Al final podré ser Horacio

Il mio amore per te

─ Willy... lo siento pero es verdad.

─ No te lo puedo creer H...

─ Me han confirmado que Seraphine está metida hasta el fondo en la mafia... me lo acaba de decir Viktor por teléfono. Es más, fue cómplice en un secuestro a un policía la semana pasada, en la que pidieron recompensa.

─ ... 

─ Se que la querías de verdad, pero una persona que hace eso aún sabiendo que tu eres policía... no te quiere... lo siento de verdad.

─ Está bien H... no es tu culpa. Yo... hablaré con ella... y... se acabó.

─ Si necesitas algo... me dices ¿vale? y ten cuidado, no olvides que ella es parte de ese grupo de gente.

─ Vale, gracias.

Horacio colgó la llamada y guardó el teléfono en su bolsillo, caminó un poco desganado hasta donde había dejado su caña de pescar anclada al muelle. Ese día había decidido distraerse un poco con los muchachos, encontrarse con ellos en un ambiente que no sea en el FBI o de infiltrados, sino en uno donde podrían relajarse por unas horas, en fin tenía mucho que agradecerles, por haberlo acompañado todo ese tiempo que no había tenido a nadie a su lado.

─ ¿Todo bien pequeño? ─ le dijo Dom cuando se cuadró a su lado en el muelle.

─ No... un amigo la está pasando mal, pero no puedo hacer nada por ello.

─ Vale...   

─ Solo pesquemos y ya, que no hemos venido a deprimirnos. 

Ambos hombres pescaban con tranquilidad mientras que no muy lejos a ellos se encontraban todos los demás, Adam, Kathe, Dante y Massimo, aunque ellos jugueteaban más que pescar. 

*

Massimo miraba de reojo a Horacio mientras que ayudaba a Dante a poner una carnada, parecía que la llamada que acababa de hacer lo había puesto de mal humor, y eso le dolió un poco, no quería que se sintiera mal.

Luego de poner la carnada en el anzuelo de Dante volvió a poner atención a su propia caña de pescar, sin dejar de ver como Horacio hablaba con Dominik a unos pasos.

─ Ya me aburrí de esto ─ dijo Dante luego de unos minutos, pasando por su lado y dejando la caña de pescar en el muelle ─ Kathe ¿vamos a nadar un poco?

─ Vale ─ dijo Kathe dejando la caña al lado de la de su novio ─ vamos al coche a por los trajes de baño.

─ Yo también voy ─ dijo Adam uniéndose al plan de sus amigos.

Pasaron por el lado de Massimo riendo y haciendo bromas.

─ ¡Oigan! Los traje a pescar, no a nadar ─ Horacio los regañó entre bromas. 

─ Deja que los niños se diviertan ─ le dijo Dom a su lado tirando nuevamente su anzuelo al agua.

─ Si, deja que nos divirtamos un poco Mago ─ Dante le gritó desde la distancia ya camino al coche.

─ Joder, estos muchachos de hoy en día ─ Horacio se quejó poniendo atención nuevamente a su caña de pescar.

─ Joder tú, que no estás tan viejo ─ Dom a su lado se burló.

Massimo se quedó a corta distancia regresando la atención al rostro de Horacio, que para su suerte se encontraba sin cubrir por ser un día de relajo y lejos de la ciudad. Agradeció poder verlo bien, le encantaba el contraste que hacían sus ojos delineados con su barba, que seguro no había afeitado en un par de días.