Capítulo 40: REBORN

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Parecía que un pie debía pedirle permiso al otro para poder moverse. Mi pantorrilla punzaba notoriamente y el ardor se sentía lejano, como si tuviera que pensar en la herida para que me doliera, fue gracioso. Yugyeom y Bambam hacían su mejor esfuerzo para ayudarme a avanzar siendo que ellos tenían sus propias heridas, en conjunto, los tres nos movíamos muy torpemente. 

—¡YOUNGJAE! —Jinyoung gritó desde lo más profundo de su ser. Mi aturdida percepción de los sonidos logró captar aquella exclamación que parecía tan distante. 

No sentía realmente cómo reaccionar de ninguna forma. Lo único que tenía en mente era llegar hacia donde mi amigo estaba de pie con esa expresión anonadada. 
El par de amigos que trataban de hacerla de muletas, apresuraron sus pasos para cumplir mis obvios deseos. 

Jinyoung entró al kiosco a paso veloz, dando varios tropezones en su camino. Poco a poco logré estar frente la entrada a la tan descuidada estructura y conforme mi visión se esclarecía, pude divisar aquello que tanto anhelaba ver pero de igual forma me rompió el corazón. Como si el sentimiento de realización venía acompañado de un fuerte golpe de depresión y dolor.

Youngjae estaba sobre un viejo, maltratado y podrido colchón, sus trémulas piernas estaban atadas desde sus tobillos, sus manos posicionadas detrás de un tubo atadas de igual forma, sus ojos estaban vendados con un trapo sucio que estaban húmedos por probablemente los llantos de mi amado, su boca también estaba vendada, con grietas y sangre seca en sus temblorosos labios. Lo poco que podía verse de su rostro denotaba su piel lastimada, su cabello estaba extrañamente decolorado en partes y sucio.

Realmente nunca encontraré las palabras exactas para describir la aflicción que sentía en ese instante. Fue tortuoso para mí y sentía grandes impulsos se colapsarme en el suelo.

Aquel cuerpo tan maltratado temblaba y se movía de forma desesperada al escuchar tantos sonidos provenientes de afuera. El llanto se apoderó de él y varios gritos querían salir con extremo esfuerzo, pero terminaban ahogados en su garganta.

Como si el dolor de mi pantorrilla fuera algo inexistente, me solté del agarre de mis amigos y a duras penas corrí hacia esa escena que me dolía tanto presenciar.

Jinyoung trataba de desatarlo con excesiva desesperación por parte de ambos.

—Tranquilo, Jae, aquí estamos —musitó Jinyoung temblorosamente mientras le retiraba la venda de los ojos.

Los tristes ojos de mi amante descubiertos, se vieron encandilados por la luz que el trapo probablemente no le permitía percibir. Su mirada desesperada se cruzó con la mía, aún no puedo describir en ese momento el sentimiento que él reflejaba y mucho menos el sentimiento que yo le expresaba con mi rostro. 

Los otros tres chicos apenas iban a entrar a la desgastada estructura cuando una silueta que yacía escondida se acercó hacia Jinyoung por detrás.

—¡JINYOUNG HYUNG, CUIDADO! —gritó Youngjae con una voz jadeante y rasposa.

En un destello, Jinyoung se desplomó a los pies de Youngjae al mismo tiempo que un barrote de madera cayó a su lado. Yugyeom y Mark hyung actuaron en automático corriendo hacia nuestro amigo inconsciente. 

—¡JINYOUNG HYUUNG! —Youngjae se alarmó en gran medida—. ¡YA BASTA!, ¿¡QUÉ MÁS QUIERES!?

La persona que golpeó a Jinyoung se volteó rápidamente. Era ella. Quién sostenía un revólver y apuntó en dirección a los chicos que tuvieron que detenerse por la amenaza.

—Quédense donde están —anunció ella para después apuntar hacia la cabeza de Youngjae—, o le disparo al solecito.

—Déjalo en paz, por favor, ya has hecho bastante daño —dije con dificultad—. ¿Por qué lo hiciste?, ¿¡qué ganabas con hacernos tanto daño!?

