roommate ─ kooktae au

no otra vez

marzo

Los susurros nada discretos en su aula se elevaron cuando, al parecer, alguien que —sorprendentemente— no era él, había entrado y comenzado a saludar por cortesía. JungKook alzó la mirada de la hoja en la que escribía y se fijó en que, por lo poco que podía ver, era un chico de cabellos castaños oscuros y uno muy alto. Cosa que le pudo sorprender, pero le restó importancia, cuando lo más importante que tenía en mente regresó a su cabeza.

Sin dejar de pensar en cómo estaría estructurada su canción, siguió escribiendo con la mente en su hoja y en su novio. Y que lindo era su novio también en su cabeza.

Sin prestar atención a su alrededor, una presencia se posó a su lado, quien también tenía su mirada fija en su hoja. Era de esas veces cuando sabías por intuición que alguien te estaba mirando, y no dejaba de hacerlo por más que a uno lo comenzara de incomodar.

—¿Qué tanto escribes? —JungKook pretendió no escucharlo, ¿por qué le importaba tanto? Su salón lo ignoraba mientras escribía, ¿por qué ese chico no? Y tampoco le diría que es lo que hacía a un desconocido, de quién no sabía nombre.

El chico al ver que no respondía su inocente pregunta, se presentó como en la entrada.

—Soy Park SeoJoon, un gusto —habló delicadamente—. ¿Qué tanto escribes? —vuelve a preguntar dejando un silencio entre ellos cuando JungKook fijó sus ojos en él, preguntándose por qué rayos le importaba. Pero no le quedó más que contestar.

—Soy JungKook, Jeon JungKook. Y escribo una canción para alguien especial, ¿ya? —SeoJoon, sin notar su tono de voz hacia él, se sorprende. Lo que sabía de esa carrera, es que hasta ese momento no muchos habían presentado canciones o escrito alguna completa, según porque, al parecer, no eran muy buenas. Pero eso le dijo su primo y su primo era un idiota. Así que no le creía, el chico frente suyo era una pequeña prueba de ello.

—¿No la dejarás a la mitad, no? Por lo que sé, o al menos lo que me han contado, no se presentan muchas canciones hoy en día —el rostro de SeoJoon mostraba inocencia y no lo decía en un mal plan, pero así le llegaba a los oídos a JungKook. Como si no tuviera la capacidad de escribir y producir algo.

—No te sabría decir sobre las canciones de lo demás, no me interesan. Y no es por presumir, pero soy el mejor en la clase y he llevado clases fuera de aquí hace tiempo, así que ya puedo componer mis propias canciones... por completo —JungKook quería seguir escribiendo porque le había llegado la creatividad a su estresante cerebro llena de ideas revueltas, y el castaño lo estaba distrayendo.

SeoJoon soltó una pequeña risa al escucharlo y apoyó su mano en la mesa, al momento en que le dijo que le agradaba y que esperara fueran amigos.

JungKook le regaló una sonrisa de lado y le dijo que mejor guardara silencio porque no podía concentrarse. Y SeoJoon alzó sus manos en rendición e hizo el ademán de que su boca estaría sellada hasta que ya no estuviera escribiendo.

JungKook lo agradeció en silencio, pero la promesa del castaño fue rota al segundo cuando, literalmente, comenzó a contarle su vida sentado al lado suyo. Y JungKook se paró a escucharlo con un suspiro. Bueno, prefería hablar de la vida de otro envés de la suya.

. . .

Sus horas de clase habían terminado y Jungkook estaba siendo acompañado por SeoJoon, sin parar de escuchar cómo y por qué había entrado en la misma carrera que Jungkook. Aunque, por lo que le escuchó hablar, él prefería actuación. Pero no sentía que tuviera mucho talento para ser actor.