Recuérdame una vez más

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Horacio llegó al departamento como si estuviese inmerso en un sueño, o en algún recuerdo, no entendió por qué lo había citado en el antiguo departamento de Volkov, el que habían compartido mucho tiempo atrás.

Tentó la cerradura con su antigua llave y sorprendentemente abrió sin problema, entró y cerró la puerta detrás de él. Lo que se encontró fue la estancia media iluminada. Caminó con pasos inseguros hasta la sala en donde estaba Volkov sentado observando como se acercaba. Se percató que el lugar no había cambiado casi nada, como si se hubiese congelado desde el día que se fueron de aquél sitio.

Dio unos pasos más seguros que antes, para acortar la distancia entre ellos, y Volkov se puso de pie mirándolo y le pareció que suspiró.

─ ¿Por qué acá? ─ le preguntó Horacio con la voz aún un poco insegura.

─ Es el lugar más obvio, y por eso deja de serlo. Es el lugar más seguro para nosotros... para reunirnos.

─ Ya veo ─. respondió ─ ¿Por qué me haces esto Viktor? me has hecho pasar por muchas cosas.

─ Lo siento Horacio, no me cansaré de repetirlo, tak zhal' (lo siento mucho). ─ Horacio sintió nostalgia al escuchar su tono de voz ronco y serio como siempre.

─ He venido a hablar las cosas claras, sin nada que guardarme.

─ Está bien, puedes decirme lo que quieras, yo lo recibiré. Sé que hay muchas cosas que merezco.

Horacio empezó a caminar un poco por la sala pensando por dónde empezar.

─ ¿Te acuerdas de nuestra última pelea?

─ Claro, siempre la recuerdo.

─ Me mentiste. Me quedé solo tan solo horas después.

─ Da... y nunca me lo perdonaré.

─ Confié en ti. Me quedé pensando, esperando cuándo sería que te vería nuevamente.

─ ...

─ Y me dejaste... perdí a Perla ─. Horacio no quería llorar así que se quedó un momento en silencio.

─ Lo supe, apenas llegué lo supe.

─ ¿Llegaste?

─ Fui a nuestra casa, no te encontré obviamente, me pude dar cuenta de varias cosas, entre ellas eso.

─ Te di años de mi vida Viktor.

─ Lo sé ya znayu (lo sé), yo también te los di a ti.

─ ¿Sabes que pensaba antes de que te fueras?

─ ...

Horacio caminaba despacio por la habitación, no quería mirarlo directamente aún.

─ Yo te amaba Viktor, demasiado, tenía fe en nosotros, tenía fe en que superaríamos todo, por eso me ofrecí regresar por mi cuenta al CNI, para estar juntos. Me quedé inseguro, pensando muchas cosas, imaginando lo peor, y ¿sabes que es gracioso? Lo peor pasó, nunca regresaste.

─ Pero no era seguro estar juntos, no era seguro para nada, mírate ahora, uyedinennyy i nebezopasnyy (apartado e inseguro). Yo no quería dejarte solo, nunca lo quise.

─ Te entiendo... entiendo cuando hablas ruso Viktor... ¿Lo sabes?

─ Lo sé, si, lo averigüé llegando a esta ciudad... y algún día me contarás cómo sabes ruso.

Al final podré ser HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora