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[...]
—Taehyung, llegaste —Saludó JiMin caminando hacia el sillón que era donde estaba acomodado.
—Hola Chim, ¿te desperté? Llegué hace rato —Negó con un bostezo.
—No, tranquilo. Te estaba esperando —El ahora castaño casi azabache se volteó a verlo cuando el silencio se presentó.
—¿Pasa algo?
—En realidad sí, yo quería saber si podías entregar esto a alguien que conoces —Sacó una pequeña cajita detrás de sí—. Es por su cumpleaños de mañana.
—¿A quién? —Quedó dubitativo en si decirlo o no, ya que pensaba que Taehyung sólo le quería hacer que dijera su nombre—. ¿Quién cumple mañana?
Sacó su celular rápido, primero miró la hora y ya eran las 9:00 pm, ¿cuánto tiempo estuvo sentado ahí como para no darse cuenta que las horas habían pasado rápido? Después miró la fecha que marcaba la pantalla y se golpeó mentalmente.
11 de Septiembre.
—JiMin, no sé si sea buena idea.
Su pleito recién se le vino a la cabeza, estaba seguro que ninguno quería verse en pintura en esos momentos por las cosas que se dijeron. Y después estaba el hecho de que su ex amante quería darle algo.
—¡Por favor! —Junto sus manos en ruego—. Te juro que no lo compré hoy, llevo guardándolo hace un tiempo. ¿Yo que haría con unos AirPods y unos peluches?
Soltó un suspiro pesado, los ojitos de JiMin parecían los de un cachorro y quería negársele y contarle el porqué, pero que lo mirara de esa forma rogándole algo, no le servía en nada.
—Bien —El rubio al escucharlo saltó de alegría. Ya no tendría que ver esos peluches que había conseguido de la línea limitada que le recordaban a él—. Pero déjame las cosas en la mesa para que me las lleve en la mañana, ¿sí?
Y en menos de lo que Taehyung había pronunciado esas palabras, JiMin salió corriendo con paso apresurado a su habitación y regresó junto con la pequeña caja y dos bolsas algo grandes.
Taehyung al verle se quedó sorprendido y algo arrepentido de haberle dicho que sí porque tendría que cargar con todo eso por el campus y todo el mundo lo vería, y eso es lo que menos deseaba, que la gente posara su mirada en él.
Una vez que dejó todo en la mesa se regresó por donde había llegado y pronunció algo que al castañito le hizo sonreír.
—Lindo look Tae, te sienta bien.
Y se fue con una pequeña sonrisa a su habitación.
Definitivamente no sabía que sería de él el día de mañana. Seguía molesto por alguna sorprendente y extraña razón, quizá no con Namjoon, sino más consigo mismo. Algo que no sabía cómo explicar.
Soltó un suspiro cansado. Creyó hora de irse a dar un baño e irse a dormir de inmediato, estar sentado en esa silla dura lo había dejado sin nalgas y con cansancio.
Se levantó a la velocidad de una tortuga y se estiró hasta donde pudo. Sus ojos querían ya cerrarse por completo, obviamente no lo haría, ya que si se le ocurría hacerlo, caería de cara al piso para querer dormir.
De pronto el sonido de su celular lo trajo de vuelta al mundo, con su vista se fijó de dónde exactamente venía el sonido y quitó un cojín de ahí para agarrarlo.
"Taehyung, mi novio se tatuó el culo".
Seguramente su mente le estaba jugando una muy mala. Sí, eso debía ser.
