𝒜𝓃𝓉ℯ𝓈 𝒹ℯ 𝓆𝓊ℯ 𝓉ℴ𝒹ℴ ℯ𝓂𝓅ℯ𝓏𝒶𝓇𝒶 ♡ daryl dixon ♡

fotos familiares

Felicity quería tener una familia de tradiciones.

Para ella tener tradiciones era algo muy importante, que su hijo tuviera recuerdos de esto con mucho cariño y que se los enseñara a sus hijos y después a sus nietos. Creía que la tradición de ver películas los viernes poe la noche no contaban del todo pues era algo que hacían todas las familias. Quería adoptar su cultura mexicana o algo por el estilo pero es que los Dixon no eran hombres de tradiciones.

En el día de muertos los hermanos no tenían a quién honrar: odiaban a sus padres, no conocieron a sus abuelos, ni siquiera tuvieron mascotas. Felicity tampoco tenía familiares cercanos fallecidos; el día de navidad la mujer les enseñó su tradición mexicana en la festividad, a ellos les encantó pero una fuerte pelea entre los hermanos la hizo saber que no funcionaria; el seis de enero encontró roscas de reyes (caras de manera insultante) y fue divertido, pero su cartera sufriría. El día de La Candelaria se dio cuenta que sólo a ella le gustaban los tamales.

Por eso, en su último intento, decidió que una postal navideña cada año podría ser una buena idea. Esta sería su primera foto familiar en una parte bonita de la cabaña.

Había puesto en el fondo una planta colgante, unos cuadros decorativos estaban sobre la pared de madera. Merle no quería ser parte de esas fotos así que se encargaba de tomar las fotos con la cámara digital. Felicity sonrió con ternura al ver a su pequeño de un año salir de la habitación vestido con un traje rojo, agarrado de la mano de su padre, quien en secreto se sentía incómodo por sus ropas "formales".

La mujer recibió a su hijo en brazos dándole besitos en sus mejillas sonrosadas, Norman soltó una carcajada por las coquillas que sus cabellos bien peinados le daban. Daryl se sentó al lado de ellos en el sofá.

—Volteen y sonrían, hijos de puta —pidió Merle preparando la cámara.

Daryl rodeó los hombros de su esposa mientras ella acomodaba a su pequeño en los muslos, voltearon a la cámara y sonrieron... más bien, Felicity y Norman sonrieron, Daryl intentó hacerlo.

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—Este era un Oso Carpintero que vivía muy pobre —cantó Felicity mientras dejaba a Norman en la periquera —Lloraba porque sus ositos le chillaban de hambre.

—Deberíamos, no sé, explotar tu talento para la música —murmuró Merle prendiendo un cigarrillo, estaba sentado en la mesa. Con un plato vacío —¿Te das cuenta que debemos en el banco? Es tu voz o tu cuerpo.

—Esa cuenta la debes tú. Te sacamos de prisión con la condición de que tu pagaras esa deuda —contestó Felicity soplando la comida de su hijo.

—Sabes que no tengo trabajo.

—Y sabes que eso no me importa, Merle. Te hemos apoyado muchas veces, debes apañártelas tú sólo. No eres mi hijo, ni mi hermano —le regaló una sonrisa a su hijo antes de ver al cuñado que la miraba fijamente —Consigue trabajo o algo.

—¿Daryl y yo nos quebraremos la espalda para que tu estés cómoda?

—Como si cuidar a un niño no diera suficiente trabajo —rodó los ojos concentrándose de nuevo en su pequeño que pedía más comida con balbuceos —Tu no trabajas porque no sabes hacer algo más que pudrirte en las calles de borracho. Pierdes todos tus malditos trabajos y entras a la cárcel confiado de que te sacaremos, ¡eres muy egoísta y no lo niegues!

—No lo niego, tetitas. Sólo te estoy molestando, no tengo mucho qué hacer hoy.

—¿No te irías de viaje a Las Vegas con los vagos de tus amigos?

—Si, pero perdí el dinero.

—¿En qué?

—La caspa del diablo.