𝒜𝓃𝓉ℯ𝓈 𝒹ℯ 𝓆𝓊ℯ 𝓉ℴ𝒹ℴ ℯ𝓂𝓅ℯ𝓏𝒶𝓇𝒶 ♡ daryl dixon ♡

parto

A Daryl le habían dado unos días por permiso parental. Esto significaba que ahora podía descansar en casa esperando la llegada de su bebé. Era raro para él, en estos momentos era cuando se daba cuenta de que todo esto era real y no una simple fantasía.

Miró como Felicity preparaba la maleta que llevarían al hospital, doblaba con delicadeza los conjuntos que llevaría para el bebé y metía cosas como pañales, biberones, etc. Él estaba en el otro lado de la cama, pensando en lo hermosa que se veía.

Su cabello ondulado caía desde el lado derecho de su cuerpo, este brillaba con el sol que se asomaba por la ventana. Sus elegantes manos sostenían con delicadeza la pequeña ropa y su vientre, oh, su vientre. Era gigante, a veces se le hacía extraño al cazador cuando la abrazaba, cuando ella dormía ponía sus manos en el y jugaba con los movimientos de su hijo.

Le daba miedo ser padre, a veces tenía pesadillas donde el suyo lo golpeaba hasta el cansancio o como lo castigaba sin comer, cuando se encerraba en el armario siendo un niño para esconderse del fantasma de su madre. No quería imaginarse a su hijo haciendo eso.

—¿Qué pasa? —preguntó ella cerrando la maleta —¿Por qué me miras así?

—¿Cómo te miro? —preguntó en un murmuro.

A Felicity casi se le hace agua la boca, él estaba recostado en la cama con un brazo detrás de su cabeza y el otro descansando en su estómago. Sus ojos eran como él, de cazador y el azul de ellos resplandecían, su lengua pasó por esos labios pequeños que tanto le gustaban.

—Como si fuera tu presa —contestó en una sonrisa.

—¿No lo eres?

Felicity dejó la maleta en el piso y se subió en la cama con un poco de dificultad por el peso extra que su cuerpo tenía y por la molestia que tenía desde que había despertado. Gateo hasta donde él estaba y le dio un piquito en los labios.

—Ya me tienes —dijo a centímetros de sus labios, después le dio otro —Te extraño.

—Aquí estoy —respondió, dándole otro.

—Sabes de que manera.

—¿Qué harás cuando yo sea un viejo que ya no puede tener sexo? —preguntó en broma.

Felicity ladeo su cabeza con exageración, haciendo ver que estaba pensándolo. Se sentó a su lado y torció sus labios.

—Lo he pensado —murmuró —No lo sé, cuando tengas 50 yo tendré 40, probablemente podamos tener una relación abierta.

—Pero yo no podré tener sexo...

—Por eso, la relación nada más aplica para mi.

—Tramposa.

—¡Óyeme! —exclamó en burla —No me gusta compartir lo que es mío.

✞︎

Felicity servía la comida, era un guisado con condimentos extraños pero nadie dijo nada porque sabía delicioso. La mujer se sentó a lado de Daryl y comenzó a comer escuchando la plática de su marido. Merle hacía chistes de mal gusto que ambos solían ignorar.

Felicity se levantó para recoger su plato y meterlos al fregadero, hoy le tocaba lavarlos a Daryl. Caminó como pingüino mientras reía por la anécdota de Merle.

Al dejar el plato, mientras caminaba de regreso sintió un dolor en su ingle y rápidamente se paró sosteniendo su vientre soltando un jadeo.

Daryl se acercó rápidamente y preocupado, la guio al sofá donde le ayudó a sentarse.