Capítulo 7

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Los días pasaban muy rápido. Todo de lo más normal.

Yugyeom y Jackson se encargaron de integrar a Youngjae al grupo. Poco a poco fue incluyéndose tanto que parecía que estuviera desde hace años con nosotros.

A mi rutina se agregó el llevar a Youngjae conmigo de ida y vuelta del trabajo. Usualmente al llegar a casa, almorzaba algo, dormía, leía un libro o algo en lo que perder el tiempo.  Sin embargo, ahora que mi vecinito se añadía a la rutina, algo cambiaba.
Youngjae siempre tenía aportaciones que dar sobre mi vida cotidiana: «Jaebeom Hyung, ¿por qué no salimos hoy a comer algo?», «Jaebeom Hyung, ¿no prefiere ir a ver una película?», «Jaebeom Hyung», «Jaebeom Hyung», «Jaebeom Hyung», «Jaebeom Hyung».

La mayoría de veces le respondía que no. No quería ser grosero, pero sinceramente, salir de mi monótona rutina era como pedirme que dejara de respirar. Pero un día, Youngjae fue tan insistente que no pude negarme.

—Mis padres no estarán en casa, y odio quedarme solo— me dice viendome directamente, desde el asiento del copiloto mientras yo conducía—. En una ocasión, entraron a robar a mi casa cuando mis padres no estaban. Ese día salieron de emergencia porque mi hermana estaba dando a luz, yo estaba en la escuela. Cuando llegué, obviamente estaba solo y para el anochecer, tres tipos entraron por la puerta de atrás y...

—Llegué yo —le interrumpí. Él se rió y asintió—. Ese día no podía dormir por el calor, así que me asomé por la ventana para que el aire frío me refrescara un poco, y ahí vi como QUERÍAN entrar a tu casa. No lo lograron. No seas mentiroso.

—¡Ese no es el caso, Hyung! Esa vez tu estabas para ayudarme, ¿qué pasaría si quieren a intentar robar de nuevo y tú no estás?

—¿"Quieren" quienes? Esa vez fueron unos adolescentes estúpidos que se les hizo fácil entrar a expermentar. No hice la gran cosa, solo me asomé y corrieron.

—¿Cómo es que sí se acuerda de eso que pasó hace años pero no de mi nombre?

—No me cambies el tema, Choi. Tengo mejores cosas qué hacer o recordar. 

—Vaya, eso fue algo cruel —murmura entre apagadas risas. 

—Lo siento. No debí decirte eso —dije tratando de arreglar la estupidez que acababa de decir—. Es solo que...

—Lo sé, Hyung —corta mis palabras vinéndome a los ojos. Su mirada era triste, pero una sonrisa algo forzada trataba de cubrir su obvia decepción—. Soy algo entrometido, no es su obligación intentar recordar cosas que realmente no le incumben. 

«Dios mío, este chico siempre me hace sentir mal».

Di la vuelta para llegar a mi casa, y de nuevo, una camioneta negra estaba estacionada delante de la casa frente a la mía. Me estacioné en paralelo a dicha camioneta, frente a mi puerta. Apagué el auto y miré con detenimiento ese vehículo tan sospechoso. En concreto era una furgoneta negra. El conductor seguía ahí, era un hombre joven con grandes audífonos bailando y cantando, pero no se escuchaba nada al estar dentro del vehículo. Se alcanzaba a ver la manga corta de su hombro izquierdo el logo de una compañía de seguridad privada. Eso me tranquilizaba, quizá fui un poco paranoíco.

El sonido de la puerta del copiloto al cerrarse me asustó. Youngjae se había bajado del auto y se estaba acomodando la mochila que lleva a la oficina.
Me apresuré y bajé del auto, asegurándome de colocar la alarma, fui hacia Youngjae para tratar de disculparme adecuadamente.

—Youngjae, lo lamento. No quise decir algo tan desinteresado.

Él me sonrió.

—Hyung, no te preocupes. Ya te dije que está bien. No estoy molesto.

—Tu boca dice una cosa, pero tus ojos dicen otra cosa.

Youngjae abrió los ojos en señal de sorpresa. Incluso yo también. Hace mucho que no había soltado cursilería alguna. Él empezó a reirse estruendosamente, una combinación de nerviosismo y diversión había en su risa.

—¡Wow!, no sabía que Jaebeom Hyung era así de romántico.

—No trataba de ser romántico. Estaba diciendo la verdad, solo que se escuchó muy cursi. No supe elegir mis palabras, lo dije sin pensar.

—Usted siempre hace eso. 

—Bueno, ¡suficiente! Siempre estás haciendo que me sienta mal. No soy bueno con las palabras y mucho menos con las "relaciones sociales".

—Eso es obvio. 

Me reí. No se porqué. Youngjae siempre me reta o responde con poco respeto, me refiero que no le importa que yo sea mayor que él, me trata casi como un igual sin propasarse. Es como si él estuviera en una cuerda floja sosteniendo una larga vara de madera con dos cubetas llenas de agua colgando a los extremos; en una cubeta está escrito "Respetar a Jaebeom Hyung" y en la otra "Retar y contestar a Jaebeom Hyung"; siendo la cuerda floja nuestra relación.
Youngjae estaba en perfecto equilibrio entre ambas cosas. Y por alguna razón, eso no me molesta en absoluto.

—Está bien, no te dejaré solo hoy. Así si entran a robar a tu casa, no estarás del todo solo —dije con amabilidad. Youngjae arqueó una ceja y ladeó su cabeza, como si no entendiera a lo que yo me refería—. ¿Qué quieres hacer hoy?

Las comisuras de sus labios se curvearon hasta formar una gran sonrisa, dejando a relucir su blanca dentadura. Eso me hizo sentir bien.

—Escapémonos un rato, Hyung —responde felizmente y me da un golpecito en el hombro.

«Como lo hacían Jackson y Mark cuando eran solamente novios». Pensé.

—¿Qué tienes en mente?

—¿Qué le parece hacer una fogata? Conozco un lugar cerca donde se hacen ese tipo de cosas. Y como está atardeciendo, me parece algo que va perfecto.

Asentí.

—Solo recuerde que no está obligado a pasar tiempo conmigo, Hyung—remarca de repente—. Si siente que debe hacer esto por obligación, mejor digame y no le hago perder más su tiempo.

—Youngjae, no me estoy obligando a hacer nada. Tendremos una cita —aclaré. Él comenzó a reirse—. Además, necesito distraerme del estrés de la oficina y dejar de pensar cosas que no me benefician en nada.

—Creo que todos necesitamos eso.

—¡Por Dios!, ¿qué cosa en este mundo podría estresar a "El Siempre Feliz Choi Youngjae"?

Él solo me miró a los ojos sin expresión, por unos segundos, para despúes sonreir sin mostrar sus dientes.




REBORN [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora