— ¡No puede ser!— golpee mi frente con fuerza por la estupidez que estoy observando. —Dios me ampare de noche y de día ¡Y CONTIGO AL LADO!—grito con fuerza causando que Lauren pegue un brinco lejos de la cocina.
—No es lo que parece— alza sus manos y yo dejo mis manos en puños en mis caderas.
—No es lo que parece ¡LAUREN JOSEFINA DE LA TRINIDAD Y TOBAGO BLANCO!— grito con fuerza causando que ella se encoja más — ¡¿Cómo es posible?!
Mis pasos apresurados van hacia el destino de la mujer. Quito de sus manos lo que tiene preparando y lo agito.
—En mi defensa...— empieza y alzo mi ceja —No deberías dejarme entrar a la cocina— sonríe.
—En efecto mi estimada ¡LLEVAMOS TRES AÑOS EN ESTA CASA Y TÚ AUN SIGUES ROMPIENDO COSAS!
—Pero es que eso estaba muy a la orillita— mis fosas nasales se ensanchan en sobre manera.
— ¿Orillita?— hago la pregunta y ella asiente —Estaba pegado a la puta pared Lauren ¿Cómo es que lanzaste el plato con mi desayuno al suelo?— miro el desastre en el suelo —Y un desayuno que prepare yo.
—Bueno, lo que pasa es que...
— ¡¿Es que, qué?! ¡Joder Lauren!— busco el cepillo de barrer —Solo te dije que buscaras los cubiertos para sentarnos a comer ¡Una sola cosa! Y ni siquiera hiciste eso.
—En mi defensa... Creo que estaban malditos.
—Todo en esta casa esta maldito, al parecer todo vuela al piso mágicamente.
—Ama— la voz suave de mi niño nos hace girar. Lauren alza a Ale antes de que entre a la cocina.
—Mi bebecito— besa sus mejillas y mi molestia comienza a drenarse.
— ¿Qué pasa cielo? ¿Necesitas algo? ¿Un auto? ¿Un Burger King? ¿Un traje chanel? ¿La heladería kreisel?— boqueo varias veces y quedo pensativa.
—El niño no quiere eso, solo quiere que le des agua— el niño asiente —Y uh...
—Quieres algo y no sabes pedirlo ¿Es eso verdad bomboncito moreno?— alza sus cejas y besa mi mejilla luego de dejar al niño sentado en la isla.
Nuevo bebé comenzó aplaudir cuando Lauren me abraza y besa repetidas veces mi mejilla.
—Querooo— la voz dulce de nuestra niña hace que Lauren se gire y la tome en brazos como a nuestro pequeño príncipe y la deje a su lado.
Vemos como ellos se acercan cada vez más hasta sentir sus calores y luego nos observan observarlos.
—La heladería es...— barro los restos del plato partido —Ehmm ¿Está disponible?— Lauren sonríe cuando he alzado mi rostro.
— ¿La kreisel?— asiento y ella me abraza luego de llevarle el vasito de agua a Ale. —Puede ser ¿La quieres?
—Obvio no, es para los niños— sonríe de medio lado y entrecierra sus ojos.
—Si la quieres para ti tienes que hacer méritos— me cruzo de brazos.
—Es para ellos— refuto y ella sonríe —Ya no quiero nada— me giro a terminar de barrer, me inclino para poder barrer los desperdicios hacia la palita para luego llevarlo a la basura, pero unas manos en mi cintura me detuvieron.
—Esos méritos si me gustan— empuja sus caderas y suelto la pala y me giro con el cepillo de barrer en la mano.
—Merito ¡MERITO ES LO QUE TE VOY A DAR!— ella corre con rapidez alejándose de mí que llevo la escoba en la mano para poder golpearla.
Escucho la risa de los niños y me giro a ver como están, ambos nos miran con unas sonrisas y agitando sus bracitos.
— ¡AMI! ¡AMI!— gritan ambos al unísono. Mi corazón se arruga chiquitito, y llevo mi mano a mi pecho.
— ¿Qué pasa?- llega Lauren respirando irregular por subir y bajar las escaleras con rapidez.
—Mis hijos me están apoyando— murmuro limpiando una lagrima ficticia.
— ¿En qué?— pregunta desconcertada.
—En la paliza que te voy a dar ¡CUARENTONA!— grito corriendo persiguiéndola.
—Yo creo que los niños tendrán un ejemplo perfecto de una madre ejemplar— Lauren hincha su pecho en orgullo.
—Exacto, y una madre con manos de mantequilla— digo con gracia.
— ¡HEY! Más respeto con tus mayores.
—No escucho a las personas con un pie en la tumba— cepillo mis dientes y ella palmea mi trasero.
—Muy en la tumba, pero bien que gimes mi nombre por mas, mocosa insolente— escupo la pasta dental y lavo mis dientes observándola a ella parada de brazos cruzados en la puerta del baño.
—Nunca he dicho que no me guste gemir tu nombre— digo con altanería.
—Tengo ganas de tener otros niños— abro mis ojos grandemente.
— ¡No hermano, eso sí que no!— alzo mis manos, pero ella es más rápida y en un ataque violento me lleva sobre su hombro.
—Sí, pero de esas ganas de que no quedes embarazada pero si agitada— me lanza a la cama y se sube encima de mí.
—Lauren— la llamo cuando ella estaba sobre mi cuerpo, sus brazos a cada lado sosteniéndose, siento sus manos acariciar mi cabello con suavidad y sus ojitos ven directamente a mi rostro.
— ¿Qué pasa cielo?— pregunta y llevo mis manos a su cuello.
—Te amo, gracias por la familia que me has dado, es más de lo que pedía, es más de lo que soñaba, y tú eres incluso la persona que nunca en mi vida creí encontrar. Gracias por ser mi esposa y el amor de mi vida— mis lágrimas bajan lentamente y la atraigo para besarla.
—Gracias a ti, porque descubrí que la soledad nunca fue la compañía que necesitaba. Por la familia pequeña y dulce que has dado, y por permitirte consentirse en los pequeños detalles.
Sus labios tocan los míos.
—No sé si seremos buenas madres, pero lo intentaremos— con un asentimiento de mi dulce y hermosa señora cuarentona. Me dejo llevar por los dulces deseos de un felices para siempre.
Fin
*Espero leernos en el siguiente libro*
*Disculpen los errores*
ESTÁS LEYENDO
Señora 2da Parte
RomanceUn hijo en camino. Una mujer adinerada. Una sencilla. Una nueva familia. Un ex mujer. Un mundo nuevo.