Solo somos tú y yo

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Volkov se encontraba de pie al fondo del pasillo detrás de todas las sillas, hubiese podido sentarse para estar más cerca, pero era probable que dado a su estatura pudiera dificultar la visión de alguno del resto de invitados.

En un gesto instintivo acomodó su corbata azul y luego estiró los puños de su camisa, la hora se acercaba y sin saber por qué empezó a sentirse un poco nervioso, lo relacionó a el recuerdo de lo ya vivido junto a Horacio.

De un momento a otro sintió una presencia a su lado y dio la vuelta para ver quien era.

─ Volkov, buenas tardes.

─ Buenas tardes Walker ─ Volkov estiró su mano derecha y estrechó la que le brindaba el otro hombre.

─ Le presento a Ivette Evans, por fin pudo venir a la ciudad de forma definitiva.

─ Un gusto conocerla señorita Evans ─ Volkov estrechó la mano delicada de la joven, mirando su rostro la reconoció de las fotografías que Willy les había mostrado muchas veces ilusionado con la belleza de su novia.

─ El gusto es mío señor Volkov, me han hablado mucho de usted.

─ Espero que cosas buenas Walker.

─ Por supuesto Volkov. Cariño ─ dijo dirigiéndose a la joven ─ Allá sentados al frente están mis compañeros Athenea y Banks con la pequeña Hortensia, Kovacs el comisario, detrás de ellos Collins y Ford del sheriff ─ la joven observaba bien a las personas que eran nombradas reconociendo los nombres y relacionándolos ahora a cada rostro ─ al otro lado del pasillo están Adam, Dom, Parker y Ryan, del FBI. Alanna debe estar con Kathe ya que es la dama de honor.

─ Que gusto poder conocerlos al fin ─ dijo la joven emocionada ─ me has hablado tanto de todos ellos ─ la joven pasó la mirada como buscando a alguien más ─ ¿Y quién es Horacio?

Justo en ese momento por un lado del altar llegaba Dante acompañado de Horacio, su padrino. Al verlos a lo lejos Horacio levantó la mano sonriente saludando principalmente a Volkov, luego a Willy y a su novia al reconocerla de las fotografías.

─ Ahí está Dante, el novio ─ dijo Willy.

─ Y el de su lado, el de traje azul oscuro, es Horacio ─ continuó Volkov respondiendo al saludo con una mano ─ mi esposo.

─ Así que él es tu mejor amigo ─ dijo Ivette ─ me muero de ganas por conocerlo, por conocerlos a todos.

─ Luego de la boda podrás conocerlos, por el momento vayamos a sentarnos que ya está por empezar la ceremonia.

─ Vale.

─ ¿Usted no se sienta Volkov?

─ No, estoy bien, puedo ver todo desde acá.

─ Está bien, nos vemos luego.

La pareja se retiró y encontrando un lugar libre se sentaron. Volkov desde lejos pudo ver a Horacio acomodando la corbata de un visiblemente nervioso Dante, la música empezó a sonar y tomando a su amigo de los hombros lo acomodó en su lugar y se paró a su lado. Volkov pudo ver como Alanna pasaba muy cerca suyo camino al altar luciendo su incipiente embarazo, y como detrás de ella caminaba Kathe hasta en donde uniría su vida a la de Dante.

En un gesto inconsciente giró el anillo de su mano izquierda mientras que distinguió a Horacio a la distancia, este no veía a la novia, tampoco al novio, lo miraba a él, seguramente pensando lo mismo, en su propia boda, el día que juntos se prometieron amor eterno frente a las mismas personas.

Al final podré ser HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora