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El recorrido de las manos en su cuerpo, la forma en que baja por su espalda y sus pulgares hacen círculos. Como su manos se pierden en la parte delantera de su cintura y como sus suaves gemidos se pierden en la tranquilidad de la habitación.

Pero allí, justo allí, en el centro de mi cama, la cama que comparto con el amor de mi vida, esta ella. Nicole a horcajadas de Lauren, se mueve mientras que ella esta follandosela como lo hacía conmigo. No puedo detener mi sollozo cuando aún con la mano en el pomo medio abriendo la puerta veo la escena.

Su cabello cayendo hacia atrás rosando los muslos de mi esposa, mientras ella está besándola con los mismos labios que recorren mi cuerpo. Mis lágrimas bajan empapando todo a mi paso hasta que no puedo evitarlo, el hipido me hace abrir mis labios causando que una cabellera rubia y la color negro se giren a mirarme, unos ojos más abiertos que otros y uno con más asombro que otro.

No corro porque creo que no tengo la necesidad ¿Por qué debería hacerlo? Ella es quien ha roto mi corazón. ¿Qué piensa decir? ¿Qué fue un error?

Mis manos están en mi vientre a cada costado cuando la veo ahora de pie. Ambas mirándome, Nicole está tapándose con la sábana blanca y Lauren está de pie desnuda delante de mí.

No tengo fuerzas para abrir mis labios, tampoco para reclamarle. Siempre supe que no sería suficiente para ella peo no pensé que sería tan canalla para hacerlo de esta forma. Tampoco para casarse conmigo y luego engañarme ¿Qué sentido tiene eso?

La veo caminar hacia mí y alzo mis manos para detenerla.

-Por favor no, no lo hagas- susurre con todo el aliento que pude –No me toques con esas manos luego de estar con ella- la vi tragar hondo –Solo hazlo por tus hijos- murmure limpiando unas de mis lágrimas.

-Puedo explicarlo- la sonrisa en mis labios de no poder creerlo es sombrosa. Niego mientras entro a la habitación.

-Permiso- me hacerlo al closet mientras Lauren está vistiéndose, tomo una de las maletas y comienzo a tirar mi ropa. Ella no hace nada por detenerme y solo está mirando al suelo.

-Camila- la voz de Nicole no me hace girarme mientras estoy saliendo de la habitación. Tomo lo que puedo y aun en silencio sintiendo los pasos detrás de mi de Lauren me giro.

-Te llegara mis papeles del divorcio- es allí cuando veo sus ojos abrirse con espanto y comenzar a negar.

-¡No bebé, no!- dice casi de rodillas, quiere acercarse pero me alejo.

-Estoy tomando esto con calma porque no solo está en juego mi vida, sino la de mis hijos- dije mientras abría la puerta del departamento.

-Nuestros hijos Camila- ahora es ella quien llora.

No me interesa más sus palabras mientras que tomo el ascensor con la mirada de ella sobre mí, no tengo nada más que decir. Tampoco sé que decirme a mí misma, ni a mi madre, ni a sus padres. Sinceramente no quiero mirar a nadie y que tampoco ellos me miren con lastima.

Ruedo mi maleta rápidamente por el lugar hasta que veo al portero y decido que es hora de necesitar ayuda.

-¿Puede por favor conseguirme un taxi?- el me ve atareada y sale corriendo con mi maleta, detiene un taxi. Ubican mi maleta y cuando está arrancando veo a Lauren verme ir.

-Por favor, hacia algún hotel- digo. El hombre asiente y su camino se recorre con calma, debes en cuando mira hacia atrás por el retrovisor, limpio mis lágrimas breves momentos hasta que nos detenemos –Le pido perdón, puede mejor ir a esta dirección- paso la dirección de mi madre y e continua.

Cuando el edificio ya está cerca saco algo de dinero incluso más de lo que debería por hacerle dos pedidos- el saca mi maleta y la tomo, paso cuando el de seguridad no está en la puerta y subo en el elevador hasta el piso en donde mi madre esta y salgo.

Toco la puerta sintiendo un peso más grande en mis hombros cuando mi madre abre.

-Mija ¿Qué pasa?- me dice mientras me deja pasar -¿Estas llorando?- me pregunta y asiento en silencio tirándome a sus brazos.

-Encontré a Lauren engañándome en nuestro departamento- los hombros de mi madre caen en un silencio y asiente. Me ayuda a ir a mi antigua habitación y decido que es hora de poder descansar. Con total calma decido quitar mi ropa, colocar una suave y me acuesto.

Acaricio mi vientre con suavidad mientras miro al techo sintiendo las lágrimas bajar por los laterales de mi rostro.

-Te amo tanto- no puedo detener mi llanto de dolor aun cuando he puesto mis manos tapando mi rostro.

-¡Dios!- me asombro cuando siento una de las patadas de mis niños y es hace que mis lágrimas vuelvan a caer –Ojala...- mis palabras quedan allí mientras me duermo sobre el recorrido de mis lágrimas.

-¡Hey! Camila- susurran a mi costado suavemente –Cielo- dicen dejando un beso en mi mejilla. Abro mis ojos y veo la habitación y a Lauren mirándome fijamente.

-¿En dónde estoy?- me siento de golpe sintiendo un dolor en la espalda baja.

-Con cuidado mi amor- ella intenta tocarme pero le aparto sus manos -¿Qué te pasa? Estabas llorando y trate de despertarte- la forma en que frunce su ceño me hace llorar más -Habla conmigo, cielo- y sin esperar más me lanzo a sus brazos –Estoy aquí cielo-

-Me engañaste- murmuro en su pecho.

-Nunca lo haría, Camila. Nunca-

Señora 2da ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora