Al final podré ser Horacio

Rómpeme de nuevo el corazón

Horacio se encontraba en la sala de su casa luego de un día más de trabajo, aún no anochecía pero estaba cansado de tratar con los ciudadanos y de seguir investigando lo que podía sin resultado, tomó su celular y revisó los mensajes enviados, específicamente sus mensajes enviados a Volkov.

Desde hace días había decidido hablarle y tratar de escucharlo, no tenía sentido seguir aplazándolo si de todos iba a ceder.

"Está bien, lo intentaré"

Fue el primer mensaje que Horacio le escribió a Volkov luego de pensar muchos días sobre lo que le ofreció, solo era una conversación, nada podía salir mal, solo lo escucharía y ya. Tenía que aceptar que una parte de él tenía curiosidad por lo que fuera a decir, que excusas diría y si serían lo suficiente buenas para creerle. Pero no contestó, ni ese ni los siguientes días.

"¿Dónde estás?"

"¿Para qué me diste este sim?"

"No te entiendo, dices una cosa y haces todo lo contrario"

"Esto no es nada justo Viktor"

Se sentía mal, incluso intentó llamarle para tratar de comunicarse pero o nunca contestaba o simplemente la llamada no entraba. Primero le dio rabia, otra vez se había comprometido a algo que no cumplía, estaba harto de ello, de esa situación y de todo lo que le hacía sentir y se odiaba a sí mismo por eso.

Luego se preocupó, ¿y si algo le había pasado? total no sabía a qué se estaba dedicando ni con quienes se juntaba, algo malo pudo haberle pasado... y se odio nuevamente por preocuparse por él, ¿Para eso regresó? ¿para dejarlo nuevamente en la misma situación de cuando lo dejó solo en casa? no podía permitir que eso lo vuelva a afectar.

Dejó el celular en el mueble y se puso de pie caminando de un lado a otro pensando, tenía dos opciones, sacar esa sim de su teléfono, romperla y hacer como si nunca hubiese regresado, o... seguir insistiendo, seguir esperando otra vez.

─ ¡No! ─ dijo para sí mismo.

No podía pasar nuevamente por lo mismo, su corazón no le resistiría, esa espera, esa incertidumbre, el dolor, el miedo, la esperanza aunque pequeña que algún día cruce la puerta, ¡No! no nuevamente.

Tomó el teléfono entre sus manos y lo llamó, o al menos intentó hacerlo ya que no contestó, ni al primer intento ni al tercero ni al quinto, pero no se iba a quedar sin decir lo que pensaba, así que decidió escribirle. Si iba a sufrir nuevamente lo mejor era que sea lo más pronto posible y definitivo.

"No debí creerte cuando prometiste algo que no ibas a cumplir. ¿No pudiste ser sincero y decirme la verdad? ¿Qué fue eso de a cualquier hora, o en cualquier momento? o cuándo te necesite ahí estarías... simplemente ya no puedes tenerme en tu vida y punto. Si has cambiado de opinión solo se valiente y dímelo. ¿Sabes qué? yo decido qué hacer con mi corazón, y aunque por un momento pensé en dejarte entrar nuevamente a mi vida, tengo el corazón nuevamente roto, que así sea, pero ahora soy yo el que decide parar esto. Sea lo que sea que tienes por decirme, ya no importa, ya demostraste lo que realmente soy para ti. Aunque no me desconectaré de esto, no esperaré más, haz lo que quieras."

Después de enviar el mensaje sonrió, tenía el corazón roto, pero esta vez él mismo había decidido hacerlo, un corazón roto no era nuevo para él, así que sabía muy bien cómo tratar con eso.

Su celular vibró en su mano y por unos segundos aguantó la respiración, hasta que vio el nombre en la pantalla y contestó la llamada.

─ Hola hola ¿Qué haces? ─ dijo Dante desde la otra línea.