¿Por qué me besarías?

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El hombre a su lado hizo un movimiento rápido para agacharse a atar su calzado y llamó la atención de Horacio que bajó la vista para observarlo, tenía puesto un sombrero pero desde ahí podía notar su perfil... ese perfil... ese perfil lo conocía mejor que el propio... ¿era imposible cierto? no podía ser él... no podía ser el hombre que decidió olvidar justo días antes, era completamente imposible.

"Estoy volviéndome loco", dijo Horacio para sí mismo girando su vista nuevamente hacia la calle, el hombre a su lado se puso de pie y acomodó su sombrero de modo de asegurarse que cubriera la mitad de su rostro.

Estuvieron como cinco minutos esperando si el clima tenía compasión de sus cuerpos mojados, cuando la mujer rompió el silencio.

Teper' my mozhem idti? Vy znayete, chto eta pogoda dlya nas nichego ne znachit. (¿Nos podemos ir ya? Sabes que este clima no es nada para nosotros).

Horacio sintió sus músculos tensarse, y una corriente eléctrica cruzó su espalda, no pensaba volver a oír ese idioma ni acento.

Shnurki uzhe zavyazany, poyekhali, nas zhdut. (Ya te ataste los cordones, vayámonos, que nos esperan).

Horacio volteó a verla sin discreción alguna, ya no importaba. La mujer era más o menos de su estatura, sin disimulo la observó detalladamente y tenía las pestañas muy grandes y curvadas, un tono de piel tan claro que casi parecía transparente, el cabello color chocolate profundo, unos labios rosados y carnosos, era realmente hermosa; cruzó un segundo miradas con ella y regresó la vista al frente avergonzado pensando en el color azul de sus ojos.

Sintió movimiento a su lado y la pareja caminó para adentrarse a la lluvia que parecía disminuir, la mujer nuevamente habló dirigiéndole una mirada que no supo interpretar.

Bystro, etot chelovek zastavlyayet menya nervnichat'. (Rápido, ese hombre me pone nerviosa.).

─ Disculpe, yo no... no quise incomodar. ─ dijo rápido Horacio respondiendo a trompicones.

─ No hay problema. ─ dijo el hombre hablando por primera vez, girando el rostro en su dirección sin mirarlo.

Nuevamente se paralizó, sintió su cuerpo calentarse, lo que era extraño en ese clima, puso sus manos en puños mientras la pareja caminaba alejándose. No podía estar equivocado ahora, era él, nadie tenía esa voz, gruesa y firme que al mismo tiempo se sentía gentil como una caricia.

Corrió entrando a la lluvia para alcanzar a la pareja, no podía parar, sus pies se movían solos.

─ Yo... ─ balbuceó en voz alta ─ Vi...

La mirada que le dedicó el hombre fue mortífera, puso las cejas fruncidas, los ojos serios y molestos. Con esa mirada que duró apenas un segundo, Horacio sintió que le quiso decir dos cosas, no hables, no te acerques, pero para Horacio significaron muchas cosas más, confusión, decepción, dolor, traición, y todo eso le hizo sentirse completamente roto. Observó a la mujer tomar la mano de Viktor y jalar de él para caminar, mientras Horacio se quedaba paralizado en la lluvia.

La pareja, que ahora sabía que era Volkov y una hermosa mujer caminaron de la mano tranquilamente bajo la lluvia, como si no les importara nada, ella caminaba como si no llevara puestos esos zapatos altísimos, pero de seguro se apoyaba en la mano que tomaba, para que un descuido no la haga resbalar. El... Volkov caminaba relajadamente con la mirada al frente, como si el toque de esa mano no le incomodara para nada, como si fuese algo completamente común en su rutina, y como si no acabara de mirarlo de esa forma.

Al final podré ser HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora