¡No!- suelto y ella se separa –Otro niño, no- está por reírse pero mi orgasmo llega y mi gemido muere en los besos que me está dando.

Sigue entrando y saliendo suave hasta que mete sus dedos en la boca y los limpia.

-Siempre sabes delicioso- murmura besando mi mejilla.

-Vamos hacerlo por atrás ¿Si?- suelto mientras termino de respirar.

-¿Qué?- suelta una carcajada pero no la veo diciéndome que no cuando me lleva de camino a la habitación.



*Disculpen los errores*


Señora 2da ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora