Paraíso escondido 🔞

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Advertencia🔞: Descripción explicita de escenas sexuales. No influye en la historia, puedes omitir este capítulo si deseas.

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Volkov tomó el beso que le dio Horacio como invitación a seguir con lo que tenía pensado, y como muestra de que él también lo deseaba.

Horacio hundió los dedos en el cabello largo de Volkov desordenando su coleta con deseo, recibía y dada besos sin limitarse ni pensar de más, solo en el deseo que tenía del hombre que estaba con él, el hombre al que no había tenido en un año y que su cuerpo reclamaba como suyo.

Volkov tomó la cintura de Horacio y lo apretó más a él para que pueda sentir su inminente erección, y Horacio gimió en su boca como le encantaba que hiciera. Horacio se separó unos segundos y le quitó la camisa a Volkov de un tirón que lo tomó por sorpresa, luego se arrojó nuevamente a su boca necesitado de más.

En un movimiento rápido, Volkov lo levantó del suelo haciendo que enrede sus piernas en su cintura, lugar que Horacio conocía muy bien, siendo uno de sus preferidos. Se dio cuenta del camino que tomaba, hacia la habitación, habitación que habían compartido poco pero intenso tiempo.

Al llegar Volkov dejó a Horacio en la cama despacio sin separarse de su boca, para luego pasear por su cuello y pasar las manos debajo de su camiseta tratando de quitar la estorbosa tela que los separaba.

Horacio se separó y levantó un poco la espalda de la cama para quitarse las prendas que también ya le empezaban a sobrar en esa situación. Mientras Volkov se dedicó a desabrochar su pantalón y a quitarlo del camino junto a su ropa interior, haciendo que un escalofrío recorriera todo el cuerpo de Horacio.

Cuando Volkov metió la erección de Horacio en su boca hizo que este se arqueara por la extraña sensación que ya había olvidado todo lo que le provocaba. Suspiró profundamente mientras Volkov se dedicaba a darle placer y luego que las atenciones se volvieron un poco más intensas se dedicó a gemir.

En un momento de excitación Horacio cogió a Volkov de la cabeza, tomando la cola que sujetaba su cabello para marcar el ritmo que quería. Volkov solo se dejaba hacer disfrutando del cuerpo de Horacio y de todo lo que le hacía sentir.

Luego de un par de minutos que le parecieron horas Horacio jaló de esa misma cola de caballo y acercó el rostro de Volkov al suyo para besarlo con pasión contenida. Tomó su espalda y lo arañó haciendo que Volkov gruñera de excitación.

Volkov no quería pasar las líneas que Horacio pusiera así que se dejó guiar y hacer todo lo que él quisiera.

─ Hazme tuyo ─. le dijo Horacio entre suspiros.

Volkov sonrió en su boca.

─ Konechno (Por supuesto) ─. le respondió separándose de él.

Con premura se desabrochó el cinturón, sacó un pequeño objeto de uno de los bolsillos y lo tomó con su boca mientras se quitaba el pantalón junto con su ropa interior. Con experiencia se colocó el preservativo que tenía en la boca, tirando el pequeño paquete al suelo.

Delicadamente se apoyó en la cama nuevamente dándole besos a Horacio mientras con una mano estimulaba y ampliaba su entrada para que no se sintiera incómodo. Horacio luego de un minuto ya se sentía listo y mordió su labio inferior para que detenga sus besos.

─ Ya, suficiente, entra ya.

Volkov obedeciendo se preparó en una posición cómoda para ambos y lo penetró lento y con suavidad, Horacio gimió y arañó sus hombros por el placer que sentía, Volkov retribuyó sus gemidos con un gruñido contenido de placer y botó el aire que estaba guardando en su pecho.

Luego de un momento empezó a moverse poco a poco aumentando el ritmo hasta llegar a uno con prisa, desesperado, que los dos disfrutaban gimiendo al unísono. Ambos sabían que no iban a durar mucho pero eso no les importaba, solo querían disfrutar de ese placer que habían estado guardando tanto tiempo solo para ellos, que habían dejado de sentir desde su separación ese día, y ambos lo sabían muy bien.

Sus cuerpos se entendían sin palabras y parecía que hablaran por ellos, un te extrañé, un te deseo, y un te amo escondido entre todo el placer que derramaban.

Volkov fue el primero en llegar al éxtasis haciendo que sus contracciones aceleren aún más el de Horacio quien segundos después se le unió liberando todo su placer.

Luego de un momento que se tomaron para recuperar la respiración, Horacio se puso de pie y fue hasta el baño a limpiarse, luego de un minuto regresó y encontró a Volkov sentado apoyado en la cabecera de la cama arreglando su despeinado cabello.

Horacio decidió tomar la misma posición y se sentó a su lado cubriéndose, sabiendo que aún tenían una conversación pendiente entre ellos dos, que no podía esperar más y mucho menos luego de lo que acababan de hacer.

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Editado 23/05/2021

Al final podré ser HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora