Por favor, no me dejes ir

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Pasaron dos días después del encuentro en el callejón con Volkov, Horacio iba cargando la sim en su billetera todo el tiempo, continuamente se dedicaba a pensar si usarla o no, y eso le molestaba, por que desde que lo recibió sabía bien que lo iba a usar, pero aún no tenía la confianza para hacerlo.

─ ¿Aún lo llevas contigo? ─ le preguntó Willy desde su asiento del chofer.

─ Si.

─ Lo sigue pensando demasiado H.

─ Pero... no quiero ser tan fácil, ya te lo dije.

─ No es ser fácil ─ Willy sobre paró en un semáforo ─ solo es tener un medio de comunicación, ¿no le da curiosidad?

─ ¿Qué cosa? ─ dijo Horacio pasándose la mano por su cresta despeinada.

─ Qué es lo que tiene que decirle.

─ Tengo miedo.

─ Pero hombre, según lo que me dice él no le ha olvidado.

─ Pero lo vi de la mano caminando con una mujer... de la mano... ¿sabes lo que me costó que aceptara ese pequeño gesto conmigo?

─ Ummm.

─ Te digo que lo conozco Willy, demasiado, y se que eso significó algo. No quiero hablar con él y darle la oportunidad de terminarlo.

Willy paró el auto y apagó el motor.

─ Espere... ¿no que usted ya lo había terminado? lo dejó ir, decidió hacerlo, terminarlo.

─ Joder Willy, ya basta de llamarme de usted, te lo he dicho 500 veces...

─ 10-4.

─ Por otro lado... si... pero lo vi, y no es tan simple como querer desearlo y punto.

─ ¿Entonces a qué le temes? Solo es una conversación de despedida.

─ Eso temo Willy.

─ Entonces simplemente no lo dejes terminar, aférrate.

─ Ay Willy, a veces me gustaría ser como tú, siempre eres así.

─ ¿Cómo?

─ Lo das todo... o todo o nada.

─ La vida es corta H, siempre se resume a todo o nada, tienes que vivir, hacer lo que quieres, estar con quien quieres, ¿de qué vale la vida si no? ¿por qué salimos a las calles y arriesgamos todo? Tiene que valer la pena.

Horacio se quedó pensando todo el día en esa conversación aún con la sim en su bolsillo, hasta que llegó a casa, sin entrar fue a su piscina, y se sentó en el borde quitándose los zapatos.

Sacó la sim y con miedo la puso en su celular y suspiró. Entró a sus contactos y aparte de los suyos encontró uno nuevo, una simple V que le produjo escalofríos. Estaba por enviar un mensaje a Willy diciéndole que lo había hecho cuando una llamada entrante se registró en su pantalla, una simple letra que casi hizo que se le caiga el celular a la piscina, por el pánico cortó la llamada y se quedó mirando la pantalla sin saber qué hacer. Entró un nuevo mensaje.

"Contesta"

Cuando lo abrió se dio cuenta que habían más mensajes antes de ese, de diferentes días y horas, y fue hasta el inicio de la conversación.

"Hola soy yo, este es mi número."

"Como te dije las sims están encriptadas por seguridad de ambos."

"No tengas miedo y contéstame, es seguro."

"Veo que aún no usas la sim, siempre está apagado."

"Esperaré."

Al final podré ser HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora