Se supone que los canticos de los pajaritos en las mañana es la mejor sensación que el oído puede escuchar ¡Joder! Eso no tiene ni una pizca de sentido. Pero ya saben el pio, pio, pio.
Okey, eso ya es un pollo pero ya no sé cómo hacen los pájaros, se supone que en mi mente está a la perfección el sonido pero no tanto como para expresarlo, ya saben ese lindo silbido que hace blanca nieves para que se posen en su ventana y le ayuden a limpiar.
-¡JODETE!- grito sacando mi dedo medio sentándome de golpe en la cama, el cabello está cayendo por mi rostro, doy un soplido para que este vuelva a su puesto pero estoy segura que necesito la fuerza del lobo feroz en el soplido para que eso pase.
-¿Qué pasa?- es la voz de Lauren que me hace girarme, ella está ya sentada en la cama, mejor dicho en el espaldar de la cama mirándome con suavidad.
-¡Esos bastardos me mintieron!- digo con molestia cuando me doy cuenta de que la realidad está superando la ficción en mi vida.
-¿Quiénes?- me pregunta ella mientras esta sorbiendo su café ¿De dónde carajos lo saco? -¿Quieres?- su pregunta es suave, y eso me jode la existencia del mismo cielo con Dios y su hijo y la paloma.
-¿Qué te hace pensar que quiero tomar café?- le hago la pregunta y ella se encoje de hombros.
-Le estabas dando una mirada y para mí una mirada es que te apetece- su respuesta es simple a mi pregunta ¡QUE TE JODAN JAUREGUI! Aunque en este momento yo también lo soy.
-Si le agregas unas cuantas onzas de licor te lo acepto- refunfuño con molestia pero ella no reprime su risa, sigue sorbiendo su café mientras yo caigo hacia un lado para que mis ojos se cierren. Siento una palmada en mi trasero que había quedado expuesto hacia ella me hace dar un salto –Más duro- murmuro con gracia mientras mi sonrisa se forma en mis labios.
Sus manos están por tomarme de la cintura pero me siento.
-¡Alto allí campeona!- aparte sus manos de mis caderas y me levante rápidamente.
-¿Qué pasa?- su pregunta es suave y me parece graciosa cuando estoy por cerrarle la puerta en la nariz.
-Lo que pasa es que...- mis palabras quedas a medias cuando el grito del monitor nos hace saltar, ambas nos giramos con asombro y ella sale corriendo hacia el cuarto de los morochos.
Yo decido que es momento de darme una ducha, Lauren es tan diligente como puedo serlo yo, además que debo parecer un zombi, sexy pero zombi.
Lanzo la ropa al cesto para lavar y entro a la ducha, dejo que el agua fría pase a tibia antes de meter parte de mi cuerpo, siento como mi cuerpo está refrescándose luego de pasar tres veces en la noche del timbo al tambo para poder atender a los morochos.
La puerta del baño es abierta y veo a Lauren cargando a la preciosa niña en sus brazos, limpio un poco el empañado del cristal de la ducha antes de cerrar la llave y abrir la puerta, sus ojos están recorriendo cada parte de mi cuerpo desnudo, las gotas de agua están bajando.
-Es imposible que quedaras así- sus palabras en lugar de parecerme algo fuera de lo común me alientan, salgo de la ducha y extiendo mi mano para tomar mi toalla.
-Soy hermosa cariño, llevar dos niños encima no me quitaron ni un segundo el deseo sexual ¿Y crees que no estaré hermosa?- doy una vuelta antes de enrollarme en la toalla.
-Eso ni para discutírtelo- salgo del cuarto de baño con Lauren siguiéndome los pasos de cerca.
-¿Y a ti que te pasa? Pareces perro persiguiendo a una perra en celo- me giro terminándome de secar para lanzar la toalla a la cama.
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Señora 2da Parte
RomansaUn hijo en camino. Una mujer adinerada. Una sencilla. Una nueva familia. Un ex mujer. Un mundo nuevo.