—No tengo porqué darte explicaciones, Jaebummie —respondió con sorna—. No lo entenderías. Debiste de haber cooperado y darte por vencido desde un inicio

Las patrullas irrumpieron el lugar de forma escandalosa. Los oficiales se bajaron de sus vehículos y apuntaron sus armas hacia nosotros gritándonos que levantaramos las manos. Uno de ellos tenía un megáfono en la mano, al encenderlo, aclaró su garganta para llamar nuestra atención.

Están rodeados, pongan las manos en alto y coloquense en cuclillas, están detenidos.

No entendíamos el porqué se nos amenazaba de esa forma, nosotros no estábamos armados, sin embargo, desde el punto de vista de la policía, ella no se veía y los cuerpos de sus ayudantes estaban por el suelo.

—Por favor —le dije a ella mientras yo alzaba las manos—, entrégate, esto se acabó.

—Claro que no ha acabado, Jaebummie. Esto no acaba hasta que alguno de ustedes dos muera, de preferencia tu noviecito —el cinismo en su mirada me preocupaba. Era obvio que algo tenía planeado.

Ella, con total descaro, hizo a un lado al cuerpo inmovil de Jinyoung con una patada y aún apuntando el arma hacia Youngjae, se inclinó a un lado de este y comenzó a desatarlo con la mano que tenía desocupada. 

—¿¡Qué haces!? —le preguntó Youngjae en voz alta y trémula. 

Ella hizo hervir mi sangre cuando vi que con la mano con la que sostenía el arma, golpeó la mejilla derecha de Youngjae con fuerza.

—¡Cállate, pedazo de mierda! —exclamó ella.

En el momento que iba a correr hacia ellos, el policía del megáfono me gritó.

¡Quédese donde está!

«¡Maldición!».

Algunos oficiales comenzaron a avanzar hacia nosotros. Unos llegaron hasta Bambam para esposarlo.

—Creo que esto es un malentendido —dijo nervioso—. Nosotros somos las víctimas aquí. ¡Esa loca de ahí tenía a Youngjae secuestrado y acaba de noquear a nuestro otro amigo! 

Ella aprovechaba la intromisión de la policía para llevarse a Youngjae a algún lado por un punto ciego de la perspectiva de los oficiales. Youngjae -quién no sabemos si comió algo durante todo este tiempo- estaba demasiado débil como para defenderse, no obstante hacía sus mayores esfuerzos por poner resistencia. Un tipo se acercó a ella por detrás para llevarse a Youngjae en su hombros.

Jinyoung, aturdido en el suelo y con un poco de fuerza, tomó a Youngjae del suelo en un desesperado intento de evitar que se lo llevaran nuevamente. 

—¡Jinyoung hyung! —exclamó Yugyeom haciendo caso omiso de las advertencias de los policías. Fue hacia la escena ignorando el riesgo que corría de recibir un disparo y se colocó en tres puntos a un lado de nuestro amigo incapacitado en el suelo.

El tipo que llevaba a Youngjae miró con desprecio a mis amigos antes de darse la vuelta y salir por un agujero en la pared. Ella lo siguió, y sin temor a ser notados por la policía, corrieron hacia las afueras del parque.

—¡SUELTENME! —gritó Youngjae con todas sus fuerzas—. ¡JAEBEOM HYUNG!

Unos cuantos oficiales corrieron detrás de ellos.

—¡Jaebeom! —gritó Mark hyung—. ¡Ve tras ellos, nosotros estaremos bien!

—Tranquilo, señor. Nosotros nos haremos cargo —me dijo el policía que estaba por ponerme las esposas—. Obedezca, se lo ruego.

—¡No! —exclamé—. ¡Ya lo perdí una vez, no volveré a hacerlo!

Sentía un peso menos de encima en el momento en que Yugyeom fue a auxiliar a Jinyoung, por lo que corrí detrás de los secuestradores con el pensamiento en mente de que tenían armas y sobretodo, en el hecho de que mis amigos estaban siendo detenidos allá atrás. Pero ellos se han sacrificado bastante hasta este punto como para que yo me de el lujo de permitir que se lleven a Youngjae.

REBORN [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora