novios

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*mi mamá me dió la vida pero las versiones dreamy de Lana me dieron ganas de vivirla*

Felicity había cumplido años ayer, por fin tenía 18, estuvo mucho tiempo esperándolos. Aunque este cumpleaños tan esperado no fue el mejor para ella, no lo disfrutó.

Daryl ni siquiera la había llamado, ni un hola ni mucho menos y eso que ella le había recordado un día antes.

Ellos dos se hablaban por teléfono y se veían todos los sábados en el mismo bar, pero aún no eran nada.

Se habían besado varias veces, se habían acariciado pero hasta ahí. Felicity creyó que aún no eran novios por su minoría de edad pero ahora que ya no lo era se dió cuenta de que él realmente no quería un noviazgo.

Se sintió triste y rechazada pero ella no rogaba amor, no le gustaba que sintieran pena. Es decir, nadie sentía pena por ella, todos querían tener su estilo de vida.

Hoy era sábado, y sí, iría al bar, pero también, no estaría sola. Esperaba que llegara alguien guapo que llamara su atención, o que la cocaína sería el alma de la fiesta.

Con un vestido blanco de tirantes ceñido al cuerpo y la típica chaqueta de cuero salió con un solo objetivo: mandar a la mierda a Dixon.

Su mejor amigo Nate fue por ella, como casi todos los fines de semana, pero iba solo. Probablemente Louise no iría esa noche por un problema de drogas que tuvo con su madre, a veces su amiga era muy tonta para mentirle.

Saludó a Nate con un beso en la boca, saludo que era costumbre en ese pequeño grupo de amigos, y emprendieron camino a las afueras del pueblo, cerca del bosque, donde la soledad hacía que el lugar fuera más frío, más emocionante.

Entraron tomados de las manos pero después cada uno tomó diferentes caminos, a Nate le gustaba más la marihuana que el perico por lo que fue con sus compañeros de Marie Jane.

Felicity se sentó en una de las sillas altas que estaban en la barra, se puso de tal manera que su trasero se mirara levantado, claro que era adrede.

—Hey, Fel —saludó el bartender —¿Qué quieres beber hoy?

—Lo de siempre —contestó sin mirarlo, volteando a todas partes —¿Los Dixon no han venido?

—No, cariño. Merle tuvo problemas en el pueblo, probablemente están en comisaría —contó preparando la bebida —Ya sabes, Merle arrastra a Daryl en todos sus problemas. Pobre idiota.

Felicity torció los labios, odiando que utilizaran esas palabras en Daryl, él no era un pobre idiota o un pobre desgraciado, tampoco era el hermano de Merle, era Daryl Dixon y ya.

Después de una hora y unos cuantos tragos Felicity vió como la puerta se abría de golpe y como un hombre de ojos azules y cansados exclamaba:

—¡Sólo Merle puede hundir a Merle, hijos de puta!

Unos cuantos hombres aplaudieron, otros rodaron los ojos, irritados de su presencia, ni siquiera llevaba cinco minutos y ya irritó a muchos.

Daryl entró después de él, no haciendo escándalo, con mirada cansada y enojada. Recorrió cada rincón del bar hasta que llegó a los ojos de Felicity, sintió felicidad instantánea al ver a la morena.

Antes de que llegara a ella, esta volteó a su derecha cuando sintió unos dedos golpeando su hombro.

Era un tipo de cabello moreno peinado hacia arriba, nariz ancha y labios pequeños, iba con uniforme de Sheriff.

—¿Qué me recomiendas? —preguntó sonriendo.

—Umm, sin duda muerto en la granja, lo mejor de aquí.

𝒜𝓃𝓉ℯ𝓈 𝒹ℯ 𝓆𝓊ℯ 𝓉ℴ𝒹ℴ ℯ𝓂𝓅ℯ𝓏𝒶𝓇𝒶  ♡ daryl dixon ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora