Capítulo 25

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Como si de una siesta se hubiera tratado, desperté como si nada. Mis músculos se contrajeron por unos segundos y después se relajaron de golpe. 
Al abrir mis ojos completamente, sentí como la luz del sol al ponerse me cegó por un momento. Todo a mi alrededor se veía borroso, el ejido parecía un desierto tembloroso y el aire seco golpeaba mi rostro de forma fastidiosa.

Eché un vistazo a mi alrededor, me encontraba recargado en el auto sentado en una chaqueta con los pies extendidos en la terracería y mis manos estaban llenas de tierra y polvo. No entendía el porqué estaba fuera del coche y no veía a ninguno de mis amigos. El automóvil estaba estacionado a un lado de una especie de almacén y temía haber vuelto a nuestro punto inicial.

Me puse de pie algo mareado, parecía que un pie debía pedirle permiso al otro para poder caminar. No recordaba en absoluto los segundos u horas que transcurrieron en mi estado de inconsciencia, siquiera entendía si era el mismo día.

—Siéntate, Jaebeom oppa —Lisa salió de la nada. Su pantalón estaba ligeramente sucio de polvo al igual que su blusa, al ser ambas prendas negras la tierra árida del suelo, su cabello suelto y ligeros moretones en su rostro—. Debes descansar, en cualquier momento volveremos a avanzar.

—¿Dónde están los demás, Lisa? —pregunté mientras me volvía a sentar.

—Estamos justo aquí, oppa —ella señaló a un lado suyo. Al parecer estaban justo a la vuelta de la pared que yo estaba viendo.

—¿Ya despertaste Bella Durmiente? —Jinyoung apareció también. Su ropa también estaba sucia. Ambos parecían que se habían caído en algún punto.

—¿Qué fue lo que pasó, Park? —pregunté con voz átona. 

—Nada importante. Después de desmayarte conducí el auto de tal forma que serpenteara. Recibió varios disparos, pero nada que no pueda arreglarse. Todos estamos bien, estamos a salvo aquí.

Me asomé para ver a mis amigos. Todos estaban sentados en círculo sobre grandes rocas, por un momento mi preocupación disminuyó, pero noté que Mark hyung sostenía un trapo en su brazo y Jackson auxiliandole. El trapo que ya no era blanco estaba tornándose rojo. Me asusté demasiado, uno de mis amigos debió haber recibido un disparo y todo por mi culpa.

Mark hyung me volteó a ver.

—Tranquilo, solo fue un roce —dijo con una gran sonrisa—. Creí haberte dicho que haríamos lo que fuerta por tí.

Caminé hacia ellos con ayuda de Lisa y Jinyoung. Me ayudaron a sentarme en el suelo apoyado en la pared de aquel almacén.

—Chicos —les llamé. Tenía un gran nudo en la garganta—. No quiero que les pase nada. No sé nada de Youngjae, no sé si está vivo al menos. Vivir con esta incetidumbre hace que quiera matarme. No sé lo que sería de mí si los pierdo también.

Jinyoung se hincó frente a mí. Su fría mirada se centró en la mía y su seriedad hizo que un escalofrío recorriera mi espalda. Hace tiempo que no me miraba así, hace tiempo que yo no necesitaba un sermón.

Tomó mis hombros con delicadeza.

—Jaebeom. Cuando les conté a los chicos este plan, ellos decidieron por su cuenta el venir sabiendo los riesgos que correrían. No somos policías expertos, ni espías o ninjas. Pero queremos salvar a un amigo. Y es lo que vamos a hacer. Volveremos a casa los ocho.

Bajé la cabeza. Sentí como mis ojos poco a poco se llenaban de lágrimas. No sabía porqué arriesgarían sus vidas de esa forma. Entendía que eran mis amigos, casi mis hermanos, pero había un límite en ese sentido. ¿Existen personas capaces de arriesgar su propia vida por salvar otra? Sí, sí existen. Y gracias al cielo yo estoy rodeado de personas así.

REBORN [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora