Capítulo 27

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Los criminales guiaron su atención a la policía. Ambos bandos estaban en espera de órdenes. Era un momento de tensión donde se amenazaban mutuamente al apuntarse con sus armas de fuego. Parecía una especie de juego donde el bando más rápido sería el triunfador.
En mi interior sentía que la policía no sería de mucha ayuda, que probablemente nos asesinen antes de que las autoridades pudieran siquiera avanzar unos metros.
Pero por otro lado, tenía la esperanza de que pudieran lograr algo.

¡Esta es la policía! —anunció el Comandante—. ¡Están rodeados!, ¡Bajen las armas y salgan con las manos en alto!

—¿Ven lo qué ocasionaron? —preguntó mi "rehén"—. Ahora todo mi negocio se vendrá abajo.

—Cállate, imbécil —dije sujetándolo con más fuerza.

Lisa, a quién sus agresores soltaron dejándola caer, se acercó a nosotros gateando, se sentó y dejó ver una herida en su pierna derecha con un pedazo de vidrio bastante notorio aún ensartado en ella.

—Creo que no podré ir a mis clases de baile por un tiempo —dijo ella entre pequeñas risas.

Jinyoung llegó hasta nosotros con los otros dos chicos, inclinándose los tres. Bambam se asustó por la pierna de su novia. Intentó ver alguna forma de retirar el fragmento, pero no quería arriesgarse a descontrolar la hemorragia que ya estaba dejando salir sangre. Por lo que tomó otro pedazo de vidrio del suelo para cortar una parte de su pantalón y cubrir con sumo cuidado aquella abertura en el muslo de su novia.

Aunque nada hubiera acabado, nos sentíamos ligeramente más calmados. Puede que sea porque al estar las autoridades en el área, cualquier cosa que pase, habrá testigos y al menos un procedimiento legal. Bueno, al menos yo pensaba eso.

—Gyeom, ¿estás bien? —Mark hyung se acercó a él para revisar su bíceps.

—Es solo una bala dentro de mi brazo, jeje —respondió el menor. Jinyoung le dio un pequeño jalón en la oreja—. Creo que ahora puedo mandar aquella selfie al jefe de Jaebeom hyung para que vea que realmente no podía ir a cubrirlo.

Jinyoung lo juzgó severamente con la mirada.

—¿Qué vamos a hacer con este? —preguntó Jackson refiriéndose al tipo que yo traía del cuello entre mis brazos.

—Es probable que si la policía logra avanzar, lo arresten, así qué —respondí—, aprovechemos para seguir interrogandole.

—Chicos, chicos —dijo el tipo—, creo que no me entendieron. No conozco a ningún Youngjae. Ese teléfono me lo dio uno de mis ex compañeros como regalo, dijo que estaba haciendo un trabajo para alguien más y ese celular era como un trofeo.

"...Mencioné que él me dijo haberlo encontrado, sin embargo, no fue así. Al menos no en su totalidad, porque se contradijo después al decir que no quería tenerlo puesto a que era alguien de quién no quería saber nada...".

Ryujin había mencionado aquello. Al parecer, el tipo realmente decía la verdad.

—¿No sabes para quién hacía ese trabajo? —Jinyoung continuó cuestionando.

—No, en cuanto algunos de mis compañeros dejaron de trabajar, corté lazos con ellos totalmente.

De repente, se escuchó un portazo de la parte de atrás, varios pasos de personas entrando y corriendo. Era la policía. Comenzaron a rodear todo el lugar para tener mayor cobertura. Se podía percibir que algunos estaban forcejeando con otros, varios golpes secos, algunos disparos.
Por un momento, hubo un corto silencio, donde solo se escuchaban nuestros latidos y respiraciones profundas, pero la voz del Comandante rompió aquel mutismo en el ambiente.

—¡Jaebeom!, ¿estás aquí? —preguntó con enojo.

—¡Bajen las armas! —ordenaron los policías.

Unos cuantos oficiales fueron hacia donde estábamos nosotros. Una mujer policía nos reconoció e hizo señas indicando nuestra posición. El Comandante Hoseok llegó y se cruzó de brazos al verme. Su mirada recorrió a todos mis compañeros. Fue un momento bastante incómodo, puesto a que estábamos en el suelo, heridos, jodidos y con toda la culpa del mundo.

—Im Jaebeom, estás en graves problemas conmigo —sentenció.


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Estaba molesto. Demasiado molesto. 

—¡Debías quedarte en casa, Jaebeom! —exclamó el Comandante.

—Con todo respeto Comandante, pero ustedes llegaron al sitio por el sonido de los disparos, no precisamente por saber qué hacer —respondí con el mismo enojo.

—Independientemente de cómo haya sido, Jaebeom, la policía existe para correr riesgos por la seguridad de las personas. ¡Para qué exactamente las personas no intenten correr esos riesgos!, ¿qué te costaba esperar?

—¡ME COSTABA TODO!, ¡TENGO DOS DÍAS SIN SABER NADA DE MI NOVIO!, ¿CÓMO QUIERE QUE ME SIENTA?

Exploté. Otra vez.

Después de la intervención de la policía en el asentado, procedieron a arrestar a los involucrados, deteniéndonos a la par. Nos trajeron de vuelta a la comandancia de nuestra ciudad y mientras mis amigos recibían primeros auxilios, yo era interrogado y sermoneado. 

—Entiendo eso perfectamente, Jaebeom —dijo con un tono más calmado, pero aún molesto—. Pero no fue para nada prudente arriesgarte de esa forma. Aunque Jinyoung haya ido con ustedes, se necesita autorización y una orden para poder realizar esa clase de operativos. 

—Comandante... por favor... estoy desesperado, estuve tan cerca —no pude contenerlo más, me quebré una vez más—. Sentía que estaba más cerca de encontrarlo... sus padres lo quieren de vuelta... ¡YO LO QUIERO DE VUELTA!... 

Él se puso de pie, rodeó su escritorio y se colocó a mi lado. Hincado, puso su mano en mi hombro y trató de consolarme. 

—Jaebeom, yo... ya no encuentro que palabras decirte para que te sientas mejor. Solo puedo decirte que debes ser fuerte, por tu bien. Tengo en cuenta que parece muy poco empático de mi parte el querer minimizar tu dolor, pero es lo que menos quiero, ahorra tus energías, tu vida continúa y nuestra búsqueda por Youngjae también. Esto aún no ha acabado. De una forma u otra, es verdad, avanzaron bastante en las pistas, pero esta clase de "callejones sin salida" siempre se presentan en este tipo de investigaciones. No siempre al seguir un solo camino se pueda llegar al objetivo, por lo general toma tiempo reunir pistas suficientes, encontrar más indicios, involucrados, etcétera. 

No quería aceptarlo. Yo claramente sabía que las cosas no iban a ser tan fáciles, el hecho de que literalmente estamos dando seguimiento a un crimen. Fui demasiado optimista, confié demasiado en que Jinyoung estaba con nosotros, y aunque él fue una grandísima ventaja, mi fé pudo más que mi sentido común.
Ni siquiera mi estúpido pasado de patético intento de pandillero me ayudó para poder defender a mis amigos.

Estaba jodido. Mentalmente jodido. Ya no había nada más por hacer, las ideas se acabaron, no había más pistas, no había más indicios. No había esperanzas.

—Aún falta interrogar al sujeto que capturaste —dijo poniéndose de pie—. Esperarás con tus amigos en la sala de al lado.

Quizá había una pequeña luz al final del túnel.

—¡Espere, Comandante! —exclamé levantándome de mi silla. Lo detuve antes de que saliera de la oficina—. Sé que no debería tener la cara para pedirle favores por lo que hice. Pero por favor, quiero estar en el interrogatorio.

Él suspiró y asintió.

Fui tras él y mientras seguía sus pasos, procuraba mentalizarme para no ahorcar a aquel sujeto.

REBORN [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora